Daisy Mazariego y su hijita Sofía, foto de Antonio Flores-Lobos
Daisy Mazariego y su hijita Sofía, foto de Antonio Flores-Lobos
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Vida saludable

 Un milagro llamado Sofía

Y la Familia Saludable de Deisy

Por Antonio Flores-Lobos
May 2015
Hay cosas que parecen demasiado buenas para ser verdaderas, al punto que uno requiere de un pellizcón para darse cuenta de que son realidad. Más o menos, esa es la situación que encuentran las embarazadas y madres de infantes cuando requieren de los servicios que ofrece el programa Healthy Families, conocido en español como Familias Saludables y que opera en el Valle del Hudson desde sus oficinas en Kingston, Poughkeepsie, Ellenville y Beacon.

Los servicios son increiblemente generosos, desde la prueba de embarazo, la preparación y el manejo del parto (incluyendo doula, si así lo quiere), apoyo e información sobre lactancia, hasta el desarrollo y aprendizaje del niño. Si una madre necesita otro servicio que Familias Saludables no provee, la organización se encarga de referirlas.

Todos los servicios son absolutamente gratis, y conste que no se trata de un especial del mes de las madres. No importa si la madre habla o no inglés, si tiene o no resuelto su estatus migratorio. Tampoco importa la nacionalidad, religión, cultura o el estado financiero de la madre. Es decir, todas las madres califican. Muchos de estos servicios pasaban desapercibidos en la comunidad hispana.

Los Mazariego de Saugerties 

Hace un par de años, en una de sus visitas a una agencia de servicios sociales, la salvadorena Daisy Mazariego, quien en ese momento estaba embarazada, recibió el número de teléfono de Familias Saludables. Daisy nunca imaginó lo importante que resultaría tener ese número a mano.

El 21 de agosto del 2013, en un hospital de Albany, nació su hija Sofia. Lo que debería haber sido un día de felicidad, se transformó en un día de preocupación y desesperanza, ya que la recién nacida había venido al mundo sin su esófago. La familia no pudo regresar del hospital a su casa, en las afueras de Saugerties, con su nuevo retoño. El bebé requería atención médica las 24 horas.

Los Mazariego ahora tenían que viajar constantemente a Albany, para seguir la salud de la pequeña Sofia. El padre tuvo que dejar el trabajo para poder manejar a Daisy a Albany casi todos los días.

Cuando menos lo pensaron, los Mazariego habían tocado fondo, económicamente hablando, aunque espiritualmente, su fe seguia inquebrantable. Es decir, ya no había dinero ni para la comida, casa o sustento, pero mantenían ese optimismo de que las cosas finalmente iban a mejorar.

Fueron momentos tristes, de agonías e impotencias para los padres, quienes veían el cuerpecito semi-inerte de su bebé, conectado a un sinnúmero de mangueras y a máquinas que pitaban. La madre salvadoreña se sintió muy deprimida. “Es que no hablaba con nadie... ¿para qué? Sentía que a todos les tenía que explicar las complicaciones con las que había nacido mi hija”, recordó Daisy.

Fue entonces que el número de teléfono aquel que le habían dado fue lo que salvó a la familia de terminar en la calle. Personal de Familias Saludables comenzaron a visitarles en su casa, en las afueras de Saugerties. La persona que envió la organizacion a la casa de los Mazariego, la trabajadora social Isabel Nazario, resultó ser como un “ángel de la guarda”, caída del cielo, para la necesitada familia.

Una vez que la bebé pudo ir a casa, tras los tres primeros meses vividos en el hospital, la organización se encargó de transportar a Sofía y a su madre a Albany. Los doctores requerían de la presencia de la pequeña en el hospital tres o cuatro veces a la semana, ya que debían continuar con interminables tratamientos, exámenes o cirugías. El padre, mientras tanto, regresaba a trabajar para sacar a su familia del hoyo económico.

Recientemente, desde lo cómodo de su hogar, Daisy contaba, entre fuertes suspiros, cómo Sofia representaba para su familia “un milagro”. Tras una larga pausa, en la que observaba como su “milagrito” jugaba con su hermana mayor, reconoció no saber qué hubiera hecho sin la ayuda de Familias Saludables y luego se preguntaba;  ¿cómo, en un país en donde la gente anda siempre  de prisa, ocupada en sus propios mundos, existía gente que fuera hasta su propia casa y se preocupara por su salud mental y por mantener el estado de su “familia saludable”?

Contacto:

Familias Saludables, o Healty Families of Duchess and Ulster Counties:

Abierto de lunes a viernes de 9am a 5pm, 1(800) 811-3914

http://www.institute.org/health-care/services/services-for-families



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