Desde que nos conocimos
apenas salida de la adolescencia
me cantabas tierna melodía
"Amapola", la que sería
de gran trascendencia
en nuestra larga vida.
La entonaban, el entonces
joven Plácido,
Fray José Mojica,
Ortiz Tirado,
privilegiadas voces
algunas ya olvidadas.
Formando parte
de nuestro caminar
presente en cada acontecimiento
en nuestro hogar internalizada
pasó a ser...
"casi sagrada".
Hoy que no estás
la sigo escuchando,
en mente, entonando.
Jamás supuse
me dejarías tan sola
con tu dulce y romántica "Amapola".
Han pasado largos inviernos
partiéndoseme la vida
en mil pedazos
con tu recuerdo
y nuestra canción
fui juntando los retazos.
El ser bisabuela restauró
sentimientos dormidos
el corazón herido se fortaleció
otra historia comenzó;
"Amapola", sigue aquí
¡y día a día colaboro...!
LA VOZ, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
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