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Manos solidarias

Mujeres cosen miles de mascarillas de tela durante la cuarentena

Por Laura Andrea Pérez Rangel
April 2020
Cuando el gobernador Cuomo hizo un llamado a los negocios a que explotaran su creatividad y buscarán maneras de ayudar a batallar al COVID-19, así no sean negocios que estén relacionados directamente con el área de salud, las costureras Rocío Silva y María Cabrera explotaron su creatividad para ayudar a la comunidad en tiempos de pandemia.
 
La escasez de mascarillas ha dejado indefensos desde los trabajadores del sistema de salud hasta a las personas que trabajan en los supermercados; a todo este personal que ha demostrado más que nunca ser esencial y que día a día corre con el riesgo de toparse con el enemigo invisible, que tantos estragos ha causado, pero igualmente sale y trabaja. Esta situación también ha afectado al público, especialmente a las personas más vulnerables al virus: personas mayores, embarazadas y personas con un sistema inmunológico comprometido. Por esta razón, las manos generosas de María y Rocío, junto a sus equipos y máquinas de coser, no han parado de fabricar mascarillas intentando aliviar esta crisis en la comunidad, inspirando más acciones solidarias y demostrando que a veces los héroes no tienen capas, sino que las cosen.

María Cabrera, dueña de Maria Cabrera Alterations & Tailoring en Kingston comenzó esta labor luego de tener que cerrar su negocio debido a la crisis originada por el brote de casos de coronavirus en el estado. “Sentí un miedo y una incertidumbre muy grande, pues no sabía cómo seguir adelante con mi negocio” cuenta María; pero al enterarse de la gran necesidad de mascarillas, decidió actuar: de inmediato llamó a su equipo de trabajo, conformado por dos trabajadoras, y comenzaron a trabajar. En una semana ya habían elaborado unas 1500 mascarillas, donándolas a centros de salud (principalmente a Health Alliance, hospital local en Kingston), al Departamento de Policía de Kingston, casas de ancianos y a más personas e instituciones que las necesitaban.

Trabajo de equipo
“La preocupación que tenía por mantener mi negocio se desvaneció y fue reemplazada por una nueva preocupación que va más allá. Ahora es algo colectivo, y por lo tanto las acciones que tomamos deben ser colectivas: mientras mi equipo de trabajo y yo estamos sentadas en la máquina de coser unas 12 horas diarias, mi hermana Carolina (estilista que también ha tenido que cerrar su propio negocio) hace las entregas de los cubrebocas, busca los materiales y me ayuda a responder correos y llamadas y no ha parado de ayudar, la Cámara de Comercio de Ulster hace su parte dando este trabajo a conocer y tratando de ayudarnos al pedir donaciones, los restaurantes locales nos envían comida… Esto es trabajo de equipo” cuenta María.

Cabrera dice en una entrevista realizada por Mariel Fiori en Radio Kingston, que espera que pronto se puedan conseguir mascarillas más adecuadas para afrontar la pandemia, pero ha recibido muchas llamadas y correos de personas que no tienen protección y verdaderamente la necesitan, así que “hacer y tener algo es mejor que nada”. María buscó la mejor manera posible de elaborarlas para que cumplan efectivamente con su función y cuenta que ha sido un proceso evolutivo, mejorando desde que comenzaron a fabricarlas. Los tapabocas consisten en tres capas de tela lavables con una abertura para que se le pueda colocar un filtro de café desechables.

“Es mucho trabajo y es agotador, pero el nivel de satisfacción que sentimos al ayudar, aprovechando que podemos hacerlo mediante la costura, es increíble” dice María, “al mismo tiempo, se me rompe el alma ver el nivel de desesperación y preocupación que existe. Mientras tenga tela y herramientas para seguir cosiendo, quiero seguir ayudando”.
Cabrera paga a su equipo por sus horas de trabajo, lo cual representa una carga fuerte para ella, ya que les paga mientras su negocio está cerrado y no genera ventas. Si quieres comprar una de sus cubrebocas o ayudar por medio de donaciones, visita: masks-by-maria.myshopify.com o escribe un correo a [email protected]. “Todos podemos ayudar en algo, desde algo tan sencillo como lo es quedarse en casa”, es el mensaje de María.

