Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
El movimiento santuario en el Valle de Hudson
Por Mariel Fiori
February 2017 Desde la elección de nuestro nuevo presidente, Donald Trump, el movimiento para crear espacios de santuario para inmigrantes indocumentados se ha disparado a lo largo y lo ancho de los EE.UU. Tanto la retórica racista de la campaña de Trump como sus más recientes acciones ejecutivas degradan y ponen en riesgo a millones de personas.
En respuesta, residentes de ciudades y campus universitarios se han manifestado en los últimos meses para la creación de “santuarios”. Muchas de estas manifestaciones fueron organizadas por grupos como el Movimiento Cosecha, que propugna por los derechos civiles de los inmigrantes indocumentados.
¿Pero qué quiere decir esto de “santuario”? Se usó por primera vez en la década de 1980, cuando más de 500 iglesias juraron proteger a los inmigrantes indocumentados que llegaron como refugiados buscando asilo de la crisis política de Centroamérica. Las iglesias les daban un cobijo físico contra la policía de inmigración, ICE. Hoy en día el término es usado en un sentido menos amplio y a veces bien específico: en las ciudades santuario, la policía local se encarga de hacer cumplir las leyes locales, y deja las leyes federales para el gobierno federal. Es una política de no-cooperación para deportar a inmigrantes. Cuando ICE le manda un pedido a la policía para que detenga a alguien hasta que ellos lleguen (retainer), sin una orden judicial de por medio (warrant), esta detención, sería ilegal por ir contra la 4ta enmienda de la constitución. Otra razón que se aduce es que para las policías locales es importante que la comunidad inmigrante no tenga miedo de entrar en contacto con la policía, porque si no se erosiona la confianza que necesitan de todos los miembros de la comunidad para reportar delitos y cooperar con investigaciones.
Según el Immigrant Resource Center, hoy en día hay 364 condados y 39 ciudades santuario en todo el país. Algunos estados, como California, Connecticut, Rhode Island y Vermont piden a sus policías locales que limiten la cooperación con los pedidos federales de detener a inmigrantes. En el estado de Nueva York, el gobernador Andrew Cuomo anunció en noviembre un fondo público/privado de emergencia de defensa legal para proteger los derechos de los inmigrantes. Pero en cuanto a la labor de la policía local, en Nueva York cada condado y cada ciudad puede decidir si coopera con inmigración o no.
En el Valle del Hudson, ciudades como Hudson y Beacon están considerando declararse santuarios, mientras que otros pueblos, como Saugerties y New Paltz, si bien no lo tienen por escrito, no es hábito de la policía el cruzar información con inmigración de los arrestados por infracciones menores. Vale la pena aclarar que la mayoría de los arrestos de inmigración ocurren a través de las cárceles del condado, que en nuestra área dicen que sí cooperan con ICE.
Mientras tanto, la ciudad de Kingston acaba de declararse santuario.
El inmigrante uruguayo, Sergio Gastón Robaina fue uno de los presentes el 10 de enero y comentó lo siguiente: “Fue repugnante al principio ver tanto odio de los partidarios enojados de Trump”, que fueron unos 15 en total y dieron su testimonio al comienzo de la audiencia, “pero después fue conmovedor ver las hordas de kingstonianos, que nacieron en Estados Unidos, hablando y defendiendo ferozmente a la comunidad inmigrante. Un millón de gracias a los concejales Reynolds Scott-Childress, Lynn Eckert, Nina Dawson, William Carey, y Steve Schabot, a nuestro increíble alcalde Steve Noble, y a los 20 miembros del clero que iniciaron todo esto. Después de que se aprobó la resolución, vi familias llorando y abrazándose, felices de sentirse protegidas, y un poco menos asustadas en tiempos de extrema hostilidad contra las minorías”.
Este comienzo de final feliz para la ciudad de Kingston ocurrió gracias al trabajo incansable de la comunidad. La carta de fines de noviembre de 2016 del Reverendo Frank Alagna (de la Iglesia episcopal Santa Cruz, miembro del Consejo de Iglesias de Kingston y de la Alianza de Ministros del Condado de Ulster) y firmada por 21 ministros religiosos del área exhortaba al alcalde Noble a declarar Kingston ciudad santuario, en vistas al miedo generado en la población inmigrante tras las elección de Trump. La respuesta de Noble fue pedir al consejo de la ciudad que considere aprobar una resolución santuario.
