Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
El color de piel ha sido un tema definitorio, tanto en este país como al menos también en Latinoamérica, donde la invasión europea, 500 años después, todavía nos deja huellas que muchos intentamos borrar. Para los que necesiten una mini lección de historia de por qué decimos “las vidas negras importan”, les recomiendo informarse sobre la esclavitud que duró siglos y que aún se arrastra en un sistema estructuralmente racista, que incluye leyes y policías. Un dato: el 24% de los muertos a manos de la policía son negros, aunque el grupo sólo constituye 13% del total de la población del país, según la organización Mapping Police Violence. Simplemente pon en tu buscador racismo y violencia policial en Estados Unidos para aprender más.
Así es como en plena pandemia, hemos visto (visibilizado gracias a la tecnología, no necesariamente que ocurra más hoy en día), la horrible ejecución del negro George Floyd a manos de un policía blanco, Derek Chauvin, y tres más que no lo pararon en Minneapolis. Después de días intensos de protestas (un derecho escrito en la constitución), que aún continúan, en todo el país, en el exterior, y por supuesto aquí en el Valle del Hudson, y en su mayoría pacíficas, ya se están viendo varios cambios concretos. Los cuatro oficiales perdieron sus puestos al día siguiente, aunque Chauvin había tenido 18 quejas contra él previas, esta fue la primera vez que perdió su trabajo. No solo eso, los cuatro recibieron cargos por homicidio. Aunque todavía no se sabe cuál será el veredicto porque el proceso recién comienza, es un paso que evidentemente necesitó de los miles de personas que desafiando la cuarentena salieron con sus mascarillas a las calles a hacerse oír. Sin Justicia no hay Paz. Digan su nombre.
Y la gente no sólo se hizo oír en las calles. Sumadas a todas las organizaciones de base de defensa de derechos, otras voces institucionales hablaron a través de boletines electrónicos y medios de comunicación. Bard College, por ejemplo, la casa de la revista La Voz, publicó una carta firmada por su presidente Leon Botstein, donde dice: “Lamentamos la reciente pérdida de vidas de los negros: Ahmaud Arbery, George Floyd, Tony McDade, Nina Pop, Sean Reed, Breonna Taylor e innumerables otros, y lamentamos a todos en nuestra comunidad que sufren a manos de un sistema injusto. En este momento doloroso e iluminador, reconocemos que existimos en un sistema de opresión y racismo y que nuestro silencio hacia esto no solo sería antitético a nuestra misión, sino perjudicial para las comunidades a las que servimos”.
El silencio es cómplice, el silencio mata, y no solo a George Floyd, y tantos hermanos afroamericanos y afrolatinos. Por eso la gente protesta, porque ya es hora de un cambio de sistema. Aparte de que se haga justicia por cada caso de brutalidad policial racista, lo que se necesita es repensar el papel de la policía en la sociedad. ¿Sabías que como institución la policía tiene sus orígenes en atrapar a esclavos prófugos? ¿Se pueden resolver los conflictos de otra manera? ¿Por qué hay policías en las escuelas? ¿Para qué darle equipo militar a la policía? ¿Cómo se puede supervisar o directamente disolver a la policía inmigración, ICE?
En algunos lugares del país, como en Los Ángeles, el alcalde va a mover fondos de la policía, entre $100 y 150 millones del presupuesto para reinvertirlos en comunidades de color; en Minneapolis la concejalía quiere disolver la policía y empezar de cero; más cerca, en la ciudad de Kingston, en el condado de Ulster, tras dos años de tenerla en carpeta, la legislación que cambiaría la manera en que se supervisa a la policía y se da seguimiento a las quejas, la ley de responsabilidad policial, al fin es algo que el alcalde Steve Noble está dispuesto a firmar.
Todos estos son ejemplos concretos de lo que el poder popular es capaz de hacer. Además de protestas, se pueden escribir cartas a los medios locales, se puede llamar a nuestros representantes de cada nivel, se puede involucrar en grupos que se organizan para el cambio y hasta ayudar económicamente.
