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La felicidad en Latinoamérica

Tercera y última parte

Por Panka Bencsik
December 2014
Hay una cita famosa de León Tolstói que suena intrigante: "Las familias felices son todas iguales; cada familia infeliz es infeliz a su propia manera". El único problema con la frase es que es falsa. De hecho, la felicidad es muy personal, todo el mundo es feliz a su propia manera, y lo más importante es que sólo se puede llegar a ser más feliz si se mejoran los aspectos de la vida que traen sentimientos que nos hacen sentir bien personalmente. Estas características de grupo e individuales son el centro de esta nota que cierra la serie: cómo conseguir la felicidad basado en el estudio de la economía de la felicidad.

Aunque los Estados Unidos está entre los diez primeros países con el mayor Producto Interno Bruto del mundo, de hecho Estados Unidos es el país con el PIB más alto, su nivel de felicidad no se destaca. Está a un nivel medio. El nivel de felicidad de este país no es solo peor que el de muchos países de América del Sur, Europa, Asia, sino que es particularmente diverso, debido a la variedad de culturas y grupos étnicos en los diferentes estados. Basado en el estudio, el concepto de felicidad es muy diferente para alguien que se identifica como blanco no hispano que para alguien que se identifica como negro no hispano, o hispano.

Según una reciente encuesta a estadounidenses, la satisfacción general con la vida se debe a diferentes factores según diferentes subpoblaciones. Una persona promedio ya sea blanca no hispana, negra no hispana o asiática no hispana, necesita estar satisfecha con su trabajo, sus finanzas y su familia al mismo tiempo. Esto implica que su enfoque está fuertemente dividido entre la vida personal y la vida profesional. Ambas producen cantidades similares de placer, o dolor. Por otro lado, para los hispanos, el factor fundamental es la familia. Si la vida familiar de un latino o latina es feliz y gratificante, el latino tiende a ser feliz en general también.

Esta clara importancia de la familia para la felicidad se enfatiza más porque los hispanos están de acuerdo con la idea de que los niños son el mayor gozo de la vida, mucho más que para cualquier persona de otro origen étnico. Esta disposición a poner la familia en lugar central significa que para muchos hispanos, la salud y el bienestar de su círculo los influye excepcionalmente. Es decir, los latinos se preocupan más por sus seres queridos que cualquier otro estadounidense promedio. Además, para alguien que viene de una familia hispana, las tensiones y peleas con sus familiares pueden tener un mayor impacto en su estado de ánimo que para los otros grupos.

Es un pensamiento provocativo que muchos hispanos ―más que cualquier otro grupo― dicen que seguirían trabajando incluso si se hicieran ricos. Por supuesto, el trabajo puede significar mucho más que un ingreso estable. Es aprender nuevas cosas, ser exitosos y conseguir vínculos sociales. Sin embargo, la idea para los hispanos de mantener su puesto de trabajo, incluso después de no necesitarlo por razones monetarias, plantea la cuestión de si están persiguiendo su propia felicidad o una versión "estándar" de la misma.

Se suele pensar que el "sueño americano" es más o menos idéntico para todos, pero esa es una mala interpretación. En la sociedad actual, uno de los mayores objetivos es encontrar el camino que conduce a la felicidad individual. Para algunos, esa felicidad se produce al estar trabajando hasta la edad de jubilación, y para otros es pasar mucho tiempo con hermanos, hijos y otros familiares. Tolstói estaba equivocado, la felicidad es diferente para cada uno, pero hay una cosa que todos tenemos en común y es que somos responsables de encontrar el camino que produce nuestra propia felicidad.

*La autora es estudiante de doctorado en sociología en la Universidad de Sussex, Reino Unido.
*Traducción de Wailly Compress y Odett Salcedo



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