A los lectores de La Voz,
No necesariamente debe ser una cosa o la otra. Yo fui gran defensora del movimiento orgánico, pero mis recientes experiencias al trabajar en granjas cambiaron mi posición.
A pesar del posible uso de químicos, los productos locales son mejor para mantener la salud del medio ambiente. No viajan muy lejos, pues usan menos petróleo y producen menos dióxido de carbono. Por la corta distancia, las verduras son más frescas. Esto es evidente cuando se prueba la diferencia entre los dos tipos de verduras.
Con respeto a la ética, mucha gente cree que si sus productos lácteos o de carne son orgánicos, los animales han sido tratados bien. Desafortunadamente, en muchos casos no es verdad. Desde que lo “orgánico” se puso de moda, las granjas orgánicas han crecido y ahora usan métodos industriales. La compañía Horizon, por ejemplo, vende productos lácteos orgánicos, pero las vacas no pueden pastar. Además, las reglas del gobierno prohíben que las granjas certificadas orgánicas traten a sus animales enfermos con antibióticos, pero a menudo son el único método seguro para curarlos.
Los productos locales no siempre vienen de granjas éticas, pero si compra local es más fácil saber: ¿de donde viene mi comida? ¿Cómo produjeron esto? Jennifer Phillips tiene una granja de vacas y ovejas en Tivoli y dice que “parte del valor de lo local es que puedes ver cómo se maneja la granja, e influye en la calidad del aire que respiramos y el agua que bebemos. Pero para tener éxito, tú, el consumidor, tienes que mirar”. La mayoría de nuestra comida viene de cinco o seis grandes compañías, una de ellas, Monsanto, fue elegida la empresa menos ética del mundo. Tenemos la responsabilidad de proteger a las granjas pequeñas y los trabajos locales en vez de a corporaciones irresponsables como Monsanto.
“Cuando tomamos decisiones sobre la comida, necesitamos considerar varios factores: la distancia que ha viajado, la estructura de la propiedad, el bienestar de los animales y el impacto en la tierra”, explica Phillips. Vivimos en un área rural y tenemos opciones. Preguntémonos lo que pide el etno-botánico Gary Paul Nabhan: ¿Debo asumir que tengo el derecho dado por dios de obtener toda la munificencia de la tierra, por más lejos que haya sido cultivada?
Rachael A. Scheibert
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