Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
Testimonio
El día que conocí a mi padre
Por Evelyn Reyes Delgado
December 2015 El recuerdo de esa tarde de sábado hace 5 años aún llena mis ojos de lágrimas. Y no es por ser un mal recuerdo sino más bien porque trajo a mi vida una gran bendición. Ese día me preparaba para mi presentación en una competencia de baile en la secundaria en Ecuador.
Acompañada de la presencia incondicional de mi madre, quien me ayudaba a controlar los nervios, llegué hasta lo que sería el escenario de presentaciones. Para calmar un poco los nervios fui hasta el bar del colegio y compré una botella con agua para saciar mi sed. Al regreso traía en mis manos una botella para mi mamá también.
En este momento ella estaba sentada a lado de su prima la cual le dijo con murmullo al oído: “Deberías decirle” A pesar de que lo dijo en voz baja pude escucharlo. Ambas tenían una actitud sospechosa lo que incrementaba mis nervios y curiosidad. No aguanté las ganas de preguntar y le dije a mi mamá: “¿Qué pasa?” Ella me miró profundamente a los ojos y dijo: “Alguien que tú has querido conocer esta por aquí”.
En ese momento mi corazón se paralizó, no tenía idea de quién hablaba y él mismo hecho de ignorar la identidad de esta persona me carcomía. Pregunté quién era a lo que mi mamá respondió: “Tu padre”. En ese momento sentí un frío correr por todo mi cuerpo, y me sentía impotente al no saber qué hacer o decir. Pues para ese entonces ya tenía 14 años y no había conocido a mi progenitor. Tantas preguntas invadieron mi mente pero la más poderosa de ellas fue “¿dónde está?” Mi mamá me lo señaló y desde lejos vi a un hombre en camisa roja y jeans.
Ese momento iba a ser crucial: tenía que decidir entre ir y conocer al hombre que siempre había deseado conocer, o ir a hacer mi presentación de baile y perder esa oportunidad. Cinco minutos me separaban del gran momento de la presentación, no podía defraudar a mis compañeras y no bailar, pero tampoco podía hacer caso omiso a esa voz que me decía, ve y conócelo.
Hice caso a esa voz interna y fui a buscarlo. Fue el camino más largo que jamás haya recorrido a pesar de que eran solo pasos los que nos separaban. Sin embargo esa ansiedad y miedo hacían que cada paso pesara más y más mientras caminaba hasta cuando de repente me encontré frente a él. No sabía que decir y lo primero que vino a mi mente fue decir: “Hola, buenos días ¿Usted es Ángel Reyes?” Tuve miedo que dijera que no y que mi deseo de conocer a mi padre se desvaneciera.
Esperar por su respuesta fue una eternidad, y la única señal fue la mirada de pies a cabeza que me dio y una lágrima que rodaba por sus mejillas. Ambos nos abrazamos de tal forma que sentíamos que el tiempo no pasaba y queríamos estar ahí entrelazados. Pero el anuncio de mi presentación de baile por parte del presentador, hizo que nos despidiéramos.
Ese día estuvo lleno de alegrías y bendiciones pues aparte de conocer a mi papá también mi equipo de baile pudo ganar la competencia. Desde ese día hasta el presente hemos procurado no perder comunicación. Dos años después de conocerlo tuve que emigrar a los Estados Unidos, lo cual nos separó nuevamente, pero aun nuestro amor de padre a hija sigue latente y creciendo cada día más.
*Evelyn Reyes Delgado es estudiante de primer año en Bard College.
COPYRIGHT 2015
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
En este momento ella estaba sentada a lado de su prima la cual le dijo con murmullo al oído: “Deberías decirle” A pesar de que lo dijo en voz baja pude escucharlo. Ambas tenían una actitud sospechosa lo que incrementaba mis nervios y curiosidad. No aguanté las ganas de preguntar y le dije a mi mamá: “¿Qué pasa?” Ella me miró profundamente a los ojos y dijo: “Alguien que tú has querido conocer esta por aquí”.
En ese momento mi corazón se paralizó, no tenía idea de quién hablaba y él mismo hecho de ignorar la identidad de esta persona me carcomía. Pregunté quién era a lo que mi mamá respondió: “Tu padre”. En ese momento sentí un frío correr por todo mi cuerpo, y me sentía impotente al no saber qué hacer o decir. Pues para ese entonces ya tenía 14 años y no había conocido a mi progenitor. Tantas preguntas invadieron mi mente pero la más poderosa de ellas fue “¿dónde está?” Mi mamá me lo señaló y desde lejos vi a un hombre en camisa roja y jeans.
Ese momento iba a ser crucial: tenía que decidir entre ir y conocer al hombre que siempre había deseado conocer, o ir a hacer mi presentación de baile y perder esa oportunidad. Cinco minutos me separaban del gran momento de la presentación, no podía defraudar a mis compañeras y no bailar, pero tampoco podía hacer caso omiso a esa voz que me decía, ve y conócelo.
Hice caso a esa voz interna y fui a buscarlo. Fue el camino más largo que jamás haya recorrido a pesar de que eran solo pasos los que nos separaban. Sin embargo esa ansiedad y miedo hacían que cada paso pesara más y más mientras caminaba hasta cuando de repente me encontré frente a él. No sabía que decir y lo primero que vino a mi mente fue decir: “Hola, buenos días ¿Usted es Ángel Reyes?” Tuve miedo que dijera que no y que mi deseo de conocer a mi padre se desvaneciera.
Esperar por su respuesta fue una eternidad, y la única señal fue la mirada de pies a cabeza que me dio y una lágrima que rodaba por sus mejillas. Ambos nos abrazamos de tal forma que sentíamos que el tiempo no pasaba y queríamos estar ahí entrelazados. Pero el anuncio de mi presentación de baile por parte del presentador, hizo que nos despidiéramos.
Ese día estuvo lleno de alegrías y bendiciones pues aparte de conocer a mi papá también mi equipo de baile pudo ganar la competencia. Desde ese día hasta el presente hemos procurado no perder comunicación. Dos años después de conocerlo tuve que emigrar a los Estados Unidos, lo cual nos separó nuevamente, pero aun nuestro amor de padre a hija sigue latente y creciendo cada día más.
*Evelyn Reyes Delgado es estudiante de primer año en Bard College.
COPYRIGHT 2015
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
Comments | |
Comentario: Comentario Te admiró mucho hermana mía tu eres mi ejemplo a
seguir estuvimos mucho tiempo distante del cariño y amor
incondicional de nuestro padre pero ahora estamos más juntos
te amoadoro hermana mía Posted: 12/16/2015 |