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Recuerdos de...

Parrandas Navideñas en Puerto Rico

Por Juan Carlos (Latin) Piñeiro Moyet
February 2011
Cuando alguien me pregunta dónde nací contesto inmediatamente: "en Puerto Rico". Pero a los dos o tres segundos me acuerdo que la verdad fue que yo nací en Queens, NY. Sólo viví en Puerto Rico siete años de mi vida. Pero hasta el día de hoy esos siete años fueron los mejores que han pasado a mi memoria. Y cada uno de esos años cerraba con las agrupaciones de familia y "parrandas" navideñas.
Mi familia de parte de madre vive en una montaña tan hermosa que los ángeles parecen bajarse del cielo para verla. Bueno, no los he visto pero si yo fuese ángel me daría la vueltita para ver lo que hay. Viven en el Barrio Carite de Guayama, un pueblo conocido por muchos como "el pueblo de los brujos". Sinceramente no se por qué lo llaman así, pero si sé que en esas montañas hay una magia que nunca he sentido en ninguna otra parte del mundo. Además he sentido que esa magia suele alterarse en las navidades.      

No hace mucho que recibí un mensaje de una prima diciendo "te lo perdiste". Como si se me hubiera olvidado de todo lo que me pierdo al no estar en la “isla del encanto”. No me olvido que cada año mi familia se reúne en los tiempos navideños; que forman muchos "bembé" (palabra de origen africano que ahora significa una fiesta buena) en las casas; que contratan una banda para tocar el cuatro, las maracas, congas, bongoes, escarraches y hasta campanas; o que cantan canciones típicas como Plenas, Bombas, canciones Folklóricas y otras.

Una vez cuando salí a parrandear con mis vecinos fuimos a tres casas. Las parrandas normalmente se hacen de noche y cuando llegamos a la tercera casa ya las personas del hogar se habían dormido. Eso no cambió nuestros planes y comenzamos a cantar y tocar los instrumentos al frente de la casa. Al escuchar la canción la familia se levantó y abrió su puerta sonriente y aplaudiendo al ritmo de la música. Luego trajeron café, dulces y hasta morcillas. La morcilla es una comida típica de la isla (y popular en las navidades) en la cual llenan intestinos de puerco con arroz, sangre y sazones. Les prometo que sabe mejor de lo que suena.

Al año siguiente mi madre estaba triste durante el tiempo navideño y quise ayudarla a reencontrar la alegría. Decidí buscar unas amistades que tenían instrumentos y a los pocos minutos le llevamos una parranda a mi mami. Ella salió de la casa con una sonrisa enorme al ver los parranderos. Al final nos despedimos y una de las parranderas sugirió que les lleváramos una parranda a sus padres. Llegamos a su casa pero su padre le dijo que entrara a dormir y nos cerró la puerta. Desafortunadamente no todas las parrandas son exitosas. 

Espero que las navidades del 2010 las hayan pasado súper alegres y llenas de amor. Si alguna navidad se encuentran en la bella isla de Puerto Rico, pregunten por una parranda. Y si la encuentran avíseme para ir a gozar yo también. 

Pero lo que más extraño es cuando se van a "parrandear": se montan en los carros y llegan a las casas de familiares y amistades sorprendiéndolos con música navideña. De vez en cuando los cantantes se detienen y los instrumentos dejan de tocar. Cuando esto sucede los dueños del hogar reparten dulces, comida, café y otras bebidas. Entonces los músicos hacen chistes y dan las gracias por la buena recepción. Luego de comer y beber un poco, los chistes se acaban y los "parranderos” se montan a los automóviles (a veces llevándose a los dueños del hogar con ellos) de camino a la casas de otros seres queridos. Así siguen toda la noche hasta que el sueño los llame.

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