Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
¿Qué mensaje tienes para nuestros políticos y representantes? Le pregunté a Dolores Bustamente hace unos días en mi programa La Voz con Mariel Fiori en Radio Kingston. Bustamente es una trabajadora agrícola del área de los Finger Lakes en el estado de Nueva York, miembro de la Alianza Nacional de Mujeres Campesinas, del Centro de Justicia para Trabajadores y del grupo Mujeres Divinas para trabajadoras del campo.
En plena pandemia por COVID-19, los trabajadores agrícolas han sido declarados trabajadores esenciales, es decir, deben continuar su trabajo a pesar de que a la mayoría se nos dice que nos quedemos en casa. Se estima que el 75 por ciento de los trabajadores agrícolas del país, y de nuestro estado, son indocumentados. Sobre llovido, mojado: el paquete de estímulo económico de 2 millones de millones de dólares no tiene ni un centavo para los trabajadores indocumentados, ningún cheque para los que declaran y pagan sus impuestos con un número de ITIN en vez de un número de seguro social. Una injusticia que va contra esa base fundamental de nuestra sociedad democrática capitalista que dice que “todos somos iguales ante la ley” –en realidad somos iguales a la hora de pagar impuestos, porque no preocupa si pagamos con ITIN o SSN.
En la entrevista, Dolores Bustamante habló sobre la complicada situación de las trabajadoras agrícolas en Nueva York, algunas “mamás con niños desafortunadamente tuvieron que dejar de trabajar para poder cuidarlos. Otras dejan a sus niños solos con el riesgo de que pueda pasar algo, pero no pueden pagar demasiado dinero para que se los cuiden”. “Nos sentimos mal, porque, aunque saben que somos esenciales, nos dejaron afuera” de las ayudas económicas, enfatizó la activista campesina.
Pero ni siquiera todos los trabajadores agrícolas reciben apoyo o equipo protector de sus propios empleadores. Denunció Bustamante que “en unas empacadoras de manzana, por ejemplo, lo que está pasando es que trabajan encerrados, pegados unos a otros y no tienen el equipo necesario para estar trabajando así”. Sin cheque de estímulo ni seguro de desempleo, la ayuda viene por ahora de organizaciones comunitarias aliadas que colectan fondos como el Centro de Justicia para Trabajadores de Nueva York (WJCNY) o el Ministerio Rural Migrante (RMM) que colectan donaciones deducibles de impuestos.
Unos días después, conversé en mi programa con la Fiscal General del Estado de Nueva York, Letitia James, la primera mujer en ocupar ese puesto, y la primera afroamericana, sobre todo lo que su oficina está haciendo para luchar contra el coronavirus y defender a la comunidad inmigrante. La entrevista fue en inglés. James dijo que entiende que la pandemia está afectando desproporcionadamente a las comunidades de color. Una población vulnerable y marginada por el gobierno federal como lo es la población inmigrante indocumentada necesita una red de seguridad y esta pandemia está mostrando todas las brechas del sistema, dijo James. La fiscal recalcó que el estado de Nueva York es un santuario para inmigrantes y que nadie debe temer por hacerse la prueba de COVID-19, y que además el estado está trabajando en un plan de estímulo para todos los neoyorquinos que fueron excluidos por el estímulo federal. Esperemos que eso ocurra pronto.
¿Y qué me respondió Bustamente cuando le pregunté qué mensaje tiene para nuestros representantes?: “Les diría que por favor se volteen a vernos, más en estos momentos que estamos siendo parte muy esencial de este país, como ya lo dijeron, verdad. No me quejo en lo personal, no me quejo de tener que ir a trabajar, el tener que salir todas las mañanas a trabajar, no me quejo [se le quiebra la voz], pero sí que vieran la labor que estamos haciendo, tan grande. Que otras personas puedan tener esa comida en la casa que necesitan. Que se volteen a vernos. Ese sería mi mensaje”. Que suene bien fuerte y bien claro: dignidad para todos los trabajadores, los trabajadores agrícolas son parte esencial de este país.
Mariel Fiori
Directora COPYRIGHT 2020
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
En plena pandemia por COVID-19, los trabajadores agrícolas han sido declarados trabajadores esenciales, es decir, deben continuar su trabajo a pesar de que a la mayoría se nos dice que nos quedemos en casa. Se estima que el 75 por ciento de los trabajadores agrícolas del país, y de nuestro estado, son indocumentados. Sobre llovido, mojado: el paquete de estímulo económico de 2 millones de millones de dólares no tiene ni un centavo para los trabajadores indocumentados, ningún cheque para los que declaran y pagan sus impuestos con un número de ITIN en vez de un número de seguro social. Una injusticia que va contra esa base fundamental de nuestra sociedad democrática capitalista que dice que “todos somos iguales ante la ley” –en realidad somos iguales a la hora de pagar impuestos, porque no preocupa si pagamos con ITIN o SSN.
En la entrevista, Dolores Bustamante habló sobre la complicada situación de las trabajadoras agrícolas en Nueva York, algunas “mamás con niños desafortunadamente tuvieron que dejar de trabajar para poder cuidarlos. Otras dejan a sus niños solos con el riesgo de que pueda pasar algo, pero no pueden pagar demasiado dinero para que se los cuiden”. “Nos sentimos mal, porque, aunque saben que somos esenciales, nos dejaron afuera” de las ayudas económicas, enfatizó la activista campesina.
Pero ni siquiera todos los trabajadores agrícolas reciben apoyo o equipo protector de sus propios empleadores. Denunció Bustamante que “en unas empacadoras de manzana, por ejemplo, lo que está pasando es que trabajan encerrados, pegados unos a otros y no tienen el equipo necesario para estar trabajando así”. Sin cheque de estímulo ni seguro de desempleo, la ayuda viene por ahora de organizaciones comunitarias aliadas que colectan fondos como el Centro de Justicia para Trabajadores de Nueva York (WJCNY) o el Ministerio Rural Migrante (RMM) que colectan donaciones deducibles de impuestos.
Unos días después, conversé en mi programa con la Fiscal General del Estado de Nueva York, Letitia James, la primera mujer en ocupar ese puesto, y la primera afroamericana, sobre todo lo que su oficina está haciendo para luchar contra el coronavirus y defender a la comunidad inmigrante. La entrevista fue en inglés. James dijo que entiende que la pandemia está afectando desproporcionadamente a las comunidades de color. Una población vulnerable y marginada por el gobierno federal como lo es la población inmigrante indocumentada necesita una red de seguridad y esta pandemia está mostrando todas las brechas del sistema, dijo James. La fiscal recalcó que el estado de Nueva York es un santuario para inmigrantes y que nadie debe temer por hacerse la prueba de COVID-19, y que además el estado está trabajando en un plan de estímulo para todos los neoyorquinos que fueron excluidos por el estímulo federal. Esperemos que eso ocurra pronto.
¿Y qué me respondió Bustamente cuando le pregunté qué mensaje tiene para nuestros representantes?: “Les diría que por favor se volteen a vernos, más en estos momentos que estamos siendo parte muy esencial de este país, como ya lo dijeron, verdad. No me quejo en lo personal, no me quejo de tener que ir a trabajar, el tener que salir todas las mañanas a trabajar, no me quejo [se le quiebra la voz], pero sí que vieran la labor que estamos haciendo, tan grande. Que otras personas puedan tener esa comida en la casa que necesitan. Que se volteen a vernos. Ese sería mi mensaje”. Que suene bien fuerte y bien claro: dignidad para todos los trabajadores, los trabajadores agrícolas son parte esencial de este país.
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