Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
Universidades
Lorraine López-Janove
Una luz en SUNY Sullivan, Orange y Ulster
Por Antonio Flores-Lobos
June 2018Desde que tomó el trabajo hace casi un año, comenzaron a aumentar los números en el odómetro de su carro.
Y cómo no va a aumentar, el millaje, o la devaluación de su carro, si Lorraine López-Janove tiene que manejar constantemente entre los condados de Sullivan, Orange y Ulster para asegurarse de que en las universidades comunitarias que tiene la Universidad Estatal de Nueva York (SUNY) en esos lugares, florezca la diversidad entre el estudiantado, el profesorado y la administración.
Así lo requiere el trabajo que López-Janove desempeña como Directora de Diversidad de tres de las universidades comunitarias de SUNY, que cuentan con 9,000 estudiantes entre los 3 condados. Y aunque su trabajo es servir como agente de cambio, proveyendo liderazgo y una visión comprensiva de las instituciones para los presidentes de las universidades, la puertorriqueña, nacida en el Bronx, está comprometida con que haya igualdad y diversidad en esos centros educacionales.
La justicia social es algo que siempre ha estado con ella, dice que su conciencia social le nació a los 17 o 18 años, cuando se graduó de la escuela secundaria y no sabía lo que quería hacer. Sin duda, el dilema de miles de jóvenes que se gradúan este junio.
Lo que hizo Lorraine es algo que los nuevos graduados podrían imitar: fue a la universidad, aun cuando su mamá se oponía a tal cosa. Pronto se dio cuenta de que aquello no era fácil, puesto que nadie estaba ahí para ayudarle a navegar la vida universitaria.
“Eso siempre se quedó conmigo, y pensé que algún día yo iba a estar en posición de poder ayudar a otros, para que no tuvieran que batallar como yo para poder obtener una educación,” comenta la hoy funcionaria universitaria, con ya más de 25 años de experiencia en la educación.
Durante su tiempo en la ciudad, trabajó para NYU donde iba a diferentes escuelas de la ciudad, defendiendo a estudiantes, mayoritariamente no blancos castigados desproporcionalmente. Es decir, por las mismas ofensas cometidas, los estudiantes blancos recibían menos castigos y suspensiones que sus pares no blancos.
Con esa experiencia, y otras, la puertorriqueña pasó a ser la Comisionada de los Derechos Humanos del Condado de Sullivan. Allí atendió casos de discriminación racial e injusticias sociales, que a veces aparecían como quejas de un vecino sobre el otro, de personas que se les negaba rentar un lugar digno, o como una mediación entre un trabajador y un patrón.
Siempre le preocupó que las personas fueran tratadas con respeto y dignidad. Mientras se desempeñaba como comisionada, Lorraine logró reunir a miembros de las diferentes comunidades con los diferentes departamentos de policía y la oficina del sheriff del condado. La idea era romper la barrera del idioma y de la desconfianza. Los hispanos del condado querían que sus autoridades les aseguraran que si uno de sus miembros era detenido por los uniformados, este no fuese transferido a las autoridades migratorias.
Las autoridades accedieron a la petición hispana, sobre todo el sheriff en turno, quién, según refiere la puertorriqueña, dijo que cualquier delito cometido en la comunidad hispana, sería investigado hasta las últimas consecuencias, sin llegar a involucrar al departamento de inmigración.
En todas estas reuniones entre la policía y la comunidad, el bilingüismo y el biculturalismo de la comisionada de los derechos humanos fue efectivo. “Soy completamente bilingüe y eso se lo debo a los 3 o 4 maravillosos años que me pasé en Puerto Rico, donde aprendí a leer y escribir el español,” dice López-Janove.
Hoy en día, ese mismo bilingüismo le sigue abriendo puertas y facilitándole la comunicación entre un pujante grupo de futuros profesionales latinos que llegan a las universidades comunitarias de SUNY, y las autoridades universitarias quienes han comenzado a aceptar la idea de que la excelencia académica va de la mano de una pensante comunidad universitaria donde prevalece la igualdad y la diversidad.
