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Opinión

En el 2014 ¡aclaremos, por favor!

Por Arturo Delgado
February 2014
 Es claramente irrebatible que la proa de la tecnología ha cortado aguas con tan estupefaciente velocidad en los otrora letárgicos mares de la comunicación escrita que, hoy por hoy, esta es prácticamente instantánea y, para efectos prácticos, la distancia es un factor intrascendente. Sin embargo, observamos con pupilas mustias como aquellos que escriben para comunicarse arriban al paroxismo con la imperiosa necesidad de ser sucintos, mientras que los que se explayan en la redacción lo hacen solo respondiendo a la execrable necesidad de vilipendiar al prójimo.
Lo lamentable es que en ambos casos de esta división dicotómica de nuestra nueva generación pubescente se nota un desdén impúdico por las normas que rigen la escritura del idioma cervantino o shakesperiano.

Sí, claro, los jóvenes de hoy ya no escriben con métodos decimonónicos y ahora textean con gran rapidez ―demasiada rapidez diría yo― y por ende, quieren abreviarlo todo.  Pero el lado negativo de tamborear el celular con pulgares desenfrenados es la falta (intencional o no) de ortografía en los mensajes. La paropsia es inevitable al ver cómo se deletrean o dejan de deletrear muchas palabras, o se vejan las reglas gramaticales más básicas. Enerva que ni con los esfuerzos más hercúleos podamos descifrar tal lenguaje críptico, solo parangonable a ciertos jeroglíficos egipcios, que expolia acentos y apóstrofes por doquier.

Por otro lado están las hordas de bloggers y tuiteros que no mezquinan oraciones pingües o párrafos verbosos, pero, ¡claro está!, si dilatan conceptos es solo porque una animadversión casi visceral mantiene a estos porcinos enquistados en las redes sociales exudando sus amarulencias por internet.  Desgraciadamente a estas plagas que proliferan en Facebook y espacios cibernéticos símiles tampoco las podemos eximir de reprimenda en cuanto a redacción, porque ni en sus sueños más edulcorados pueden deletrear las palabras que usan para sus vituperios coprolálicos, ni tienen la más ínfima idea concerniente a la sintaxis apropiada para que asimilemos las alambicadas elucubraciones mentales que descargan en cuanto foro amaine o permita sus textos luctuosamente incomprensibles.

Así que exijo como determinación globalizada para el 2014, que el escribir epitomada o flamígeramente no sea óbice para que intentemos hacerlo con claridad meridiana. Es imperativo que a la hora de comunicar ideas, todos, sin importar origen, raza o color; entiéndanme bien, ¡todos!, los blancos, rojos, amarillos y ―sin ironía alguna― ¡hasta los negros tienen que ser claros!  He dicho.

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La Voz, Cultura y Noticias Hispanas del Valle de Hudson

 

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Comments

Comentario: Comentario bastante explícito pero muy rebuscado en sus terminos. "...ha cortado aguas con tan e s t u p e f a c i e n t e velocidad". Que quiso decir el autor ? M
Posted: 1/31/2014