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Protesta pacífica en contra de la brutalidad policial en OK, foto de Mark L. Friedman
Protesta pacífica en contra de la brutalidad policial en OK, foto de Mark L. Friedman

OpiniĆ³n

¿Cuál es el papel de la policía en la sociedad?

Las manifestaciones contra la violencia policial han puesto en tela de juicio el sistema entero.

Por Duane Stilwel
July 2020
En Francia la policía mata un promedio que quince personas al año, y en ese país eso se considera un ultraje completamente inaceptable. En Estados Unidos la policía mata a más de mil personas al año, año tras año, y desgraciadamente en este país eso pasa por cosa normal. Tras la ejecución pública de George Floyd en Minneapolis por el policía Derek Chauvin, quien asfixió a Floyd con su rodilla durante más de 8 minutos en la vía pública, frente a múltiples testigos, el pueblo trabajador de Estados Unidos ha dicho ¡BASTA YA!
Por fin, tras décadas de abusos, la juventud y el pueblo trabajador de Estados Unidos están dando respuesta a esta horrible situación con una ola diaria de protestas amplias y solidarias, en ciudades grandes y pequeñas, atrayendo a muchas capas de la ciudadanía que, en el pasado reciente, no han participado en este tipo de acción política.

La respuesta ha sido amplia, abrumadora, sin precedente.
 

La estrategia de las autoridades

No podemos negar que existen diferencias tácticas entre los dos partidos políticos, pero tampoco podemos perder de vista que ambos representan intereses que son ajenos a las reivindicaciones justas del pueblo trabajador. Este país tiene sólo un partido, el partido de la propiedad privada, y ese partido tiene dos alas (o facciones) derechistas, el Partido Demócrata y el Partido Republicano. Ambos nos mienten y nos traicionan, son corruptos, y defienden las prerrogativas del capital financiero.

En mi opinión, lo que estamos presenciando hoy es un esfuerzo consciente por las autoridades gubernamentales a todos los niveles, y por ambos partidos políticos, de evitar a toda costa que se impongan cambios fundamentales a las fuerzas policiales, aunque estos cambios son obviamente necesarios.

¿Por qué?

Para entender porqué, hay que entender que los dos partidos políticos son instrumentos de la clase gobernante, y que la policía es parte de las fuerzas del estado, ese aparato de hombres armados y uniformados, que defienden fielmente sus intereses—de manera violenta de ser necesario, para mantenernos a raya. La policía no es más que una estructura esencial para mantener la dominación política—la dictadura, en realidad—de la clase capitalista.

Por eso las manifestaciones recientes son tan importantes. Debemos plantear demandas que promuevan y defiendan los intereses de la clase trabajadora, y usar la primera enmienda de la constitución para ampliar el espacio político, para organizarnos, actuar, y exigir justicia. Entre las reivindicaciones más importantes están la de desmantelar los cuerpos policiales, reorganizarlos con funciones específicas y limitadas, liberando recursos del erario público para usarlos de una manera más equitativa y que responda a las necesidades inmediatas del pueblo trabajador.

Por una sociedad más justa y solidaria

Aunque al nivel local los dos partidos políticos dan la apariencia de ser partidos con participación ciudadana, la verdad es que a nivel nacional funcionan como entidades corporativas, opacas, con una estructura vertical y jerárquica. Son, en realidad, parte intrínseca del aparato estatal, como lo demuestra el tejemaneje obsesivo de ambos partidos por nombrar al mayor número posible de juristas partidarios a la rama judicial y en especial a la Corte Suprema de Justicia (que se supone debe ser políticamente imparcial). Hoy día es obvio que la Corte Suprema refleja la lucha sin cuartel entre las dos facciones de la clase gobernante.

Los dirigentes del Partido Demócrata van a tratar de embelesarnos con promesas de “Igualdad” y de “Unidad” que nunca van a cumplir, aunque lleguen a ocupar la presidencia y obtengan la mayoría en el senado y la cámara de representantes, porque piensan que pueden mentirnos con impunidad. Las injustas leyes laborales en Estados Unidos, por dar un ejemplo, han sido un escándalo durante décadas, dificultando la libre organización de nuestros sindicatos. Los constantes ataques antisindicales por los empleadores y el gobierno han llevado a una reducción dramática del movimiento sindical que fue, en su época, uno de los más poderosos en la historia. Las leyes de inmigración son otro ejemplo de la traición de los dos partidos de los ricos.

Es importante tener en mente que las organizaciones gremiales de la policía, que llevan el nombre de “Orden Fraternal de la Policía” (Fraternal Order of Police, o FOP por sus siglas en inglés), se asemejan más al crimen organizado, extorsionando a los gobiernos locales y obteniendo salarios altos, pensiones generosas, y derecho a jubilarse a una edad temprana, lo que en muchos casos consume hasta la mitad de los gastos municipales. Aunque algunas de estas organizaciones están afiliadas al AFL-CIO o a otras organizaciones legítimas del movimiento obrero, no debemos permitir que usen su afiliación como defensa de sus actividades ilícitas, ya que la policía siempre actúa en contra del movimiento obrero, especialmente cuando usamos huelgas para luchar por nuestras reivindicaciones.
 


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