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Dedicado a Gloria

Entrevista a Emilio Rojas

Por Freddie Hernandez
November 2019
Invito a los lectores a cerrar los ojos, tomar un momento y dibujar mentalmente la imagen de la frontera entre México y Estados Unidos. ¿Lo pudiste hacer? ¿Fue difícil de dibujar? ¿Tienes seguridad de que la dibujaste correctamente? Este es solo uno de los muchos conceptos e ideas de la frontera que el artista, Emilio Rojas, explora en su trabajo.
Freddie Hernández: ¿Quién es Emilio Rojas?
Emilio Rojas: Soy un artista multidisciplinario y también activista y traductor. La mayoría de mi trabajo se centra en cuestiones de inmigración y de colonización. También hago performance y proyectos comunitarios, instalación de video, y trabajo mucho con archivos. Entonces se me invitó a la universidad Bard a hacer tres proyectos de arte y a enseñar.

FH: ¿Cuál es su relación con las fronteras y cómo influyen en sus obras actuales?
ER: Nací en la ciudad de México, también crecí en partes de Canadá, Vancouver. Y ahí fue donde empecé trabajar con comunidades inmigrantes, refugiados, y donde mi obra empezó tener un contenido bastante político. Las piezas que estoy haciendo aquí están basadas en el trabajo de Gloria Anzaldúa, una escritora feminista, chicana, poeta, que escribió el libro Borderlands La Frontera, The New Mestiza, en 1987, uno de los textos principales para pensar acerca de la frontera y uno de los grandes textos del movimiento Chicano. El archivo de Gloria está en la Universidad de Texas en Austin y he estado yendo al archivo trabajando con su obra. Gloria murió en el 2004, de complicaciones por la diabetes, estas piezas están dedicadas a ella.

FH: Son tres las piezas o instalaciones, hábleme sobre la relacionada a las tres hermanas.
ER: Ahora estoy trabajando bastante en la Colaboración con La Granja de Bard. Es un proyecto comunitario, en el cual plantamos la línea de la frontera, entre de Estados Unidos y México, hecho de las tres hermanas, maíz, frijol y calabaza. Continuando con el legado de la escritora feminista chicana Gloria Anzaldúa, el trabajo busca descubrir historias de inmigración, derechos laborales, fronteras, soberanía de la tierra y opresión sistémica.

FH: Nos gustaría que nos hable de la imagen de la portada de La Voz de este mes, ¿es parte de sus piezas actuales?
ER: Sí, tengo un segundo proyecto, una instalación de video para ver en el Fisher Center en Bard College del 21 al 24 de noviembre. Se trata de retratos en video de mujeres inmigrantes que sostienen a sus hijos, primera generación nacida en los Estados Unidos. Me inspiré en una antigua práctica fotográfica que requería que las mujeres mantuvieran al niño quieto mientras estaban cubiertas y permanecían invisibles, con el niño como punto de interés. La instalación de arte busca conectar la situación política y social de las mujeres del siglo 19 con la invisibilidad del trabajo de las mujeres inmigrantes en la actualidad. Los fondos recaudados irán a organizaciones que apoyan a menores no acompañados y casos de reunión familiar.

FH: ¿Y de qué se trata su tercer proyecto artístico?
ER: El tercer proyecto es un carrito de paletas donde intercambio fronteras, dibujos de la frontera y les pido a las personas que dibujan la frontera en estos papeles translúcidos sobre frontera de México y Estados Unidos, para darnos cuenta que realmente la gente no sabe cómo se ve la línea. Y tampoco saben mucho sobre la historia de la frontera, que la frontera tiene 171 años y que las fronteras no son permanentes. En el verano lo haré con paletas y en el invierno con tamales. Es un intercambio. Cuando hacen la línea también se hacen los videos con una cámara puesta arriba del carrito. Este proyecto se llama Vague and Undetermined Place", o Lugar vago e indeterminado. Gloria Anzaldúa dice en el libro Borderlands, "las tierras fronterizas son un lugar vago e indeterminado creado por el residuo emocional de nuestro límite antinatural", y termina diciendo "las fronteras están en estados constantes de transición".

