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Jóvenes indocumentados en Paris y Nueva York
 

Indocumentados del primer mundo

Por Evelyn Reyes Delgado
November 2016
“No iré a la universidad” era la frase más común que mi mejor amiga de la secundaria constantemente me decía a meses de graduarnos. Y no era por falta de interés por sus estudios sino más bien por la falta de recursos. Ella es indocumentada, y su estatus la limitaba a solicitar ayuda financiera, sin mencionar el hecho de que a sus 18 años de edad ya era madre de una pequeña niña. Sin embargo, una beca diseñada para estudiantes indocumentados destacados que se le otorgó hizo que su sueño de asistir a la universidad se hiciera realidad.  Actualmente cursa su segundo semestre en la universidad y aunque no todo ha sido fácil ella ha podido enfrentarlo.
 
El dilema entre asistir a la universidad o no, no siempre depende del deseo del estudiante. Como mi amiga, hay cientos de miles de personas que no pueden continuar sus estudios debido a la falta de apoyo familiar, financiero, estatus social, o inestabilidad emocional, entre otros factores. El sociólogo Stephen Ruszczyk en los últimos años se ha involucrado en diferentes investigaciones centradas en temas de inmigración, ciudadanía, educación y adolescencia. Recientemente, Ruszczyk asistió a Bard College a presentar su investigación llamada “Jóvenes indocumentados en París y Nueva York: Como las ciudades pueden apoyar la inclusión”. La investigación relata la historia de dos jóvenes inmigrantes indocumentados, quienes enfrentan el sistema gubernamental de sus países de residencia, en busca de un mejor futuro. 

Esta investigación es un trabajo etnográfico lo que significa que el investigador, en este caso Ruszczyk, forma parte del escenario en donde se desarrollan las historias. Los protagonistas de estas historias son Ernie y Chen, hijos de familias indocumentadas en la ciudad de Nueva York y París respectivamente. Aunque las vidas de estos jóvenes se desarrollan en dos países diferentes estas están estrechamente relacionadas debido a su estatus irregular. El desenlace de sus vidas toma un rumbo diferente debido a diferentes factores sociales, más continúan luchando por cumplir sus metas.
 
Ernie es un joven mexicano quien cruzó la frontera entre México a los 11 años de edad acompañado por un coyote (guías quienes ayudan a inmigrantes a cruzar la frontera a cambio de dinero). Su sueño era poder sostener su familia y terminar sus estudios secundarios para así poder regresar a México y continuar con la Universidad. Ernie consideraba que allí las cosas serían diferentes, y en cierta formas más baratas. Ernie fue estudiante de Ruszczyk durante la secundaria y es así como nace esta amistad entre ellos.
Estando en su etapa de adolescencia Ernie se enamora de una chica llamada Leticia. Eventualmente esta queda embarazada y así el sueño de Ernie de volver a México se desvanece poco a poco. A su regreso a Nueva York, Ernie le dice a Ruszczyk: “Llega un punto en el que te cansas de todo y nada más quieres enfocarte en el bienestar de tu familia”. Con el nuevo programa de DACA, Ernie pudo obtener un permiso de trabajo y una licencia de conducir, lo cual le ayudó en su diario vivir. 
 
Al otro lado del océano Atlántico se encuentra Chen quien, a diferencia de Ernie, se mudó junto a su familia de China a Paris a la edad de dos años. El idioma se convirtió en una barrera para Chen quien siempre tuvo dificultades en la escuela. Sus padres tuvieron que inscribirlo a una escuela para que aprendiera francés. Todos viajaron como indocumentados lo cual les limitó el acceso a muchas cosas, excepto a la educación.
 
Sin embargo, los padres de Chen podrían obtener estado legal habiendo residido diez años en la ciudad, la única condición es que hablaran francés. Condición que ellos no cumplían, debido a que se habían dedicado a trabajar para la educación de Chen. Mientras crecía, Chen se daba cuenta de las necesidades del hogar por lo cual decidió empezar a trabajar. Su primer trabajo fue en un restaurante donde su salario se basaba en la propina. Eventualmente el dinero se convirtió en su prioridad y quiso dejar a un lado los estudios.
 
En 2011 Ruszczyk viaja a París donde se encuentra con Chen. Chen faltaba constantemente a clases aprovechándose de que sus padres trabajaban y no sabían lo que él hacía. Su trabajo en un restaurante le ayudaba a cubrir ciertos gastos de la familia aunque sus padres nunca le pidieron que trabajara. En realidad, la prioridad para ellos es que él terminara sus estudios.
 
En el 2014 Ruszczyk regresa nuevamente a París y logra ver a un Chen totalmente cambiado. Aún continuaba trabajando en el restaurante pero ahora ganaba algo más. Logró graduarse de la secundaria y así pudo conseguir el sueño más anhelado por la familia. Ya sabiendo el idioma y teniendo una mejor estabilidad tanto económica como emocional, Chen aplicó para la visa de familia y la obtuvo.
 
Ambas historias nos muestran ejemplos de perseverancia, la cual nos llevará más lejos de lo que las situaciones muestran. Ernie buscó la compañía de sus padres  sin importar a lo que se enfrentaba en un país totalmente nuevo. Mientras que la familia de Chen buscó el mejor futuro para él, al llevarlo a París a la edad de dos años. Ambos jóvenes fueron perseverantes y aunque Ernie no obtuvo estatus legal permanente, a través de DACA sus oportunidades y los beneficios que podía obtener se ampliaron. Chen, gracias a su nueva madurez, logró obtener la visa familiar que le trajo calma a la familia. El mensaje de estas historias es que no hay que darse por vencido, ya que siempre hay una solución para cada problema,  sino no serían problemas. En la perseverancia y dedicación está el triunfo.


 

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