Hace días que pasamos por una casa que parecía araña
extendiéndose en piernas azules
con ojos de ventanas redondas
escuchamos canciones en otros lenguajes.
Contigo entendí porque mis papás se hablan en silencios.
Contigo descubrí este lugar pequeño,
bosque entre bosques
árboles que sólo se llenan un par de meses
una vida que se la pasa muriéndose, amor.
Contigo quise ser mujer vieja
mujer sin novedades, sin olvido.
Pero uso esas palabras de voz quedita
cuando mi cuerpo, repegándose se hincha
y como niña las repito.
No quiero ser flor de pétalos morados,
quiero ser tus colores negros
de cuevas, de noches urbanas sin nubes.
Tu voz ronca es de serpiente,
de músico,
de poeta inseguro,
origen de mis laberintos,
de mis inventos para deshacerme
de tí, de extraviarte.
Soy niña de prevenciones
y no me desearías este dolor,
pero contigo los relámpagos
de mi cuerpo escalan y brotan
en momentos nada extraordinarios,
sábados lentos de café y hormigas
y por eso
te espero, corazón.
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