La tapicería que cose mascarilllas
Mientras tanto en Newburgh, Rocío Silva de R. Ramos Upholstery Inc., nos cuenta cómo su tapicería se suma a este movimiento: “Un día viernes, vino una doctora amiga a mi tienda a buscar elástico para elaborar mascarillas. Me comentó que ella y su hermana se vieron en la necesidad de coser sus mascarillas porque no tenían suficientes. Yo no sabía que esto estaba ocurriendo. Es alarmante que este personal tan importante no cuente con la protección que necesita” comenta Rocío.

Izamar, que trabaja en el local junto a Rocío, escuchó esta conversación y propuso comenzar a fabricar máscaras para ayudar a aliviar la situación, buscó los materiales y puso manos a la obra. En menos de una semana, Rocío junto a Izamar y Claudia (su mamá), lograron elaborar más de 600 cubrebocas, donándolas a diferentes hospitales, asilos, amigos, compañías y a gente que las necesita. Silva resalta que “en tiempos de guerra, creo que las costureras siempre han sido esenciales al apoyar a los que están al frente de la lucha.”

“Tenemos el material necesario y la disposición para hacerlas” comenta Rocío. También cuenta que muchas de las máscaras fueron elaboradas a partir de un material sobrante de un trabajo realizado para la producción de Broadway Harry Potter y el Legado Maldito, pues cumplía con las condiciones necesarias para ser usado.

“Esto es un esfuerzo comunitario: sé de varias costureras locales que han estado dedicando su tiempo a esta causa que al fin y al cabo es nuestra... y de todos”, dice Rocío que al ver tantos esfuerzos unidos, ya sea en su misma comunidad o fuera de ella, se siente cada vez más motivada e inspirada a seguir ayudando. “El día que no se necesiten más mascarillas, ese día va a ser el día más feliz de mi vida” añadió.

Pero hay un problema: como también es el caso de María, su tienda está cerrada y no genera ingresos. La diferencia es que el equipo de Rocío está netamente compuesto por voluntarios. Si quieres colaborar para que Rocío y su equipo siga fabricando mascarillas, llama o escribe un mensaje al 845-662-4276.

“Si hay algo que he aprendido de esta experiencia es que necesitamos pensar más en los demás, debemos ser más empáticos y solidarios. Estamos peleando una guerra muy diferente: es una guerra contra un enemigo que no podemos ver; por lo tanto, debemos estar atentos y tomar las medidas necesarias para protegernos a nosotros mismos, a nuestras familias y a los demás” recomienda Rocío. También recalca que “el peor enemigo está dentro de nosotros mismos y sale a relucir cuando nos volvemos egoístas y queremos todo para nosotros sin pensar en los demás, como cuando vamos al supermercado y nos llevamos todo el papel higiénico.”

Es cierto que para muchos es difícil hacer una donación en estos momentos, pero cuando todo esto pase, recordemos que contamos con una gran modista que vende vestidos de novia en Kingston, llamada María Cabrera, y con el excelente servicio de tapicería de Rocío Silva, en Newburgh, que decidieron ayudar a la comunidad en momentos de crisis sin pedir nada a cambio. Apoyemos los negocios locales con fuerza.

Recursos
  • Si quieres aprender a hacer tu propia mascarilla, puedes ver un tutorial recomendado por María en este enlace.
  • Además, la tienda Joann Fabrics & Crafts (1385 Ulster Avenue en Kingston) ha estado donando materiales para la elaboración de cubrebocas e instrucciones y para elaborar 5 máscaras. Para más información, llamar al 845-336-5419.
  • La organización Artists for Soup también da ejemplo de solidaridad al donar mascarillas a las comunidades con las que trabaja en Nicaragua. Basada en Millbrook, Artist for Soup es una organización sin fines de lucro que trabaja con familias nicaragüenses, brindándoles educación en jardinería biointensiva, para las seguridad alimentaria de las comunidades. Por ahora, Artists for Soup cesó sus operaciones regulares, pero su equipo y comunidad siguen trabajando fabricando mascarillas así como lo hacen María y Rocío. Además, donan jabón y utilizan sus recursos para crear contenido dedicado a promover las medidas de higiene necesarias para la prevención del coronavirus. Debido a las inmensas dificultades económicas actuales, el equipo de AfS espera un cambio en sus ingresos y teme que este tema afecte la continuidad de su trabajo en Nicaragua. Si está en sus posibilidades apoyar a este proyecto, puede hacerlo en este enlace.


 

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