Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
Fue una noche muy quieta, tal como el mar que los invitaba. La Cruz del Sur, estoica e indiferente parecía muda, pero ella siempre es muda, esta noche se muestra igual de indiferente en su firmamento, tanto a las embarcaciones, como al destino de los hombres, pues ellos depositan su fe, en sus ganancias. Hoshi, la embarcación, deposita su fe en las manos de Capitán Rohan.
Gran hombre, su figura refleja la sabiduría de sus pasos y sus aventuras. Su fe jamás desafiada por los vientos del sur. Este hombre lo tuteaba como fiel compañero de viaje. Pero este viaje es diferente, esta noche el viento ausentaba, no respondía a la llamada usual de Rohan. En mil tempestades el Capitán lo comandaba, con gritos, con suplicios, con rezos e incluso maldiciones. No obstante, estos vientos siempre lo entregaron a puerto y a los brazos de algún amor.
¿De qué se alimenta la esperanza cuando la fe abandona? este buque desconocía cualquier inquietud, siempre se demostraba fiel a Rohan, gemían sus amarras, sus sogas y sus velas sedientas de viento desnudaban al mástil. Fue entonces cuando Rohan conjuró convenio y le prometió al viento su riqueza, si este levantaba su silbido. El viento no traiciona sus promesas, así fue que las campanas anunciaron su llegada, ellas siempre aclamaron su llegada y sus trineos siempre fueron fieles alarmas a la hora de zarpar.
Dicen que cerca de un islote existe un mástil enterrado, dicen que el viento sopla reclamando riquezas prometidas y convenios conjurados. También dicen que en el fondo del mar aun sopla el viento, y que se oyen campanas que anuncian su llegada.
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Gran hombre, su figura refleja la sabiduría de sus pasos y sus aventuras. Su fe jamás desafiada por los vientos del sur. Este hombre lo tuteaba como fiel compañero de viaje. Pero este viaje es diferente, esta noche el viento ausentaba, no respondía a la llamada usual de Rohan. En mil tempestades el Capitán lo comandaba, con gritos, con suplicios, con rezos e incluso maldiciones. No obstante, estos vientos siempre lo entregaron a puerto y a los brazos de algún amor.
¿De qué se alimenta la esperanza cuando la fe abandona? este buque desconocía cualquier inquietud, siempre se demostraba fiel a Rohan, gemían sus amarras, sus sogas y sus velas sedientas de viento desnudaban al mástil. Fue entonces cuando Rohan conjuró convenio y le prometió al viento su riqueza, si este levantaba su silbido. El viento no traiciona sus promesas, así fue que las campanas anunciaron su llegada, ellas siempre aclamaron su llegada y sus trineos siempre fueron fieles alarmas a la hora de zarpar.
Dicen que cerca de un islote existe un mástil enterrado, dicen que el viento sopla reclamando riquezas prometidas y convenios conjurados. También dicen que en el fondo del mar aun sopla el viento, y que se oyen campanas que anuncian su llegada.
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