Mujeres emprendedoras

Por ejemplo, Yolanda Voss es una diseñadora ecuatoriana que estudió Diseño de Modas en el Instituto Quito Luz de América. Pero su meta estaba fijada en el extranjero. Sus sueños la llevaron a seguir una carrera de enfermería de tres años en los Estados Unidos, aunque nunca dejó su pasión por la moda. En 1980, abrió Yolanda Voss Studio International, que incluye una escuela de diseño que ofrece becas y pasantías para aquellos que “estén dispuestos a reinventarse”. Hoy, Yolanda es una mujer muy reconocida en el mundo de la moda como también en el mundo de los negocios.

Las mujeres empresarias inmigrantes están surgiendo en todas las regiones de los Estaos Unidos. Son mujeres las que crean nuevos puestos de trabajo, ayudando a estabilizar vecindarios, creando productos que los consumidores disfrutan, construyendo grandes proyectos de infraestructura e invirtiendo en una amplia gama de proyectos caritativos de justicia social.

Para cambiar la percepción de la mujer en el ámbito empresarial, el informe “Our American Immigrant Entrepreneurs: The Women” (Nuestras empresarias estadounidenses inmigrantes: las mujeres), basado en el libro “Immigration and Women: Understanding the American Experience” (Inmigración y mujeres: entendiendo la experiencia estadounidense), presenta un estudio detallado y examina los obstáculos y el camino que aquellas mujeres han seguido para establecer sus exitosos negocios.

Como Rubina Chaudhary, presidenta de MARRS Services Inc., una organización basada en Los Ángeles, California, y fundada en 1989. Rubina empezó su propia empresa porque necesitaba ser su propia jefa. Con tres hijos se le hacía imposible tener un trabajo de oficina, y trabajaba desde casa como consultora independiente, hasta que un día uno de sus clientes le propuso abrir su propia empresa. Su esposo la apoyó y trabajan juntos desde hace 17 años. Para ella fue muy difícil acercarse a los bancos, que en muchas ocasiones le negaron préstamos, para más tarde dárselos a su esposo, quien trabajaba en su misma empresa. Pero logró superar los obstáculos y está convencida de que ella fue capaz de alcanzar su meta, porque ayudó a otros a alcanzar las de ellos.

Susan Pearce, profesora de sociología en la universidad de East Carolina y una de las autoras del informe confirma el notable incremento de mujeres empresarias en la primera década del siglo XXI. En el año 2000 la participación femenina en el área empresarial, incluyendo mujeres nacidas en los Estados Unidos, no llegaba ni al 5 por ciento, pero en 2010 la participación de las mujeres inmigrantes subió a una tasa del 9 por ciento, mientras que entre las mujeres nacidas aquí solo creció el 6,5 por ciento. Muchas de estas mujeres, recalca Pearce, ya eran propietarias de algún tipo de negocio en su país de origen.

Muchas de estas mujeres, como Yolanda Voss y Rubina Chaudhary, han tenido que enfrentar dificultades por los estereotipos machistas, perjudicial especialmente al momento de obtener capital inicial cuando los bancos se mostraban reacios a proporcionarles créditos, debido al pequeño tamaño de sus negocios. Pero con su personalidad llena de actitudes positivas y esperanza las mujeres nacidas en el extranjero ahora son dueñas del 20 por ciento de los negocios dirigidos por mujeres en este país.

La decisión de dar el salto y abrir un negocio es un riesgo, más aún cuando el panorama presenta puertas cerradas o parcialmente bloqueadas. Facilitar el proceso a todos los empresarios, incluyendo mujeres inmigrantes, para crear negocios que crearán puestos de trabajo en Estados Unidos, es  algo que cualquier sabio ciudadano nacido en este país apoyaría.

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