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El contacto con la naturaleza

Por Dora Inés Grosso García
April 2021
Ya inició la primavera y con ella el esplendor de las plantas que recuperan su vitalidad, sus hojas y las flores. Es una maravillosa oportunidad de estar cerca de la naturaleza y reflexionar cómo este proceso también se refleja en todos los seres del planeta.
 
Estar en contacto con lo natural nos ayuda a recargar energía y relajarnos, a promover la creatividad, la memoria, la concentración y demás procesos mentales. La naturaleza funciona como un dinamizador para restaurar la mente, el cuerpo y el espíritu.

¿Sabías que el cerebro humano necesita el contacto con la naturaleza para estar en óptimas condiciones?

Los científicos han concluido que es necesario el contacto con el ambiente natural para fortalecer la capacidad cognitiva y la salud.

Unos minutos al aire libre, en un parque o prado, favorece al cerebro concentrarse, resolver problemas concretos y liberar la fatiga de los estímulos de la vida diaria. También se ha estudiado cómo las personas se recuperan fácilmente de una enfermedad cuando se rodean de la naturaleza.

Los niños y la mayoría de las personas, aprenden más fácilmente en entornos naturales.

Las experiencias al aire libre, y jugar con la arena, la tierra, sembrar plantas, o simplemente recostarnos en la hierba, nos puede facilitar el aprendizaje. Sobre todo, a los niños les favorece vivir la experiencia con los animales y plantas de su entorno, con los elementos naturales, rocas, el agua, las hojas entre otros; estas experiencias fortalecen los procesos de atención y concentración, al igual que los sonidos del agua, o el silencio.

Otra ventaja del contacto con la naturaleza, es que eleva el sistema inmunitario de las personas.

En este momento que necesitamos fortalecer la salud y el sistema inmunológico, podemos optar por aprovechar el tiempo que podamos al aire libre, conectándonos con la tierra, con su fuerza vital.
Podemos hacer ejercicio al aire libre, caminar cerca de los árboles, colocar nuestros pies en contacto con la tierra, respirar profundamente, con consciencia, sembrar plantas, observar el cielo en las noches para ver las estrellas, la luna, o el amanecer, todo esto nos va enriqueciendo y equilibrando nuestro campo emocional y mental y así eleva nuestra energía psíquica. Enseña a los niños la belleza de lo natural. 

Recordemos el amor a la naturaleza, que tantos dones nos da y cuidémosla, desde nuestras pequeñas acciones, podemos enviarle amor al planeta para equilibrarlo. Gracias.

*Dora Inés Grosso García es Psicóloga Holística, [email protected] 
 

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