Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
Cuando ICE se llevó a mi empleado
Cómo responden a la actividad de la policía de inmigración los negocios del Valle de Hudson
Por Olive Kuhn
September 2017 Al principio de mayo de este año unos agentes de la policía de inmigración, ICE, entraron a una casa en la ciudad de Hudson y detuvieron a los residentes que estaban en la casa. Uno de los que vivían ahí justo no estaba ese día, pero tuvo que dejar el área de Hudson para evitar a los agentes de ICE. Se llama Alex y trabajaba en Oak Neapolitan Pizzeria, un restaurante nuevo en la ciudad de Hudson.
Alex “Trabajó con nosotros desde que comenzamos el negocio,” dijo Juliana Santos, copropietaria do Oak. Se tuvo que ir del área para que ICE no lo detuviera. Alex fue la única persona que tuvo la suerte de no estar en casa cuando llegó ICE. Teníamos una buena relación con él, porque era una parte de nuestro equipo. La redada ocurrió en el peor momento, porque estábamos preparándonos para el verano, la estación más ocupada y tuvimos que reemplazar a un empleado crucial”.
Oak Pizzeria no es el único restaurante en el Valle de Hudson que ha sufrido de esta manera. Ha habido muchos casos, como el del restaurante El Mexicano de Hudson Falls, que tuvo que cerrar sus puertas tras la detención de 28 inmigrantes entre mayo y junio. Según un artículo del Diario NY, Inmigrantes de Upstate NY huyeron hasta de iglesia tras redadas de ‘La Migra’ del 21 de agosto, El Mexicano fue fundado por la familia Vázquez, que emigró a los Estados Unidos de Puebla, México, en 1983. Más cerca nuestro, Leo Santos, uno de los dueños del restaurante oaxaqueño de Kingston, NY, Just For You, fue recientemente deportado, a pesar de los pedidos de toda la comunidad, incluido el alcalde de esa ciudad, para que lo dejaran quedarse.
Aunque ICE no ha logrado detener a la gran mayoría de los inmigrantes indocumentados del Valle del Hudson (y en verdad, no tiene los recursos para detenerlos a todos) estos incidentes ilustran los efectos que el gran aumento de detenciones puede tener en los negocios locales y en la economía local.
Según un informe del Instituto de Políticas Fiscales (FPI) del 2 marzo de 2017, los inmigrantes indocumentados contribuyen $40 mil millones al año a la economía de Nueva York (el 3 por ciento del PBI) y comprenden el 5 por ciento de la fuerza laboral del estado. El informe predice que, si el estado pierda esas contribuciones, entraría en una recesión como la recesión nacional de 2008. Es decir que cada vez que ICE deporta a un inmigrante indocumentado en Nueva York, perjudica a la economía de estado, además de romper familias.
Alrededor de 817 mil inmigrantes indocumentados viven en el estado de Nueva York, y cerca de 111 mil viven en el Valle del Hudson. Después de la Ciudad de Nueva York, más inmigrantes sin papeles viven en el Valle del Hudson que en las otras regiones del estado. A nivel local, según el informe del FPI, el 30 por ciento de los inmigrantes indocumentados del Valle del Hudson trabajan en el sector de servicios. Aunque no son ciudadanos en un sentido formal, ganan y gastan dinero como todos los estadounidenses, por eso, contribuyen al PBI de Nueva York. De hecho, según el informe, “es probable que las redadas constantes, inspecciones de casas, y verificaciones de identificación tendrían un efecto en los negocios causando un trastorno enorme”.
Oak Neapolitan Pizzeria, que abrió en agosto de 2016, cocina todo en un horno de ladrillos; por eso, explicó Santos, hay que preparar todas las verduras en las mañanas, antes de que el horno caliente demasiado. Todo ese trabajo, además de preparar las ensaladas y las pizzas, era la responsabilidad de Alex. Cuando Alex se fue, dijo Santos, Joey Alvarez, el esposo de Santos y chef y copropietario del restaurante, “estaba solo en la cocina. Reducimos el menú un poquito, y trabajamos más horas para hacer que todo funcione. No sé cuánto se enteraron los clientes, aparte de que la comida tomaba más tiempo”.
