Ilustraciones de Dahlia Bloomstone
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Cuento

Ella no lo puede decir
 

Un cuento por entregas, parte 1 de 5
 

Por Maria Eugenia Cabrera
November 2017
Es una niña solitaria con el cabello rojizo hasta la cintura, caminar tres millas hasta la escuela es la mayor parte de su rutina. Desafortunadamente, no hay autobuses escolares amarillos llenos de niños dormidos para recogerla cada mañana, sólo hay una calle con piedras rosadas trituradas donde apenas dos coches pueden pasar y caballos galopar.
Esta calle subdesarrollada no tiene aceras marcadas, todo está cubierto con pequeñas piedras. Pareciera que la están preparando para cubrirla con asfalto. Las piedras más grandes son las armas de Salina contra los perros feroces que ladran perturbadoramente a todo lo que se mueve. En una ocasión, dos perros negros, de piernas largas, cuerpos desnutridos y enormes con cabeza de monstruo y colmillos putrefactos casi se abalanzan contra Salina. Desesperada entre llanto gritó "¡Auxilio, auxilio!" Mientras intentaba agarrar y arrojar una piedra contra estas bestias. En ese instante, estos animales parecían estar burlándose de ella, hasta que decidieron dejarla. Así su cuerpo permaneció intacto de esos colmillos impuros. Pero a raíz de este episodio horrible tuvo pesadillas por un largo tiempo, incidente que no cuenta a sus padres.

A pesar de todo, las mañanas son espléndidas en Trébol a las 5:30 am: desde las alturas del pueblo se escucha el cantar alegre de pájaros exóticos. Unos suenan como las canciones de Navidad en la escuela de Salina, aunque otros parecen como si un depredador estuviera acabando con sus últimas canciones. De hecho, los agricultores desean matarlos porque se alimentan de sus sembradíos de maíz.

Es lunes, otro día más de clase para Salina. Son las 6:00 am y Davina, la madre de Salina, peina y trenza su cabello como es habitual de lunes a viernes. En su cabeza no debe de haber un solo cabello levantado. También como rutina habitual, su uniforme está listo y se compone de una falda de poliéster azul marino de longitud media, una chaqueta azul celeste, calcetines blancos, y zapatillas deportivas de color azul marino. Los maestros la inspeccionan todos los días junto a otros 200 niños de la Escuela Catalina. A Salina la califican como una de las niñas más impecables.

La señora y el señor Barrera son directores muy estrictos y profesionales de la Escuela Catalina. Aunque tienen un acercamiento con ciertos niños con notas sobresalientes, el resto les tiene miedo. Estos educadores tienen una manera peculiar de intimidar a los estudiantes. Guardan en cada aula una regla de madera de roble, de 30 centímetros de largo, y un centímetro de ancho. Si un estudiante está distraído susurrando con sus compañeros de clase, en cuestión de segundos el maestro ordena al niño o niña que le muestre su delicada palma derecha. Este niño o niña debe ser valiente para no gritar de dolor delante de la clase entera. Este castigo también se aplica a los niños que no pueden contestar correctamente las preguntas de matemática o gramática.

Es hora que Salina salga de casa. En su camino a la escuela busca a Resina, su prima mayor quien se supone debe acompañarla de ida y vuelta a la escuela. Los padres de Resina se gritan el uno al otro todo el tiempo. Teresy, la madre de Resina, una señora de un cuerpo grueso discute con su hermana Davina también. Teresy siente celos de que su hermana menor no se haya casado hasta los 25 años, así Davina vivió más tiempo en la casa de su madre. Teresy por su parte se casó a los 18 años, a los 25 años tuvo que comprar su propia casa y criar a su primer hijo, además de atender a su marido, Manuel. Como de costumbre Resina llegará tarde, de manera que Salina camina sola, pero antes pasa frente a la casa de Resina, a las viviendas de las dos primas solo las separan dos cuadras. Como Salina conoce la actitud de Teresy decide no llamar a Resina. Ella sabe que duerme en el dormitorio de la planta baja de la casa de paredes de ladrillos de color marrón con un techo de metal. Ya son las 7:30 am y Salina debe estar alineada en el campo de fútbol de la escuela a las 8:00 am. Es una niña muy puntual, por lo que decide hacer intervalos de correr por cinco minutos y camina por otros cinco minutos.

