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Suplemento Educativo

Clases gratuitas de inglés en Red Hook

Por Mariel Fiori
January 2004
Clases gratuitas de inglés en Red Hook
Desde hace un par de años y gracias a la iniciativa de una estudiante de Bard que funciona el Centro de ESL (English as a Second Language) en Red Hook. Las clases de inglés son abiertas y gratuitas para toda la comunidad los jueves de 6 a 8 PM en la St. Paul’s Lutheran Church y los que quieran pueden llevar también a sus niños para que estudien o para que los cuiden los voluntarios mientras los papas van a clase. Los instructores, tanto voluntarios de la comunidad como estudiantes de Bard, están certificados por la LVA (Literacy Volunteers of America) y en general hay un promedio de uno o dos estudiantes por tutor.
                Rafael, mexicano estudiante de Bard y también alumno de las clases de inglés de Red Hook elogia el curso: “La ventaja es que lo hacen por gusto, por cariño. Como son voluntarios no están presionados por el dinero o por el tiempo. No están obligados a ensenarte, no tienen la mentalidad del maestro que dice ‘primer tema…, segundo tema…’ de una forma muy académica y estricta, tal vez seca. Sino que están dándote lo que ellos ven que necesitas, de una manera directa. Además, ese gusto que tienen hace que perciban más las necesidades de cada alumno. Entonces se aprende mucho más porque el alumno se ve apoyado en el plano emocional”.
                Entre las primeras impulsoras de estas clases se encuentra Melanie Nicholson, profesora de español de Bard College, que cuenta que al principio sus alumnos daban algunas tutorías de inglés a la vez que estudiaban el fenómeno de la presencia hispana. Después llego el proyecto de su estudiante Kate Grim-Feinberg y el proyecto se hizo realidad a través del Trustee Leader Scholar Program de Bard College. Nicholson explica que “los horarios de los estudiantes siempre varían, un día hay diecisiete y otros voy y me encuentro con ocho maestros y dos estudiantes. Pero hay que ser muy flexible con este tema, porque es mucho mejor para ellos que una asistencia fija, ya que gran parte de lo que sufren los inmigrantes en esta zona es que trabajan en un restaurante o una pizzería seis días a la semana. Tienen solo un día libre para lavar la ropa, visitar sus amigos y aprender un día ingles a veces les viene muy difícil”.
Los orígenes:
                Kate Grim-Feinberg describe como nació la idea del centro: “me llamaba la atención la gran separación que hay entre los inmigrantes y los que vivieron siempre en este país. Quería saber algo de la vida de los inmigrantes, cuáles son sus dificultades y logros que se encuentran acá y, por que estamos tan separados socialmente cuando cada uno contribuye a la comunidad y al país. Me di cuenta que una de las cosas que más nos separan es el idioma y que ensenar inglés es algo muy básico que cualquier angloparlante puede hacer, así que el centro de inglés surgió como una manera lógica y sencilla de juntar la comunidad.” Además, Kate es una amante de los idiomas. “Cuando aprendía español quería conocer gente que lo hablara. Porque se aprende realmente una lengua cuando se la ve como algo vivo, con las personas usándola en situaciones cotidianas. Y para mi es interesante ver cómo la gente que esta aprendiendo el inglés ve a nuestro idioma y comparar la manera en que yo aprendo el español con la manera en que enseno el inglés.”
                Entre las dificultades con las que se topó al principio fue encontrar un sitio para dar las clases. “Aunque no fue tan difícil –aclara- porque desde el principio hubo mucho apoyo de toda la comunidad. Al final, encontré la St. Paul’s Evangelical Lutheran Church y el pastor, Ken Jetto, fue súper amable en dejar que nos reuniéramos y guardáramos el material allí. De hecho, está muy contento de que la iglesia sea usada para servir la comunidad. Realmente no hay nada que sea difícil en sí. Lo único difícil es encontrar el tiempo para organizar todo, pero a mí me encanta hacerlo”. Y la verdad es que se nota, con tiempo o sin él, ahora está planeando la posibilidad de dar clases de inglés también los lunes en el laboratorio informático de Bard College Henderson (para más información llamar a Raluca al 845-752-4190)
Los compañeros de idiomas
                Con esta idea, - que Kate trajo de su experiencia en la Universidad de Santiago de Chile, - se pretende juntar a los que estudian español con los que estudian inglés. En realidad, es una manera de relacionarse con personas de otras culturas y poder aprender de ellas. “Creo que aunque vivas en un país donde hablan otro idioma, si no pasas bastante tiempo con su gente no lo cas a aprender muy bien. Tienes que escuchar bromas y la jerga de las personas cuando hablan de su vida cotidiana para poder entender la lengua como algo vivo y poder ocuparla así sin pensar ni traducir, expresándose discretamente. Allá en Santiago, al principio me parecía difícil poder llegar a conocer a los chilenos de esta manera. Mis mejores amigas eran gringas (americanas), y aunque hablábamos en español juntas, no sentía la lengua como mía. Pero cuando conocí a mi Language Partner, y a otros amigos chilenos, espesé a sentir mucha más conexión con la lengua. Empecé a “cachar” como mis amigos ocupaban la lengua para expresar fácilmente cosas que compartimos” Kate recuerda con su acento chileno.
                Hasta ahora hay en Bard más de 50 personas anotados para hacer Language Partners en varios idiomas. Aunque la mayoría trabaja con el español y el inglés, también hay compañeros para italiano, francés, chino, coreano, polaco, y árabe. “Todos con los que hable estaban animados para hacerlo y me impresiono que ellos querían conocernos igual que como nosotros (por lo menos los que están aprendiendo lenguas extranjeras) a ellos”, afirma Kate con entusiasmo.
 

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