Además de la pérdida de un empleado crucial, la ausencia de Alex tuvo otros efectos en el restaurante. “Los otros empleados que trabajan aquí están muy preocupados. Es muy malo para la moral” explicó Santos.
Para Santos y Álvarez, la situación estresante era aún intensa, porque además de ser los dueños de un nuevo negocio, son padres nuevos también de una niña de tres años. Ahora el restaurante está operando como normal, pero, dijo Santos, no han encontrado a un verdadero sustituto para Alex.
Además de profesionalmente, el tema de la inmigración afecta a Santos de manera personal. Nació en Brasil, y llegó a los Estados Unidos en 2000 para estudiar artes culinarias en el Instituto Culinario de América (CIA) en Poughkeepsie.
“Cuando hablamos de la experiencia de ser inmigrante, hay un enfoque en la gente indocumentada, pero ‘indocumentado’ es una palabra cargada. Es probable que hay bastante gente de Canadá aquí, y otros tipos caucásicos, pero suelen tener mejores experiencias … Eso es lo que me enoja lo más. Muchas personas aquí no tienen los mismos privilegios que yo tuve. Ahora que somos empleadores, queremos ser empleadores buenos”.
Aun así, no es una situación sencilla. Cuando le pregunté a Juliana que haría si ICE viniera a su restaurante, ella dijo que “Pienso que hay una falta de información sobre qué sucede. Los empleadores saben qué hacer para contratar a empleados, pero no tienen la información que necesitan para proteger a sus empleados. Y yo, como inmigrante, aunque he pasado por el sistema de cierta manera, todavía no sé qué puedo hacer para ayudarlos”.
Ahora Oak emplea a un hombre llamado Rigo. Algunos le llaman “el alcalde de Warren Street” porque ha trabajado para muchos negocios en la ciudad de Hudson, y se conoce a todos. El inmigrante latinoamericano ha vivido en Hudson por diecisiete años, aunque prefirió que su apellido y país de origen sean omitidos. Me llevó al sótano del restaurante para hablar porque no quería que lo escucharan.
“Es buena, son buenas personas, buenos jefes,” dijo sobre su trabajo en Oak, pero “no sé hasta qué punto pueden ayudar”. Cuando le pregunté que necesitaría para sentirse más seguro, respondió: “más conocimiento de qué se puede hacer, que no. Necesito más información.”
El Proyecto Nacional de la Ley Laboral publicó recientemente la guía “Qué hacer si viene inmigración a su lugar de trabajo”. Se lo puede acceder en inglés, español, chino, thai, y coreano aquí.
Aquí algunos puntos principales de la guía:
Durante una redada:
- Los agentes de ICE pueden entrar a las áreas públicas de una empresa, pero no tienen derecho de parar, interrogar, o arrestar, a cualquiera en esta área.
- Sin el permiso del empleador o una orden judicial, los agentes no pueden entrar a un área privada. Por eso es aconsejable marcar las áreas públicas y privadas de su empresa.
- Una orden judicial es firmada por un juez, y tiene las palabras “U.S. District Court” o “State Court.” Una orden administrativa dice “Department of Homeland Security.” Sólo una orden judicial les da a los agentes el derecho de entrar a las áreas privadas de una empresa. Una orden administrativa no hace nada.
- Aunque una orden judicial permite que los agentes de ICE entren a todas partes de una empresa, el empleador no tiene que ayudar a los agentes. No tiene que decir a los agentes si un empleado específico está trabajando actualmente, y no tiene que llevar los agentes a un empleado específico.
- Lo mejor que pueden hacer los empleadores es guardar silencio y pedir un abogado. Si corren hacia las salidas, los agentes pueden concluir que estén violando las leyes de inmigración, entonces, hay que mantener calma.
Después de una redada:
- Escriba todo que sucedió mientras que ICE estaba en su negocio.
