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La Voz de AnĂ¡huac

Inmigrantes en México, primera parte

Por Rafael Nava
February 2006
Tan acostumbrados estamos a escuchar en los medios sobre los problemas de la migración de mexicanos hacia los Estados Unidos, que no pocos se quedan sorprendidos cuando volteamos la tortilla, por así decirlo, y reparamos en la inmigración en México.

—Supongo que si la habrá—contesta un encuestado en la Ciudad de México y pone de relieve tanto la falta de información de la población en general, así como la falta de interés en el asunto. Si, así es, por cierto. Hablando en general, el tema no nos preocupa en lo mas mínimo. Claro, que vengan los extranjeros y disfruten de nuestro país, y que dejen sus dólares, a nadie le ha hecho daño, ¿por qué no? Y si se quedan a vivir acá, pues, qué bueno, serán bienvenidos y aceptados en el 99% del país.

Inclusive diría que bienvenidos y aceptados es poco. Serán admirados como ejemplares exóticos y extraordinarios de la raza humana; se les llevará a conocer lugares, visitar museos, a paseos; se les invitará a restaurantes, a “conocer lo mexicano”, que puede incluir echarse un trago de tequila y morder un chile jalapeño u otro todavía más picoso. En fin, se les ofrecerán muchas cosas —inclusive trabajo— como parte de la bendición de la tradicional hospitalidad mexicana. Y tanto si es mujer como si es hombre, tendrán amplias posibilidades de encontrar amigos, pareja, amigovio, media naranja o al menos un o una peor-es-nada. Y aunque nunca falta quien trata de sacar ventaja y abusar de un turista extranjero, es más fácil que el inmigrante sea quien se auto coarte en sus posibilidades y no que los mexicanos lo hagan.

¿Por qué esta fascinación por lo “exótico”, lo diferente, lo extraordinario? ¿Por qué esta atracción no nada más por hombres y mujeres como ejemplares físicos, sino sobre todo por otras culturas, educación y formas de ser?

Fascinación por lo exótico

Algún biólogo de la familia lejana de Darwin seguro sacaría a relucir su teoría de que esta atracción por el “otro” y su consecuencia natural, la “hibridación”, lleva a mejores resultados en relación con el comportamiento genético y su consecuente adaptación a diferentes ambientes; además de mayor resistencia a enfermedades, parásitos, etc.

Bueno. Me gustaría saber si esta mezcla genética también consigue un mejor comportamiento social y moral, una mejor adaptación al ambiente laboral, una mayor capacidad de trabajo, y, sobre todo, una mayor resistencia —genética también— a los fraudes y corruptelas que aquejan a la vida política y pública del país.

Si no, pues sólo será cosa de buscar entre tantos países del mundo a los mejores donadores de cuerpos y mentes con las características que queremos y dejar todo lo demás en manos de biólogos “sociales” (yo me ofrezco, entusiasmado) y plantar esas semillas en nuestro suelo tan gustoso de recibirlos a todos, sin importar ni color, ni sexo, ni nacionalidad, ni estatura, ni inteligencia, ni grado de estudios, ni belleza, ni fealdad, ni nada.

A veces sucede que uno tiene que ir a escoger su “material” a otro país e importarlo para producir semillas mejoradas que, aunque sean de 1ª o 2ª generación, tienen gran aceptación sobre todo entre la población joven. Y es debido a esto que en México ya se pueden encontrar muy diversos tipos físicos y culturales, que, como decía antes, tienen gran demanda en el mercado de parejas.

De cuna extranjera

¡Ahora resulta que casi a diario se entera uno de la ascendencia extranjera de personajes reconocidos en el arte, la política, los negocios, los deportes ni se diga! ¡Cómo! ¿Tú también? ¡Casi no lo creo! ¡Tan normalito que te veías…!Hasta es para algunos como un timbre de gloria, un orgullo. —Qué crees, que aunque no me creas yo nací en un pueblo lejano muy grande que se llama Londres; sólo que de chiquito me trajeron acá, ¿veeeees?

Inclusive el mismo presidente Fox (los políticos metidos a legisladores en su momento hasta cambiaron la constitución para que un “extranjero de 2ª generación” como Vicente Fox pudiera ser presidente). De ascendencia irlandesa por parte de padre y francesa por parte de madre, Fox es una muestra de los nuevos tiempos de población mezclada que corren en México. Made in Ireland, France, and Mexico se lee en la etiqueta de Fox.

Pero hay otra forma de ver la inmigración a través de ojos académicos, en este caso desde un punto de vista social en referencia a que grupos mayoritarios de origen extranjero se encuentran en nuestro país; asunto que ha sido también analizado, criticado y hasta explotado. Este tema, así como otros que quedan todavía en el tintero, será tratado en próximas entregas.

“Claro, que vengan los extranjeros y disfruten de nuestro país, y que dejen sus dólares, a nadie le ha hecho daño, ¿por qué no?”

“Serán admirados como ejemplares exóticos y extraordinarios de la raza humana”

“Made in Ireland, France, and Mexico se lee en la etiqueta de Fox.”

Rafael Nava escribe desde el Distrito Federal




 

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