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¡Qué maravillosa es la plutocracia americana!

Por Carlos A. Orellana
August 2015

Algunos comentaristas y analistas políticos han puntualizado en los últimos años que la “Democracia Americana” se ha convertido en una “Plutocracia”. ¿Por qué hemos pasado de la democracia a la plutocracia en Estados Unidos? Porque las elecciones que hemos tenido en las últimas décadas han ido siendo cada vez más maravillosamente caras.

En una búsqueda ligera de los millones que costaron las elecciones del 2012 (presidente, congreso, etc.) se encuentran informes sobre gastos de aproximadamente siete mil millones de dólares, y las del 2016, se calcula, costarán arriba de los diez mil millones. Cualquier interesado en postularse a la candidatura presidencial tendrá que recaudar alrededor de dos mil millones de dólares para poder competir. En esa tarea anda la señora Hillary Clinton, John Ellis "Jeb" Bush, y la mayoría de los otros interesados en ser presidentes.

El Senador Bernard "Bernie" Sanders, Independiente de Vermont, se ha postulado como una alternativa, dentro del partido Demócrata, a esa máquina maravillosa de la política estadounidense que produce millones de dólares. La Senadora Elizabeth Warren, Demócrata de Massachusetts, no se animó a ponerse los tenis y entrar en la carrera. Muchos se lo pidieron pero parece que como mujer no quiso robarle el sueño a Hillary de ser la candidata presidencial, y posiblemente la primera mujer en llegar a la Casa Blanca. Quién sabe. Tal vez en diciembre del 2016 sepamos las razones por las que Elizabeth decidió no postularse.

Multimillonarios en los partidos demócrata y republicano han donado y ofrecen millones de dólares a potenciales candidatos en ambos partidos. Algunos ya decidieron darle sus millones a dos millonarios, Hillary y Jeb. Ese dicho popular de que el dinero llama al dinero es certero también en la política.

Cualquiera pensaría que si aumentan los millones de dólares gastados en las elecciones, también aumenta el número de votantes. Pero no es así. Estados Unidos es una de las democracias liberales con un alto nivel de abstencionismo: no importa cuántos millones se gasten en las elecciones, muchos no votan. Para las elecciones del 2008, cuando Obama ganó su primera presidencia, el nivel de participación fue alto comparado con las anteriores, pero solamente votaron el 64% de los registrados. Quienes defienden esta Democracia, argumentan que ésta es tan democrática que no obliga a nadie a votar. Aunque si se les niega en algunos estados, legal o ilegalmente, a millones de negros y pobres el derecho y la oportunidad a votar.

Pero volviendo a los millones y a los millonarios, el Señor Michael Wolff, autor, comentarista y medio clarividente, escribió recientemente un artículo en el periódico USA Today en el que unge al millonario Michael Bloomberg como el Salvador de los demócratas. Wolff argumenta que Hillary, la potencial candidata presidencial demócrata, a lo mejor no sobrevivirá a los ataques de los republicanos y perderá las posibilidades de ser la nominada antes de llegar a la vuelta final. ¿Quién podrá salvar a los demócratas a última hora?, es la pregunta que se hacen muchos dentro del partido Demócrata. Wolff piensa que el único salvador de los demócratas en tal momento sería alguien con el calibre político y los dos mil millones de dólares en el bolsillo: Michael Bloomberg.

Wolff es honesto y sincero con sus lectores y los votantes norteamericanos: el dinero es lo que manda en esta bella democracia. Pero para Wolff, Bloomberg no solamente tiene los millones, sino que puede hacer maravillas y milagros en la política, y lo demostró cuando fue alcalde en la  ciudad de Nueva York. Nadie se atrevería a tratar de competir con un multimillonario con experiencia política, argumenta Wolff, dispuesto a comprar su propia candidatura y el apoyo necesario para ganar la presidencia. Así que para las elecciones presidenciales del 2016 la maravillosa “democracia americana” nos traerá más maravillas, mas millones, y más millonarios activos en la política nacional. Las grandes mayorías no votarán al igual que en las elecciones anteriores, pero no importa, lo que importa es que se tienen y se gastan miles de millones en esta maravillosa plutocracia, perdón, democracia americana.  

 

*El debate está servido. Y usted, ¿qué opina? Escriba a [email protected] ¡y haga oír su voz!

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