¿Qué voz tienen los que no tienen voto?
Por Andrés Martínez de Velasco
September 2013 De los alrededor de 53 millones de latinos que viven en los Estados Unidos (el 17 por ciento de la población total), sólo 23 millones son elegibles para votar. O sea que quedan aproximadamente 29 millones de latinos en este país sin derecho al voto. Tanto los documentados como los indocumentados están en la misma situación por su incapacidad legal para definir el futuro político de las comunidades en las que viven. Los inmigrantes no naturalizados no pueden votar en los Estados Unidos, tengan papeles o no. Entonces, ¿qué voz tienen los que no tienen voto? ¿Qué puede hacer una persona sin derecho al voto para impulsar cambios positivos en su comunidad? La solución a los problemas que plantean estas preguntas está al alcance de cada una de esas 29 millones de personas.Antes de poder participar en la vida política de los Estados Unidos, es necesario que se deje de ver a los latinos como extranjeros y que se les considere como miembros de este país; este reconocimiento no es legal sino cultural, de manera que ser legalmente reconocido—obtener la ciudadanía—no es necesario para dar este primer paso. Al ser vistos como participantes activos de su comunidad, como gente que ayuda a impulsar el desarrollo y fomenta el crecimiento, se les empieza a aceptar como una parte de la sociedad no sólo tolerable, sino vital y necesaria.
Es necesario ser inmigrantes que quieren y trabajan para ser parte de la nueva sociedad estadounidense, y no migrantes, gente que quiere vivir en este país sin ser parte de su cultura. Así opina Gabriela Owen, Presidente de Latinos Demócratas del Condado de Dutchess, “muchas veces pensamos que aprender el inglés es abandonar nuestra propia cultura pero no es cierto. Ganamos más para nosotros mismos siendo parte de la comunidad, en vez de separarnos nosotros mismos por el idioma. Si uno no está educado con respecto a esto, no puede avanzar”.
Como bien expresa Daniel Buzi, de la oficina de inmigración de Caridades Católicas, “no hay dos comunidades distintas, sino una sola comunidad compuesta de los hispanos y los estadounidenses que ya llevan aquí mucho tiempo”. Esto no quiere decir que sea necesario olvidar nuestra propia cultura, sino que hay que estar abiertos al cambio cultural que un cambio de país requiere. No se puede esperar ser respetado, protegido y aceptado por parte de la cultura estadounidense si uno vive aquí en una condición de aislamiento cultural voluntario. Si se rechaza la cultura estadounidense, es inevitable que ella responda con rechazo.
Por todo esto, hay que aprovechar los servicios que se ofrecen por medio de organizaciones sin fines de lucro, como clases de inglés e historia estadounidense gratuitas (Caridades Católicas, 212-419-3700 y Latinos Unidos del Valle de Hudson 845-561-1485, por citar algunos ejemplos de los muchos recursos que puede encontrar en las páginas de La Voz). “Lo más importante es educar a la gente de la importancia de tomar estas clases gratis, de saber el idioma”, dice Owen. Hablar el idioma y conocer la historia del país es necesario no sólo para obtener la ciudadanía sino para entender las bases de la sociedad estadounidense, entender cómo funciona y qué responsabilidades tienen sus miembros, es decir, qué responsabilidades tienen los latinos. Con todo esto en mente, se puede hablar de los medios que tienen los latinos no ciudadanos, para ayudar a definir el futuro de las comunidades donde viven, si no tienen derecho al voto.
Contacte a su representante gubernamental local
Según el abogado de inmigración Gerardo Gutiérrez, esta es una muy buena forma de hacer oír su voz, sobre todo si su petición se une a miles de otras. Usted puede buscar en internet quién es el representante local de su comunidad y comunicarse con él y su oficina por teléfono y por escrito. Gutiérrez asegura que no es necesario ser ciudadano para escribir o llamar a un representante para expresar su opinión, además de que ellos no tienen cómo saber si la persona que los contactó es ciudadana o no. Usted puede contactar al representante para hacerle saber su opinión sobre cualquier tema de relevancia legal o gubernamental; no tiene que ser un tema de inmigración ni de legislación. Al escribirle al representante, no hay ningún motivo de preocupación, usted puede hacerlo con toda tranquilidad, sabiendo que no está cometiendo ningún delito sino ejerciendo su derecho a expresar su opinión.
