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Aura López Zarate

Luchando por una justicia de inmigración para todos
Por Tamara Gruszko

October 2020
Cuando Aura López Zarate llegó a los Estados Unidos con su papá fueron a vivir con la esposa de él y las hermanitas de Aura. Con tan sólo 10 años de edad Aura no entendía dónde estaba. “Al comienzo todo fue difícil. La comida era diferente y extrañaba a mi mamá y a mis primos”, recuerda. Todo le resultaba muy confuso. “Recuerdo que detrás de la casa había árboles y era muy solitario. No se parecía nada a Nueva York. Era muy diferente a lo que yo esperaba”. Es que estaban viviendo en New Windsor, una localidad pequeña a más de hora y media de la famosa ciudad de Nueva York que había visto en Oaxaca por televisión. “Por suerte tuve buenas maestras que me ayudaron con el inglés y me estimularon para que saliera adelante”, dice esta organizadora comunitaria de 23 años.
“Dicen que los jóvenes que tienen DACA, los llamados ‘soñadores’, merecemos estudiar y trabajar. Nuestros padres también podrían haber hecho eso, pero para ellos la oportunidad no existe. Es como el inmigrante ‘bueno’ y el inmigrante ‘malo’, alguien decide quién merece una vida mejor y quién no”, dice Aura y agrega, “la razón que pude ir a la escuela y que estoy donde estoy es porque mi papá me trajo. Él me dio todo, me dio comida y un techo. Las personas vienen aquí por muchas razones y cuando llegan pasan por muchas cosas. No tienes tu familia, extrañas de dónde vienes y tu cultura es otra. Es duro. Tenemos que pensar en cómo estamos tratando a la gente. Nadie deja su casa y todo lo que conoce así nomás. La gente viene por diferentes motivos y muchos vienen en medio de alguna crisis donde la vida misma depende de ello”. 

Cuando su padre se separó de su esposa, Aura fue a vivir con él. Años más tarde, gracias a la orden ejecutiva del presidente Obama, y después de intentarlo varias veces, logró obtener DACA, la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, y con eso la oportunidad de ir al colegio. Aura era la primera en su familia en acceder a estudios terciarios. Pero su situación cambió cuando estando en el primer año en Dutchess Community College el papá de Aura fue arrestado, detenido por un año y deportado a México. “Fue un año muy difícil, yo vivía con mi tío y tenía un trabajito que sólo alcanzaba para cubrir mis gastos. Mi papá era mi mejor amigo, la única persona con la que contaba. Ya no pude seguir estudiando. Eso me hizo pensar mucho en lo que quería hacer de mi vida. Mi papá había sido un activista cuando era un estudiante México y me llevaba a las marchas por los inmigrantes en Washington DC. Recuerdo las conversaciones que tenía con mis tíos cuando era chica. Yo ya tenía mis propias ideas sobre lo que pasaba”. 

Aura retomó sus estudios y está cursando su último año en Queens College. Sueña con estudiar leyes y algún día trabajar en una organización internacional no gubernamental. Pero además de sus estudios, Aura trabaja también como Organizadora Comunitaria del programa Raíz de Planned Parenthood of Greater New York donde pone toda su energía en involucrar a la comunidad latina en la lucha por la justicia para todos los inmigrantes. “Hay muchas barreras que afectan el acceso a la salud reproductiva y cómo llega la gente a obtener servicios. Desde la falta de licencia de conducir o no saber dónde deben llamar para hacer una consulta, hay muchas cosas que afectan el acceso a servicios. El programa Raíz es un programa comunitario diseñado por la gente para la comunidad. Debemos luchar para lograr que todas las personas tengan acceso a la salud reproductiva. Pero, además, y lo sé por propia experiencia, sin justicia de inmigración, no habrá tampoco justicia reproductiva.” back to top

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