Además, el 7 de diciembre hubo una reunión entre Noble y el jefe de la policía de la ciudad de Kingston, Edigio Tinti, con miembros de la coalición local Mano-a-Mano que buscaban un compromiso firme de los funcionarios electos con los más vulnerables de nuestra comunidad. Tinti dijo “tratamos a todos equitativamente, sin importar estatus migratorio o de licencia de conducir. Tratamos a la gente con respeto. Mi familia vino de Italia y siempre me dijeron: si te portas bien, eres recompensado; si te portas más, eres castigado. Para víctimas de delitos, lo que a nosotros nos importa es que se haga justicia, no su estatus migratorio”. Ese día, Tinti y Noble prometieron a mostrar su apoyo públicamente.
Y así fue como el domingo 18 de diciembre, Día internacional del inmigrante, el jefe de la policía y el alcalde de la ciudad de Kingston participaron junto con otras 200 personas de una marcha y concentración en favor de los inmigrantes (quienes quedaron gratamente sorprendidos por ese gesto). Las fotos que acompañan esta nota recuerdan ese evento.
A nivel local, los ataques de Trump contra los inmigrantes han resultado en la creación de nuevos grupos para hacerle frente. Grupos comunitarios como el Movimiento Santuario del condado de Columbia, Hudson Valley Hate Free Zone y Stand Up Against Racism, entre otros, se suman a otros ya establecidos como Hudson Valley Community Coalition y Community Voices Heard.
Para las ciudades, defender a sus inmigrantes es más que una decisión ética. Las consecuencias económicas de perder esta parte de sus comunidades pueden ser catastróficas. Los inmigrantes indocumentados hacen los trabajos que nadie quiere hacer, por un salario que mantiene los precios baratos para los consumidores. Este modelo ha sobrevivido por tantos años en los EE.UU. (desde los años de la esclavitud) que el sistema económico colapsaría definitivamente si los indocumentados fueran deportados.
Queda todavía la cuestión de qué significa en la práctica un “campus santuario”. Hay más de cien universidades que han prometido proteger sus estudiantes de la deportación, y también de la xenofobia y el racismo en sus campus. Además, las universidades pueden tomar medidas para asegurar su asequibilidad. Bard College, por ejemplo, ha iniciado un fondo santuario para suministrar becas para estudiantes indocumentados (si desea hacer una donación, clic aquí). Por otro lado, las universidades no tienen que pedir información sobre el estatus migratorio de sus estudiantes. Bard College también ha cambiado su política de admisión para que los estudiantes indocumentados ya no tengan que rellenar sus solicitudes de ingreso como estudiantes internacionales.
Brenda Palma, estudiante de Dutchess Community College (parte del sistema SUNY, que se ha declarado santuario), habla del miedo de los estudiantes inmigrantes a la deportación: “Puede ser que no deporten a ningún estudiante pero lo que sí tengo claro es que hay más discriminación para los inmigrantes. También supongo que las leyes para los inmigrantes van a ser severas o básicamente seguirán siendo más esclavos de lo que ya son”.
The New Sanctuary Coalition for New York (La Nueva Coalición Santuario para Nueva York): http://www.newsanctuarynyc.org, 646-395-2925
Movimiento Cosecha: http://www.lahuelga.com o https://cosecha.dev.glocal.coop
Opciones locales para proteger inmigrantes: https://www.ilrc.org/sites/default/files/resources/local_options-20161215.pdf
*Escrito por Mariel Fiori e Isabel Vázquez COPYRIGHT 2017
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
¿Pero qué quiere decir esto de “santuario”? Se usó por primera vez en la década de 1980, cuando más de 500 iglesias juraron proteger a los inmigrantes indocumentados que llegaron como refugiados buscando asilo de la crisis política de Centroamérica. Las iglesias les daban un cobijo físico contra la policía de inmigración, ICE. Hoy en día el término es usado en un sentido menos amplio y a veces bien específico: en las ciudades santuario, la policía local se encarga de hacer cumplir las leyes locales, y deja las leyes federales para el gobierno federal. Es una política de no-cooperación para deportar a inmigrantes. Cuando ICE le manda un pedido a la policía para que detenga a alguien hasta que ellos lleguen (retainer), sin una orden judicial de por medio (warrant), esta detención, sería ilegal por ir contra la 4ta enmienda de la constitución. Otra razón que se aduce es que para las policías locales es importante que la comunidad inmigrante no tenga miedo de entrar en contacto con la policía, porque si no se erosiona la confianza que necesitan de todos los miembros de la comunidad para reportar delitos y cooperar con investigaciones.
