Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
Érase una vez un cuento de hadas, donde se encontraban ellas dos, entre las nubes y las montañas, perdidas no estaban, solamente no sabían en qué dirección dirigirse, pues en el pueblo se les requería su presencia.
Había un niño que no creía que ellas pudieran volar, y era labor de profunda importancia que ellas defendieran las leyendas. Fue así que decidieron emprender vuelo hacia la ventana de este ejemplar, sabiendo que al menos una de ellas llegaría a su habitación y esperar que al niño le venciera el sueño, pues les era prohibido ser vistas antes que los seres humanos soñaran.
¿Pero qué rumbo tomar? La montaña prohibía el acceso por su altura y la nube prohibía por su espesura, al igual, el diminuto tamaño de sus cuerpos les impedía acudir con rapidez. Ante esta situación ellas acudieron a un mago que habitaba en las montañas. Estas hadas desconocían su nombre, pero si sabían de sus poderes mágicos, este mago podría ayudar. ¡Ayúdanos gran mago! ¡Existe un niño que dejará de creer en lo mágico si no llegamos a su ventana esta noche!
Puedo ayudarles señoritas, pero mis nombres jamás podrán ustedes pronunciar y peor aún repetirlo. ¡Bien gran mago! Será nuestro trato y que todo sea para a este niño ayudar. Fue así que de manera inmediata ellas se encuentran en la habitación de este niño y su sueño deben esperar...Qué baile tan magistral, que melodía tan celestial y que sueño más ancestral.
¡Fue así, que casi al despertar los labios del niño un nombre se le escuchó murmurar y las hadas ese nombre escucharon pronunciar, en ese asombro sonrieron al exclamar... ¡¡Oh era EL!!
COPYRIGHT 2020
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Había un niño que no creía que ellas pudieran volar, y era labor de profunda importancia que ellas defendieran las leyendas. Fue así que decidieron emprender vuelo hacia la ventana de este ejemplar, sabiendo que al menos una de ellas llegaría a su habitación y esperar que al niño le venciera el sueño, pues les era prohibido ser vistas antes que los seres humanos soñaran.
¿Pero qué rumbo tomar? La montaña prohibía el acceso por su altura y la nube prohibía por su espesura, al igual, el diminuto tamaño de sus cuerpos les impedía acudir con rapidez. Ante esta situación ellas acudieron a un mago que habitaba en las montañas. Estas hadas desconocían su nombre, pero si sabían de sus poderes mágicos, este mago podría ayudar. ¡Ayúdanos gran mago! ¡Existe un niño que dejará de creer en lo mágico si no llegamos a su ventana esta noche!
Puedo ayudarles señoritas, pero mis nombres jamás podrán ustedes pronunciar y peor aún repetirlo. ¡Bien gran mago! Será nuestro trato y que todo sea para a este niño ayudar. Fue así que de manera inmediata ellas se encuentran en la habitación de este niño y su sueño deben esperar...Qué baile tan magistral, que melodía tan celestial y que sueño más ancestral.
¡Fue así, que casi al despertar los labios del niño un nombre se le escuchó murmurar y las hadas ese nombre escucharon pronunciar, en ese asombro sonrieron al exclamar... ¡¡Oh era EL!!
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