La pandemia nos dejó pensando, es hora de ponernos manos a la obra. Sin justicia, no hay paz.
Mariel Fiori
Directora
COPYRIGHT 2020
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
Así es como en plena pandemia, hemos visto (visibilizado gracias a la tecnología, no necesariamente que ocurra más hoy en día), la horrible ejecución del negro George Floyd a manos de un policía blanco, Derek Chauvin, y tres más que no lo pararon en Minneapolis. Después de días intensos de protestas (un derecho escrito en la constitución), que aún continúan, en todo el país, en el exterior, y por supuesto aquí en el Valle del Hudson, y en su mayoría pacíficas, ya se están viendo varios cambios concretos. Los cuatro oficiales perdieron sus puestos al día siguiente, aunque Chauvin había tenido 18 quejas contra él previas, esta fue la primera vez que perdió su trabajo. No solo eso, los cuatro recibieron cargos por homicidio. Aunque todavía no se sabe cuál será el veredicto porque el proceso recién comienza, es un paso que evidentemente necesitó de los miles de personas que desafiando la cuarentena salieron con sus mascarillas a las calles a hacerse oír. Sin Justicia no hay Paz. Digan su nombre.
Y la gente no sólo se hizo oír en las calles. Sumadas a todas las organizaciones de base de defensa de derechos, otras voces institucionales hablaron a través de boletines electrónicos y medios de comunicación. Bard College, por ejemplo, la casa de la revista La Voz, publicó una carta firmada por su presidente Leon Botstein, donde dice: “Lamentamos la reciente pérdida de vidas de los negros: Ahmaud Arbery, George Floyd, Tony McDade, Nina Pop, Sean Reed, Breonna Taylor e innumerables otros, y lamentamos a todos en nuestra comunidad que sufren a manos de un sistema injusto. En este momento doloroso e iluminador, reconocemos que existimos en un sistema de opresión y racismo y que nuestro silencio hacia esto no solo sería antitético a nuestra misión, sino perjudicial para las comunidades a las que servimos”.
El silencio es cómplice, el silencio mata, y no solo a George Floyd, y tantos hermanos afroamericanos y afrolatinos. Por eso la gente protesta, porque ya es hora de un cambio de sistema. Aparte de que se haga justicia por cada caso de brutalidad policial racista, lo que se necesita es repensar el papel de la policía en la sociedad. ¿Sabías que como institución la policía tiene sus orígenes en atrapar a esclavos prófugos? ¿Se pueden resolver los conflictos de otra manera? ¿Por qué hay policías en las escuelas? ¿Para qué darle equipo militar a la policía? ¿Cómo se puede supervisar o directamente disolver a la policía inmigración, ICE?
En algunos lugares del país, como en Los Ángeles, el alcalde va a mover fondos de la policía, entre $100 y 150 millones del presupuesto para reinvertirlos en comunidades de color; en Minneapolis la concejalía quiere disolver la policía y empezar de cero; más cerca, en la ciudad de Kingston, en el condado de Ulster, tras dos años de tenerla en carpeta, la legislación que cambiaría la manera en que se supervisa a la policía y se da seguimiento a las quejas, la ley de responsabilidad policial, al fin es algo que el alcalde Steve Noble está dispuesto a firmar.
Todos estos son ejemplos concretos de lo que el poder popular es capaz de hacer. Además de protestas, se pueden escribir cartas a los medios locales, se puede llamar a nuestros representantes de cada nivel, se puede involucrar en grupos que se organizan para el cambio y hasta ayudar económicamente.
La pandemia nos dejó pensando, es hora de ponernos manos a la obra. Sin justicia, no hay paz.
Mariel Fiori
Directora
COPYRIGHT 2020
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
Comments | |
Sorry, there are no comments at this time. |