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OpiniĆ³n

La frontera de Red Hook y Rhinebeck

Por Kate Grim-Feinberg
August 2004
Durante el año escolar pasado (septiembre 3 a mayo 2004), llevé a cabo una investigación sobre la comunidad mexicana de Red Hook y Rhinebeck. Me centré en el papel que juega el lenguaje tanto en la manera de que la comunidad local ha recibido a los nuevos inmigrantes.
                Hice entrevistas a 24 personas de la comunidad mexicana local, conversé informalmente con 25 más y conocí a unas 30 más en eventos sociales dentro de la comunidad mexicana. Hablé con 38 personas no mexicanas en las comunidades de Red Hook y Rhinebeck, incluyendo a miembros de la Junta Municipal, líderes religiosos, profesores del colegio, niños, padres, jóvenes que crecieron aquí, dueños de empresas locales, granjeros, empleados de restaurantes y organizaciones del partido Demócrata. Todas las entrevistas fueron confidenciales y traduje sus citas del inglés. Además, para reservar la confidencialidad, cambié los nombres de los mexicanos y otros miembros de la comunidad los identifiqué según su función.
                Red Hook y Rhinebeck, New York son pueblos de la frontera. La línea entre el Rhinebeck mexicano y el Rhinebeck americano no se puede encontrar ni dibujar en un mapa. Existe en las puertas de nuestras casas, las puertas de las cocinas de restaurantes y las puertas de los buses públicos. No hay patrulla de la frontera que trabaje día y noche para prevenir que crucemos al otro lado. Pero sí hay fuerzas sociales, culturales, políticas y económicas poderosas que cumplen la misma función. Quizás lo más poderoso de ellas es el lenguaje. A pesar de que nos cruzamos en el camino, consciente o inconscientemente, los idiomas que hablamos nos mantienen en nuestro propio lado de la frontera.
                Lo siguiente es lo que me contaron varios mexicanos sobre su experiencia de vivir en esta comunidad:

                “Uno se siente como sordomudo.” –Moisés y Pepe (me dijeron las mismas palabras en dos ocasiones distintas)

                “Todos los días, algo te recuerda que eres inmigrante. Por ejemplo, cuando tienes que esperar el autobús, o… cuando piensas en regresar a ver a tu familia y es fácil regresar pero no volver acá… Nacer aquí es un privilegio. Es lo más grande que te pudo haber pasado en tu vida.” -Silvia

                “Pues, mi esposo quisiera que nos fuéramos, pero esto es imposible porque son muchos gastos los que se hacen…. Uno ve la distancia que está separado de los familiares…. Pero lo único que puedo es, pues, trabajar un poquito para… ayudar más con los pequeños gastos que salen…. Es lo que estamos viviendo ahorita…. No, nada [es fácil]. Todo es difícil. Porque a diario tiene uno que trabajar…. Esta es mi vida.” –Ángela

                “Áca mis niños tienen lo necesario. Nunca les falta comida ni zapatos. Yo cuando niña andaba a veces descalza, sin zapatos, cuando mi papa no tenia dinero.” –Margarita

                “Aunque somos parte de [la comunidad], no nos sentimos como parte de la cultura.” – Adán

                Lo siguiente es lo que me contaron algunas personas no mexicanas sobre su experiencia de vivir cerca de mexicanos aquí:

                “Puede que al principio yo no quería alquilar [casas] a los mexicanos, pero mi hermana lo hace, y ya no le quedaban palabras para hablar bien de ellos. Son los mejores inquilinos que ha tenido…. [Antes yo solo escuchaba cosas negativas], pero esos muchachos se han ganado el favor de todos. Trabajan como perros, aguantan tanto para llegar aquí y hacen todo el trabajo que nadie más quiere hacer…. Me alegro de que no sean odiados.” –propietario de la cuarta generación en Red Hook