- Hable con el sindicato de sus empleados, y avíseles lo que sucedió.
- Hable con sus empleados. Pregúnteles qué necesitan. Si ICE está buscando a un empleado específico, puede ayudar ofreciendo una licencia para faltar al trabajo, una indemnización por despido (si tienen que dejar el área), una contribución a un fondo legal, o una referencia para conseguir trabajo en el futuro.
Todos los días:
- Entrene a sus empleados para que estén preparados en el caso de una redada. Asegúrese de que ellos saben qué hacer y qué no.
COPYRIGHT 2017
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Oak Pizzeria no es el único restaurante en el Valle de Hudson que ha sufrido de esta manera. Ha habido muchos casos, como el del restaurante El Mexicano de Hudson Falls, que tuvo que cerrar sus puertas tras la detención de 28 inmigrantes entre mayo y junio. Según un artículo del Diario NY, Inmigrantes de Upstate NY huyeron hasta de iglesia tras redadas de ‘La Migra’ del 21 de agosto, El Mexicano fue fundado por la familia Vázquez, que emigró a los Estados Unidos de Puebla, México, en 1983. Más cerca nuestro, Leo Santos, uno de los dueños del restaurante oaxaqueño de Kingston, NY, Just For You, fue recientemente deportado, a pesar de los pedidos de toda la comunidad, incluido el alcalde de esa ciudad, para que lo dejaran quedarse.
Aunque ICE no ha logrado detener a la gran mayoría de los inmigrantes indocumentados del Valle del Hudson (y en verdad, no tiene los recursos para detenerlos a todos) estos incidentes ilustran los efectos que el gran aumento de detenciones puede tener en los negocios locales y en la economía local.
Una población crucial
Según un informe del Instituto de Políticas Fiscales (FPI) del 2 marzo de 2017, los inmigrantes indocumentados contribuyen $40 mil millones al año a la economía de Nueva York (el 3 por ciento del PBI) y comprenden el 5 por ciento de la fuerza laboral del estado. El informe predice que, si el estado pierda esas contribuciones, entraría en una recesión como la recesión nacional de 2008. Es decir que cada vez que ICE deporta a un inmigrante indocumentado en Nueva York, perjudica a la economía de estado, además de romper familias.
Alrededor de 817 mil inmigrantes indocumentados viven en el estado de Nueva York, y cerca de 111 mil viven en el Valle del Hudson. Después de la Ciudad de Nueva York, más inmigrantes sin papeles viven en el Valle del Hudson que en las otras regiones del estado. A nivel local, según el informe del FPI, el 30 por ciento de los inmigrantes indocumentados del Valle del Hudson trabajan en el sector de servicios. Aunque no son ciudadanos en un sentido formal, ganan y gastan dinero como todos los estadounidenses, por eso, contribuyen al PBI de Nueva York. De hecho, según el informe, “es probable que las redadas constantes, inspecciones de casas, y verificaciones de identificación tendrían un efecto en los negocios causando un trastorno enorme”.
Las consecuencias de perder a un chef
Oak Neapolitan Pizzeria, que abrió en agosto de 2016, cocina todo en un horno de ladrillos; por eso, explicó Santos, hay que preparar todas las verduras en las mañanas, antes de que el horno caliente demasiado. Todo ese trabajo, además de preparar las ensaladas y las pizzas, era la responsabilidad de Alex. Cuando Alex se fue, dijo Santos, Joey Alvarez, el esposo de Santos y chef y copropietario del restaurante, “estaba solo en la cocina. Reducimos el menú un poquito, y trabajamos más horas para hacer que todo funcione. No sé cuánto se enteraron los clientes, aparte de que la comida tomaba más tiempo”.
Además de la pérdida de un empleado crucial, la ausencia de Alex tuvo otros efectos en el restaurante. “Los otros empleados que trabajan aquí están muy preocupados. Es muy malo para la moral” explicó Santos.
Para Santos y Álvarez, la situación estresante era aún intensa, porque además de ser los dueños de un nuevo negocio, son padres nuevos también de una niña de tres años. Ahora el restaurante está operando como normal, pero, dijo Santos, no han encontrado a un verdadero sustituto para Alex.
