Che Francisco: nuevo Papa, viejos desafíos

El 13 de marzo a las 19:06 horas desde una de las chimeneas más modernas de la Capilla Sixtina (residencia oficial del Papa) del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, una columna de humo blanco anunció al mundo la elección del nuevo pontífice. Concluyendo así la elección después de semanas de mucha agitación en la Iglesia Católica por la renuncia de Benedicto XVI, quien conmocionó al mundo declarándose –decrepito–, un hecho sin precedentes en siete siglos.

El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio fue elegido como el Papa número 266 y pese a no figurar entre los favoritos, ahora es el  primer Papa latinoamericano, quien eligió el nombre de Francisco.  En su primera aparición pública en el balcón central de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, dijo en broma: “los cardenales me vinieron a buscar al fin del mundo”. Ante miles de fieles pidió: “oremos unos por otros y por el mundo, para que haya fraternidad”. Suplicó a los mil 200 millones de fieles católicos, de los cuales el 40 por ciento vive en América Latina: “emprender un camino de fraternidad, de amor y de evangelización”.

El Papa Francisco de 76 años, rindió tributo a su predecesor, Benedicto XVI, quien cumplirá 86 años el 16 de abril y con quien tendrá que convivir en el Vaticano, en un momento de importantes desafíos para la Iglesia. Los expertos anticipan que será un proceso oscuro y enredado, y aunque también consideran a Bergoglio un hombre de dotes intelectuales; “un conservador a nivel doctrinal y progresista en materia social”.

El nuevo Papa Francisco, de verdad que necesita dotes intelectuales, ya que deberá dar respuesta a los miles de escándalos de abuso sexual contra menores de edad por parte de sacerdotes, arzobispos y obispos, que hasta ahora sólo se ha extendido, solapado y apapachado por la alta jerarquía de todos los rincones del mundo clerical. Sin embargo, el Vaticano con Benedicto se opuso decisivamente a las bodas gay fundamentando que “Atacan la verdadera estructura familiar”. Además, Francisco deberá dar la cara con su fama de vida austera como prelado argentino, a los fraudes y malos manejos de las finanzas del banco Vaticano de la Iglesia católica, revelados en Vatileaks que Benedicto le heredó.

El autor, Carlos González es mexicano y afiliado a http://www.bruderhof.com/


LA VOZ, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson

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