La estación del año es cálida y la mayoría de los cultivos de maíz en tierras fértiles están listos para ser cosechados. Estas plantas de maíz miden dos metros de altura, lo cual atrae a los niños a jugar al escondite con sus perros. Pero los propietarios de las tierras se enfurecen si los niños que juegan en su propiedad no son de su familia. Así que Salina juega en el campo de maíz de su madre. Mientras Salina continúa caminando a la escuela, ve que Stely también corre a la escuela. Ella es su vecina y compañera de clase, pero Salina no le habla, a pesar de que comparten el asiento juntas. Una vez Salina descubrió que esta chica robó su lápiz rosa y escribió su nombre sobre el de Salina. Eso la enojó. Aunque esta chica es más linda que ella, Salina es más limpia que Stely. Corren a la escuela una detrás de la otra ya están a pocas cuadras de la escuela.

El escenario es muy diferente en el pueblo de Catalina. Hay casas de dos a tres pisos con sus típicos techos de color verde, rojo y azul. No están muy lejos una de otra, casi parecen villas urbanas. Pero, la carretera está en las mismas condiciones que en Trébol. Sólo unas cuantas personas conducen un coche por estos pueblos, la mayoría de la gente utiliza el transporte público. Un par de personas en Catalina son dueños de pequeños abarrotes, el resto trabaja en trabajos de venta al por menor en la ciudad, entre otros empleos. Los propietarios de las villas de lujo viven en los Estados Unidos, España e Inglaterra. No hay muchas casas llanas de ladrillo como la de Salina. Cuanto más cerca Salina llega a la escuela, ve gente caminando, charlando con vecinos, otros comprando víveres. A Salina le encanta el Pueblo de Catalina porque en los dos abarrotes hay dulces. Durante el receso compra dulces de caramelo de manzana.

Salina llega a tiempo a la escuela. Los niños y niñas empiezan a reunirse en el patio antes de que suene la sirena. Para entonces todos los niños deben estar alineados listos para ser revisados en su pulcritud. Desde el primer al sexto grado todos los estudiantes se alinean según su altura, desde el más bajo al más alto. Salina está entre las chicas altas en cuarto grado, esto la pone feliz.

Los lunes ponen la mano derecha sobre el corazón y cantan el himno nacional y, de inmediato, después de que los niños estén alineados parados derechos y en silencio, los instructores de cada grado observan a cada erudito de la cabeza a los pies. Los lunes, la mayoría de los niños lucen impecables así que no deben pararse frente a todos y pasar vergüenza antes de ir a sus aulas. Uno tras otro, caminan a un ritmo lento con la mirada hacia adelante, empiezan los del primer grado y así sucesivamente hasta el sexto grado.

Entre las 10:00 y las 10:30 am todos tienen un receso y, como de costumbre, Salina sueña con Iván, uno de los chicos del tercer grado. Ella es su admiradora secreta. Admira su sonrisa, la manera amigable con la que habla con sus amigos, su corte de cabello estilo Backstreet Boys. Además, sueña con entrar en su casa lujosa de techo rojo; sólo la puede ver desde afuera. Iván es uno de los mejores estudiantes en tercer grado por lo que resulta atractivo para otras chicas también. Salina nunca habla con este chico, y se decepciona cuando otras chicas comparten caramelos y juegan al fútbol con él. Hoy Salina está sentada en su aula con la puerta abierta y observa que Iván está sentado en la acera del campo de fútbol. Esta vez respira profundo, con firmeza camina hacia él y se sienta a su lado.

“Hola Iván”, con una sonrisa agradable, responde: "Hola". Entonces pregunta: "¿Eres la hermana de Geo, Salina?"

"Sí lo soy."

Iván anima a sus amigos jugadores de fútbol, "iGooool!"

Salina pregunta: "¿Qué haces para ser tan popular?"

“¿Crees que soy popular?”

"Sí".

“Bueno, mis amigos copian mis tareas, comen mis caramelos ..”

“¿Lo hacen?"

"Sí."

"¡Ahora sé por qué no tengo muchos amigos!"

"¿No eres popular?”

"No, como tú"
 
[CONTINUARÁ…]

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