                “Sí [los veo como parte de la comunidad] ahora porque son muchos. Sí son [parte de la comunidad], le guste a la gente o no. Son una parte importante. Están dirigiendo el show.” –mujer joven que creció en Rhinebeck

                “Les admiro por su voluntad de trabajar, esforzarse y ‘salir adelante’, como muchos inmigrantes. Nos recuerdan que hay oportunidades para la gente que trabaja duro. Admiro su voluntad de caminar y andar en bicicleta, hacer cosas que muchas personas no harían para llegar al trabajo. Lo encuentro refrescante al verlos.” –líder religioso en Red Hook

                “[En la escuela], enseñan a sus compañeros de curso cómo es de donde vienen, que no odas las escuelas son como las nuestras, que algunas no son tan limpias ni tienen tantos recursos. Ellos les dan un punto de vista diferente a nuestros niños y les enseñan que no hay mucha diferencia entre ellos, aparte del color de su piel y el idioma.” –profesora de inglés como segunda lengua en las escuelas de Red Hook
                “[He aprendido de los mexicanos a quienes enseño inglés] lo difícil que debe ser aprender inglés, hacer una mudanza tan grande, adaptarse a un clima nuevo y cambiar completamente el estilo de vida…. Con los muchachos de mi edad [a quienes enseño inglés], bromeamos más. Los miro con respeto.” –alumno del colegio en Rhinebeck 

                Varias personas mencionaron que habían escuchado comentarios negativos sobre los mexicanos u observado interacciones negativas. Algunos mexicanos también me contaron sus experiencias con el racismo. Teniendo en cuenta mi posición como americana blanca, es muy probable que muchos mexicanos que experimentaron el racismo evitaron decírmelo. También es probable que algunos de los miembros anglosajones de la comunidad, que nunca devolvieron mis llamadas solicitando entrevistas, tengan opiniones no tan positivas sobre los mexicanos. Sin embargo, la mayoría expresó un sentimiento de ambivalencia: por un lado la gente se ha dado cuenta de la presencia de los mexicanos, pero en gran parte, por otro, simplemente los ignoran. A pesar de eso, he encontrado que hay mucha voluntad por los dos lados de conocerse más entre sí. También hay muchos que no les interesan, pero hay bastantes que sí.
                Si bien muchas personas sugirieron que los mexicanos se deben integrar más a la comunidad local de manera natural a medida que crecen en número y se quedan por más tiempo en este país; es preciso preguntarse cómo surgirá esta integración “natural”. ¿Cuáles son las fuerzas “naturales” que harán que la gente se integre? Estas fuerzas que nos unirán son las fuerzas sociales y las fuerzas sociales forman y son formadas por la sociedad, lo que construimos nosotros, el pueblo que vive aquí en esta comunidad: la comunidad local, nacional y global. Nosotros somos la sociedad. Las fuerzas sociales nos limitan, pero nosotros también podemos cambiarlas.
                He encontrado que una de las maneras más efectivas para juntar a la comunidad mexicana con los demás que viven en Red Hook y Rhinebeck es a través de programas de idioma. Los programas de intercambio lingüístico dentro de la comunidad facilitan la necesidad esencial de comunicarse, mientras también forman un espacio cómodo en que los hablantes de inglés y español se pueden reunir para trabajar juntos en integrar otros aspectos de la vida:

                “Desde allí [a través de las clases de inglés], [los mexicanos] pueden dedicarse a cualquier cosa…. Las personas pueden conocerse entre sí y juzgar menos.” –recién graduadad de la universidad, que creció en Rhinebeck
                Algunas personas sugirieron que podríamos juntarnos a través de intereses comunes, como la política, la religión, el fútbol y el baile latino. Otros propusieron trabajar con mexicanos en aprender a utilizar internet y estudiar para la GED (sigla de la General Education Degree/ Equivalencia). Todos estos aspectos de la vida se pueden conectar a través del aprendizaje del idioma de cada uno.
 
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