Si hay algún asunto que sea de importancia para mucha gente de su comunidad, puede organizar la redacción y el envío de una petición al representante que lleve las firmas de todos aquellos que quieran participar. Entre más grande sea el número de firmas, mayor peso llevará su petición y más alta será la probabilidad de que sea atendida. Firmar peticiones y comunicados a un representante tampoco es un delito, y usted tiene todo el derecho de hacerlo. Procure que estas peticiones estén bien redactadas, y si es posible, en inglés. No use lenguaje agresivo ni hostil, y trate de dar razones por las cuales su petición debería ser atendida. Si envía un comunicado de parte de una organización, asegúrese de que quede claro cuál organización hace la petición y dónde está basada.
Asistir y expresar su opinión en juntas de gobierno local o juntas con candidatos a puestos gubernamentales
Esta es otra sugerencia de Gutiérrez, que explica que en muchos de los pueblos y ciudades pequeñas existe la tradición de reuniones periódicas en el Town Hall (municipalidad) con el fin de entablar una discusión entre la población y los miembros del gobierno sobre los asuntos más relevantes del momento. Estas reuniones proveen un espacio donde cualquiera puede ofrecer su opinión y preocupaciones a todos los presentes para discutirlas y buscar una solución. Al igual que con las cartas y llamadas, el abogado Gutiérrez nos asegura que no es necesario ser ciudadano para atender estas juntas y nadie estará preguntando si los presentes tienen papeles o no.
Del mismo modo, uno puede presentarse a los mítines de campaña de candidatos a posiciones gubernamentales y hablar abiertamente y con toda tranquilidad. En este caso, uno puede hacerle saber al candidato los cambios que le gustaría ver si ganaran la contienda electoral.
Otra manera de hacerse oír es escribiendo y enviando cartas al editor para la sección de opinión de las diferentes publicaciones locales (La Voz acepta cartas de sus lectores). Así lo recomienda americasvoiceonline.org, destacando que una carta al editor vale por 20 llamadas.
Organizar o asistir a manifestaciones y protestas
Esta es la opción más asertiva, aunque no representa un riesgo legal mientras que se obedezcan las leyes y normas establecidas por la ley para este tipo de eventos, según Buzi y Peter González, Presidente de Latinos Unidos del Valle de Hudson. En muchos casos, es necesario sacar un permiso para manifestarse y apegarse a las delimitaciones geográficas impuestas a la manifestación. Aunque esta opción requiera de más organización, también es de las maneras más directas y poderosas que tiene la gente para expresar su opinión al gobierno. No hay por qué temer una redada de migración ni arrestos policiacos si se siguen las reglas establecidas. De haber algún tipo de problema con la ley, hablando generalmente, es muy importante no verse como una víctima sino como parte de la comunidad, y estar dispuesto a cooperar con las autoridades.
Ser parte de un grupo cuyo representante tenga derecho al voto y pueda abogar por su causa con el representante local
Manishka Kalupahana, consejera para estudiantes internacionales de Bard College, explica que muchas organizaciones locales pequeñas que tienen una mezcla de miembros documentados e indocumentados, estadounidenses y extranjeros. Los miembros que sí son ciudadanos pueden votar a favor de los cambios y candidatos que beneficien a su grupo. Algunos de estos grupos son las asociaciones de vecinos y asociaciones de padres de familia, a través de las cuales uno puede impulsar el cambio que quiere ver en su comunidad. Para participar en estos grupos es importante ser visto como miembro de la comunidad con el derecho de participar en el grupo, y no como una visita o una persona que vive separada del resto de la colonia.
Por el bien de todos es importante que aquellos que sí tienen derecho a votar ejerzan su derecho y ayuden a esta enorme minoría a salir adelante. Así mismo, aquellos que no tienen el derecho a votar deben hacerse oír por otros medios como los mencionados aquí. Es hora de que la situación política actual cambie a algo que valore el trabajo de la población latina y todos sus aportes. Es importante que como latinos, demos nuestra mejor cara, que seamos lo mejor que podemos ser, siempre, pero sobre todo ahora que está en proceso una reforma migratoria.
¿Y ahora qué?
Momentos decisivos de la reforma migratoria
Estas son algunas organizaciones locales que están involucradas en el movimiento por la reforma migratoria y siempre están buscando participantes para campañas, solicitudes, marchas y más eventos: Centro de Justicia para los Trabajadores de NY (http://www.wjcny.org/, 845-3321-6615), Somos la Llave del Futuro, Inc. (http://www.somoslallave.org/, 845-675-8045), Citizen Action of NY (http://citizenactionny.org/, 845.802.0199) y Latinos Unidos of the Hudson Valley (http://www.latinosunidoshv.org/, 845-565-4812).
Mientras que Hudson Valley Community Coalition (http://www.hvccoalition.org/Links_We_Like.html) y New Yorkers for Real Immigration Reform (http://thenyic.org/NYRIRcampaign) están enfocadas a nivel regional y estatal.
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La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
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