El magazine que llegó a mis manos me produjo la sensación de que no todo está perdido y que indudablemente hay personas que nos marcan el camino. Es posible escribir en un buen castellano, un idioma tan rico y con tantas facetas que no siempre son expresadas correctamente. Es muy significativo el título de vuestra revista. La reflexión es que se trata de un lugar, un espacio para que la voz de miles de inmigrantes que no son escuchados. Esa voz tímida, irresoluta y dubitativa que busca su volumen y potencia justa en un mundo totalmente desconocido. Vivir en Estados Unidos no es para cualquiera. El sueño americano es una falacia a la que no todos pueden acceder. Es la idea de que se puede conseguir cualquier cosa que uno se proponga pero la realidad marca que no todos acceden al crédito, no todos tienen un seguro médico, no cualquiera tiene un empleo fijo, y no cualquiera tiene la capacidad de ahorro para cumplir sus objetivos. Ni hablar del altísimo costo de la educación para nuestros hijos. Con todo esto digo que es necesaria mucha tenacidad, esfuerzo, voluntad y sacrificio para realizar las metas. Pero también es bueno superarse para progresar.
Una voz silenciosa que se hace multitud, que crece y se posiciona cada vez más en la vida cotidiana de este país.
Esa voz es un alud irrefrenable que en algunas décadas, según dicen las proyecciones estadísticas, será más del 50% de la población de los Estados Unidos.
Es por ello que mantener viva la estética, cadencia y belleza de la lengua castellana; es un camino que debemos transitar y proteger con las mejores armas. Sobre todo para que nuestros descendientes sientan orgullo y satisfacción de sus orígenes.
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