Para escuchar la entrevista con Lorraine López-Janove en La Voz en Radio Kingston, visite: radiokingston.org/es/archive/la-voz/episodes/wednesday-familia-education
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COPYRIGHT 2018
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
Así lo requiere el trabajo que López-Janove desempeña como Directora de Diversidad de tres de las universidades comunitarias de SUNY, que cuentan con 9,000 estudiantes entre los 3 condados. Y aunque su trabajo es servir como agente de cambio, proveyendo liderazgo y una visión comprensiva de las instituciones para los presidentes de las universidades, la puertorriqueña, nacida en el Bronx, está comprometida con que haya igualdad y diversidad en esos centros educacionales.
La justicia social es algo que siempre ha estado con ella, dice que su conciencia social le nació a los 17 o 18 años, cuando se graduó de la escuela secundaria y no sabía lo que quería hacer. Sin duda, el dilema de miles de jóvenes que se gradúan este junio.
Lo que hizo Lorraine es algo que los nuevos graduados podrían imitar: fue a la universidad, aun cuando su mamá se oponía a tal cosa. Pronto se dio cuenta de que aquello no era fácil, puesto que nadie estaba ahí para ayudarle a navegar la vida universitaria.
“Eso siempre se quedó conmigo, y pensé que algún día yo iba a estar en posición de poder ayudar a otros, para que no tuvieran que batallar como yo para poder obtener una educación,” comenta la hoy funcionaria universitaria, con ya más de 25 años de experiencia en la educación.
Durante su tiempo en la ciudad, trabajó para NYU donde iba a diferentes escuelas de la ciudad, defendiendo a estudiantes, mayoritariamente no blancos castigados desproporcionalmente. Es decir, por las mismas ofensas cometidas, los estudiantes blancos recibían menos castigos y suspensiones que sus pares no blancos.
Con esa experiencia, y otras, la puertorriqueña pasó a ser la Comisionada de los Derechos Humanos del Condado de Sullivan. Allí atendió casos de discriminación racial e injusticias sociales, que a veces aparecían como quejas de un vecino sobre el otro, de personas que se les negaba rentar un lugar digno, o como una mediación entre un trabajador y un patrón.
Siempre le preocupó que las personas fueran tratadas con respeto y dignidad. Mientras se desempeñaba como comisionada, Lorraine logró reunir a miembros de las diferentes comunidades con los diferentes departamentos de policía y la oficina del sheriff del condado. La idea era romper la barrera del idioma y de la desconfianza. Los hispanos del condado querían que sus autoridades les aseguraran que si uno de sus miembros era detenido por los uniformados, este no fuese transferido a las autoridades migratorias.
Las autoridades accedieron a la petición hispana, sobre todo el sheriff en turno, quién, según refiere la puertorriqueña, dijo que cualquier delito cometido en la comunidad hispana, sería investigado hasta las últimas consecuencias, sin llegar a involucrar al departamento de inmigración.
En todas estas reuniones entre la policía y la comunidad, el bilingüismo y el biculturalismo de la comisionada de los derechos humanos fue efectivo. “Soy completamente bilingüe y eso se lo debo a los 3 o 4 maravillosos años que me pasé en Puerto Rico, donde aprendí a leer y escribir el español,” dice López-Janove.
Hoy en día, ese mismo bilingüismo le sigue abriendo puertas y facilitándole la comunicación entre un pujante grupo de futuros profesionales latinos que llegan a las universidades comunitarias de SUNY, y las autoridades universitarias quienes han comenzado a aceptar la idea de que la excelencia académica va de la mano de una pensante comunidad universitaria donde prevalece la igualdad y la diversidad.
Para escuchar la entrevista con Lorraine López-Janove en La Voz en Radio Kingston, visite: radiokingston.org/es/archive/la-voz/episodes/wednesday-familia-education
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