¿Qué hace usted cuando está triste?

Un amigo me llamó para preguntarme si podíamos platicar y sentí mucha tristeza en su voz. Conversamos hasta que las baterías del celular dieron su última gota y no nos quedó más remedio que esperar hasta poder conversar en otra ocasión. Los días de fiesta muchas veces son pesados y los latinos somos apegados a la familia y cuando nos falta, o cuando por razones que no pudimos remediar la dejamos atrás o la perdimos, nos inunda gran tristeza y otras emociones difíciles.  

La tristeza no es necesariamente mala pues por ella también aprendemos que la separación a veces es el paso necesario, aunque duela, porque también nos abre nuevas oportunidades. Dejamos a nuestros seres queridos para buscar una vida mejor y eso nos debe dar fuerzas para sobreponernos a muchos sacrificios. El compañero de la tristeza es la soledad y esta es la parte dañina si uno todavía se siente solo estando con compañía; pero es posible estar solo sin sentirse invadido de soledad; a veces uno desea o decide estar solo mientras resuelve una crisis emocional u otro problema. Lo importante es crear un cambio que interrumpa el estado de ánimo que tanto debilita y no hacer daño a nadie.

Hay personas que le tienen tanto miedo a sentirse solos que hacen disparates que les resultan costosos y hasta les pueden arruinar la salud, su libertad y la tranquilidad que necesitan. Si una persona abrumada con su soledad se emborracha y hace un disparate- como beberse el alquiler o la compra de la semana, con eso no va a ahogar sus penas sino alimentar a los monstruos que le agobian: deudas, peleas en la casa, y multas que les arranca el sueño cuando la policía los detiene, un accidente destruye vidas o usted termina en el hospital. Nada de eso es necesario. 

La soledad se combate sacando tiempo para conversar con amistades, visitando enfermos, caminando bastante y por placer, siguiendo un plan de ejercicios diarios, escuchando música alegre y no esas canciones que lo muelen. Pero si necesita dar una llorada profunda, eso le hará mucho bien, especialmente cuando está conversando con Dios,  ya sea en la iglesia o cuando camina; dedique tiempo a la reflexión: es la mejor medicina contra emociones dañinas. Interrumpa su soledad con buenos pensamientos y sobretodo, dándole gracias a Dios que ha llegado hasta donde hoy se encuentra y pídale su ayuda para los demás que también están pasando tropiezos.

Solo las personas que  no saben o no encuentran cómo interrumpir su soledad se vuelven peligrosas para otros y para sí mismos. Las estadísticas muestran que cuando se aproximan festividades importantes hay personas que terminan en la cárcel, en el hospital, o en el cementerio. Esas tragedias no deben suceder; hay que buscar la vida con decisión y fe de que no estamos solos, que Dios interviene a través de amigos e instituciones que nos dan la mano en momentos turbios. Vivimos en un mundo nuevo en donde hay espacio y oportunidades para desahogarse sanamente: parques para visitar, shopping malls para caminar y distraerse y comprar al nivel que uno puede, escuchando música linda e inspiradora y no solo triste y violenta. 

Pero lo más importante es no vivir egoístamente y solo para nosotros mismos sino para todos los que nos miran con esperanzas y como ejemplo digno de seguir, empezando en el hogar. Usted y todos tenemos razones poderosas para sobreponernos a la tristeza, el dolor y la falta de fe que a veces nos derrumba. Somos una misma gente, todos bajo la guía de un creador que no nos abandona y nos rescata cuando ya no podemos por nuestros recursos.

Levante la frente cuando esté perturbado y pídale a su Dios nuevas fuerzas para servir de ejemplo a los que de usted dependen para guía e inspiración.                

¡Feliz Año nuevo!


LA VOZ, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson

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