Además de profesionalmente, el tema de la inmigración afecta a Santos de manera personal. Nació en Brasil, y llegó a los Estados Unidos en 2000 para estudiar artes culinarias en el Instituto Culinario de América (CIA) en Poughkeepsie.
“Cuando hablamos de la experiencia de ser inmigrante, hay un enfoque en la gente indocumentada, pero ‘indocumentado’ es una palabra cargada. Es probable que hay bastante gente de Canadá aquí, y otros tipos caucásicos, pero suelen tener mejores experiencias … Eso es lo que me enoja lo más. Muchas personas aquí no tienen los mismos privilegios que yo tuve. Ahora que somos empleadores, queremos ser empleadores buenos”.
Aun así, no es una situación sencilla. Cuando le pregunté a Juliana que haría si ICE viniera a su restaurante, ella dijo que “Pienso que hay una falta de información sobre qué sucede. Los empleadores saben qué hacer para contratar a empleados, pero no tienen la información que necesitan para proteger a sus empleados. Y yo, como inmigrante, aunque he pasado por el sistema de cierta manera, todavía no sé qué puedo hacer para ayudarlos”.
Ahora Oak emplea a un hombre llamado Rigo. Algunos le llaman “el alcalde de Warren Street” porque ha trabajado para muchos negocios en la ciudad de Hudson, y se conoce a todos. El inmigrante latinoamericano ha vivido en Hudson por diecisiete años, aunque prefirió que su apellido y país de origen sean omitidos. Me llevó al sótano del restaurante para hablar porque no quería que lo escucharan.
“Es buena, son buenas personas, buenos jefes,” dijo sobre su trabajo en Oak, pero “no sé hasta qué punto pueden ayudar”. Cuando le pregunté que necesitaría para sentirse más seguro, respondió: “más conocimiento de qué se puede hacer, que no. Necesito más información.”
Qué pueden hacer los empleadores
El Proyecto Nacional de la Ley Laboral publicó recientemente la guía “Qué hacer si viene inmigración a su lugar de trabajo”. Se lo puede acceder en inglés, español, chino, thai, y coreano aquí.
Aquí algunos puntos principales de la guía:
Durante una redada:
- Los agentes de ICE pueden entrar a las áreas públicas de una empresa, pero no tienen derecho de parar, interrogar, o arrestar, a cualquiera en esta área.
- Sin el permiso del empleador o una orden judicial, los agentes no pueden entrar a un área privada. Por eso es aconsejable marcar las áreas públicas y privadas de su empresa.
- Una orden judicial es firmada por un juez, y tiene las palabras “U.S. District Court” o “State Court.” Una orden administrativa dice “Department of Homeland Security.” Sólo una orden judicial les da a los agentes el derecho de entrar a las áreas privadas de una empresa. Una orden administrativa no hace nada.
- Aunque una orden judicial permite que los agentes de ICE entren a todas partes de una empresa, el empleador no tiene que ayudar a los agentes. No tiene que decir a los agentes si un empleado específico está trabajando actualmente, y no tiene que llevar los agentes a un empleado específico.
- Lo mejor que pueden hacer los empleadores es guardar silencio y pedir un abogado. Si corren hacia las salidas, los agentes pueden concluir que estén violando las leyes de inmigración, entonces, hay que mantener calma.
Después de una redada:
- Escriba todo que sucedió mientras que ICE estaba en su negocio.
- Hable con el sindicato de sus empleados, y avíseles lo que sucedió.
- Hable con sus empleados. Pregúnteles qué necesitan. Si ICE está buscando a un empleado específico, puede ayudar ofreciendo una licencia para faltar al trabajo, una indemnización por despido (si tienen que dejar el área), una contribución a un fondo legal, o una referencia para conseguir trabajo en el futuro.
Todos los días:
- Entrene a sus empleados para que estén preparados en el caso de una redada. Asegúrese de que ellos saben qué hacer y qué no.
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