FH: ¿Cómo te sientes al navegar el mundo del arte como artista Latinx? ¿Sientes que hay algún límite?
ER: Yo simplemente hago mi trabajo. Y al que le gusta bien, y al que no le guste también. Porque hago mi trabajo para mis comunidades, no necesariamente para complacer el mundo del arte. Entonces creo que hago el trabajo que pienso que es necesario y que puede despertar conciencias sobre los problemas políticos que estamos viviendo, pero no trabajo para ver si encajo o no encajo. Trabajo con relación al trauma y archivos feministas y queer y la descolonización, algo que para mí es importante. Para mi ser Latinx es una identidad dentro de muchas que me definen, pero como decía Gloria Anzaldúa que todas estas definiciones tampoco se deben convertir en nuestras prisiones. Entonces yo trato de dejar que el trabajo habla por sí mismo.  

FH: ¿Cómo espera que su trabajo afecte a las personas que vean alguna de sus instalaciones?
ER: No creo expectativas con mi trabajo, simplemente dejo que la gente tenga experiencias. Han pasado más de 350 estudiantes por la frontera, la instalación de las tres hermanas, y han tenido muy buenas respuestas. Mucha gente habla mucho después sobre cómo los ha afectado y el poder pensar en esta manera sobre la frontera. Una estudiante me contó su historia, que había cruzado la frontera con sus papás. Nunca sintió que podría haber un espacio para que ella pudiera contar lo que recordaba, y que esta era la primera vez que hablaba sobre esto; y estaba llorando. Más que nada espero crear preguntas en la gente. No creo que mi trabajo da ninguna respuesta. Sí no más bien, que te hace preguntar y cuestionar más. Y te hace investigar un poco más de lo que estamos viviendo. Para mí, que esta estudiante haya tenido esta respuesta a la instalación, ya mi trabajo está hecho. El arte tiene la capacidad de cambiar la opinión política al llegar al corazón de las personas para que empaticen con otras. Hay algunos alumnos también que me preguntaron en qué organizaciones podrían hacerse voluntarios y ayudar aquí en el Valle del Hudson, entonces parte de mi trabajo es despertar conciencias, empoderar, poder conectar la gente y crear puentes.

 Donde no queda ningún muro
Del 21 al 24 de noviembre en el Fisher Center de Bard College habrá un festival de arte internacional sobre las fronteras (fronteras físicas, fronteras políticas y fronteras del cuerpo) y cómo podríamos trascenderlas. Esta tercera edición de la Bienal de Arte Vivo de Bard está comisariada por la artista libanesa Tania El Khoury, becaria de arte Soros de 2019, y Gideon Lester, Director artístico de teatro y danza del Centro Fisher. El festival se llama Donde No Queda Ningún Muro. Más información en fishercenter.bard.edu/liveartsbard/

Programa:
Emilio Rojas en Weis Atrium y Bard College Farm
21 y 22 de noviembre 3:30 pm; 23 de noviembre 1:30 pm; y 24 de noviembre, 2:30 pm

Basel Abbas y Ruanne Abou-Rahme con Tashweesh en Resnick Studio, Bard College
22 de noviembre 22 6:30 pm; 23 de noviembre 4:30 pm; y 24 de noviembre 24, 2 pm y 6:30 pm

Mirna Bamieh / Sociedad de alojamiento de Palestina en Murray’s Tivoli
21 de noviembre, 7:30 pm; 22 de noviembre 7:30 pm; y 23 de noviembre, 7:30 pm

Ali Chahrour en LUMA Theater, Bard College
22 de noviembre 22, 7:30 pm; 23 de noviembre, 4:00 pm; y 24 de noviembre, 4:00 pm

Rudi Goblen en Sosnoff Stage Right, Bard College
23 de noviembre 9:00 pm; y 24 de noviembre, 7:30 pm

Emily Jacir en Sosnoff Stage Left, Bard College
21 de noviembre, 6:00 pm; 22 de noviembre 22, 6:00 pm; 23 de noviembre 1:00 pm; y 24 de noviembre, 1:00 pm

Tania El Khoury en Sosnoff Backstage, Bard College
21 y 22 de noviembre, 6:00 pm, 7:00 pm y 8:00 pm; 23 de noviembre 2:30 pm, 3:30 pm, 4:30 pm, 7:00 pm y 8:00 pm; y 24 de noviembre 1:00 pm, 2:00 pm, 3:00 pm, 5:30 pm, y 6:30 pm

Jason De León en Weis Atrium, Bard College
21 y 22 de noviembre, 6:00 pm, 23 y 24 de noviembre 1:00 pm

 

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