Según el Immigrant Resource Center, hoy en día hay 364 condados y 39 ciudades santuario en todo el país. Algunos estados, como California, Connecticut, Rhode Island y Vermont piden a sus policías locales que limiten la cooperación con los pedidos federales de detener a inmigrantes. En el estado de Nueva York, el gobernador Andrew Cuomo anunció en noviembre un fondo público/privado de emergencia de defensa legal para proteger los derechos de los inmigrantes. Pero en cuanto a la labor de la policía local, en Nueva York cada condado y cada ciudad puede decidir si coopera con inmigración o no.
En el Valle del Hudson, ciudades como Hudson y Beacon están considerando declararse santuarios, mientras que otros pueblos, como Saugerties y New Paltz, si bien no lo tienen por escrito, no es hábito de la policía el cruzar información con inmigración de los arrestados por infracciones menores. Vale la pena aclarar que la mayoría de los arrestos de inmigración ocurren a través de las cárceles del condado, que en nuestra área dicen que sí cooperan con ICE.
Mientras tanto, la ciudad de Kingston acaba de declararse santuario.
Kingston, ciudad Santuario
Después de tres horas de audiencia pública con más de 60 personas que dieron sus testimonios ante casi 400 personas amontonadas en la municipalidad, el martes 10 de enero el consejo de la ciudad de Kingston aprobó una resolución declarando a la ciudad “de bienvenida e inclusiva” a los inmigrantes, sin importar su estatus legal. Así se puso por escrito una práctica de más de una década en la que la policía de la ciudad de Kingston no pregunta por la situación migratoria de las personas con las que interactúa, ni coopera con ICE.El inmigrante uruguayo, Sergio Gastón Robaina fue uno de los presentes el 10 de enero y comentó lo siguiente: “Fue repugnante al principio ver tanto odio de los partidarios enojados de Trump”, que fueron unos 15 en total y dieron su testimonio al comienzo de la audiencia, “pero después fue conmovedor ver las hordas de kingstonianos, que nacieron en Estados Unidos, hablando y defendiendo ferozmente a la comunidad inmigrante. Un millón de gracias a los concejales Reynolds Scott-Childress, Lynn Eckert, Nina Dawson, William Carey, y Steve Schabot, a nuestro increíble alcalde Steve Noble, y a los 20 miembros del clero que iniciaron todo esto. Después de que se aprobó la resolución, vi familias llorando y abrazándose, felices de sentirse protegidas, y un poco menos asustadas en tiempos de extrema hostilidad contra las minorías”.
Este comienzo de final feliz para la ciudad de Kingston ocurrió gracias al trabajo incansable de la comunidad. La carta de fines de noviembre de 2016 del Reverendo Frank Alagna (de la Iglesia episcopal Santa Cruz, miembro del Consejo de Iglesias de Kingston y de la Alianza de Ministros del Condado de Ulster) y firmada por 21 ministros religiosos del área exhortaba al alcalde Noble a declarar Kingston ciudad santuario, en vistas al miedo generado en la población inmigrante tras las elección de Trump. La respuesta de Noble fue pedir al consejo de la ciudad que considere aprobar una resolución santuario.
Además, el 7 de diciembre hubo una reunión entre Noble y el jefe de la policía de la ciudad de Kingston, Edigio Tinti, con miembros de la coalición local Mano-a-Mano que buscaban un compromiso firme de los funcionarios electos con los más vulnerables de nuestra comunidad. Tinti dijo “tratamos a todos equitativamente, sin importar estatus migratorio o de licencia de conducir. Tratamos a la gente con respeto. Mi familia vino de Italia y siempre me dijeron: si te portas bien, eres recompensado; si te portas más, eres castigado. Para víctimas de delitos, lo que a nosotros nos importa es que se haga justicia, no su estatus migratorio”. Ese día, Tinti y Noble prometieron a mostrar su apoyo públicamente.
Y así fue como el domingo 18 de diciembre, Día internacional del inmigrante, el jefe de la policía y el alcalde de la ciudad de Kingston participaron junto con otras 200 personas de una marcha y concentración en favor de los inmigrantes (quienes quedaron gratamente sorprendidos por ese gesto). Las fotos que acompañan esta nota recuerdan ese evento.
Esto recién empieza
Una de las órdenes ejecutivas de Trump en su primera semana en el poder anunciaba que les quitaría fondos federales a las localidades denominadas “santuario”. Ni lerdo ni perezoso, el Fiscal General de Nueva York Eric T. Schneiderman, le respondió lo siguiente: "El Presidente carece de la autoridad constitucional para cortar la financiación a los estados y ciudades simplemente porque han actuado legalmente para proteger a las familias de inmigrantes. Los gobiernos locales que tratan de proteger a sus comunidades de inmigrantes de los excesos federales tienen todo el derecho de hacerlo. Cualquier intento de intimidar a los gobiernos locales para que abandonen las políticas que han demostrado mantener nuestras ciudades seguras no sólo es inconstitucional, sino que amenaza la seguridad de nuestros ciudadanos. Exhorto al Presidente Trump a revocar esta Orden Ejecutiva de inmediato. Si no lo hace, haré todo lo que esté a mi alcance para combatirla”, implicando que lo llevaría a juicio de ser necesario.A nivel local, los ataques de Trump contra los inmigrantes han resultado en la creación de nuevos grupos para hacerle frente. Grupos comunitarios como el Movimiento Santuario del condado de Columbia, Hudson Valley Hate Free Zone y Stand Up Against Racism, entre otros, se suman a otros ya establecidos como Hudson Valley Community Coalition y Community Voices Heard.
Para las ciudades, defender a sus inmigrantes es más que una decisión ética. Las consecuencias económicas de perder esta parte de sus comunidades pueden ser catastróficas. Los inmigrantes indocumentados hacen los trabajos que nadie quiere hacer, por un salario que mantiene los precios baratos para los consumidores. Este modelo ha sobrevivido por tantos años en los EE.UU. (desde los años de la esclavitud) que el sistema económico colapsaría definitivamente si los indocumentados fueran deportados.
Universidades santuario
Trump prometió revocar el programa DACA, decretado por el presidente Obama, para proteger a los niños indocumentados. Se estima que treinta por ciento de los estudiantes de universidad en su primer año son hijos de padres que no fueron a la universidad, y muchos de estos, hijos de inmigrantes. Las universidades están en una posición única para defender los derechos humanos de sus estudiantes indocumentados, de empoderar sus vidas con oportunidades académicas y también de mostrar cómo pueden servir al país como ciudadanos educados.Queda todavía la cuestión de qué significa en la práctica un “campus santuario”. Hay más de cien universidades que han prometido proteger sus estudiantes de la deportación, y también de la xenofobia y el racismo en sus campus. Además, las universidades pueden tomar medidas para asegurar su asequibilidad. Bard College, por ejemplo, ha iniciado un fondo santuario para suministrar becas para estudiantes indocumentados (si desea hacer una donación, clic aquí). Por otro lado, las universidades no tienen que pedir información sobre el estatus migratorio de sus estudiantes. Bard College también ha cambiado su política de admisión para que los estudiantes indocumentados ya no tengan que rellenar sus solicitudes de ingreso como estudiantes internacionales.
Brenda Palma, estudiante de Dutchess Community College (parte del sistema SUNY, que se ha declarado santuario), habla del miedo de los estudiantes inmigrantes a la deportación: “Puede ser que no deporten a ningún estudiante pero lo que sí tengo claro es que hay más discriminación para los inmigrantes. También supongo que las leyes para los inmigrantes van a ser severas o básicamente seguirán siendo más esclavos de lo que ya son”.
Más información:
The New York Immigration Coalition: http://www.thenyic.org/, 212-627-2227The New Sanctuary Coalition for New York (La Nueva Coalición Santuario para Nueva York): http://www.newsanctuarynyc.org, 646-395-2925
Movimiento Cosecha: http://www.lahuelga.com o https://cosecha.dev.glocal.coop
Opciones locales para proteger inmigrantes: https://www.ilrc.org/sites/default/files/resources/local_options-20161215.pdf
*Escrito por Mariel Fiori e Isabel Vázquez COPYRIGHT 2017
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
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