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¿Cómo se dice Foreigner en castellano?

Por Bill Valente
January 2006
Hace un par de meses fui a una tienda para comprar un gancho. Antes de entrar había pasado unos minutos practicando lo que iba a decir. Normalmente prefiero ir a una tienda grande donde encontrar lo que uno quere sin tener que pedírselo a un dependiente, pero no tenía tiempo.

Me acerqué al mostrador y esforzando mi mejor acento en castellano dije: "Perdona, pero quería comprar un gancho para colgar algo en una pared."

El dependiente me miró con una mueca de no entender y me dijo en un tono que me pareció brusco: "¿Qué?"
Me tragué mi orgullo y repetí mi petición. El dependiente me contestó, "Vamos a hacer algo diferente. Le doy un papelito y un bolígrafo y usted me dibuja lo que quiere."
            Pensé en marcharme. ¿Por qué había estudiado castellano durante más de quince años si ni siquiera podía pedir un gancho en una tienda? Pensaba que el dependiente era un poco maleducado y que no había hecho ningún esfuerzo por entenderme. Me pregunté: ¿Qué pinto yo en este país?
            Sin decir nada, dibujé un gancho y el dependiente me dijo, "Ah, un gancho, claro que lo tenemos."
            Es posible que parezca una cosa de poca importancia, pero hay días que vivir en un país donde no se habla tu lengua materna —soy de los Estados Unidos y estoy viviendo en España— parece una lucha sinfín. Es salir a cenar con amigos y quedarte al margen de la conversación porque no sabes exactamente de qué están hablando. En vez de hacer mil preguntas, algo que debe ser pesado, asientes con la cabeza o dices algo que no tiene nada que ver y la gente te piensa maleducado, raro o introvertido. Es ver cómo alguien te empuja o se cola en el metro y no decir nada porque no vale la pena destacar el hecho de que eres extranjero.
Empiezas a creer que no tienes los mismos derechos que la gente de este país y comienzas a aceptar cosas que nunca aceptarías si tuvieras las palabras, el acento o la fluidez. Te das cuenta de que tienes dos personalidades, una en tu propio país y otra en el extranjero. Mis amigos españoles me dicen que debería ser menos sensible y más firme pero me cuesta. En inglés podría manejar mejor cualquier situación. Cuando estoy en mi país no dudo de lo que es aceptable, lo que es maleducado y cómo debería reaccionar.
            Vivo en Barcelona y aquí también se habla catalán, una lengua diferente. La gente de aquí cambia de un idioma a otro sin pensarlo, pero entre sí suelen hablar en catalán. Cuando salgo con amigos ellos hablan catalán entre sí pero a mí me hablan en castellano o, aún peor, en inglés. Si me hablan en inglés no quiero ser maleducado y les contesto en inglés. Claro que debería insistir en hablar en catalán o castellano pero me cuesta.
En momentos de crisis personal me pregunto si mis amigos españoles me valoran por ser quién soy o por ser angloparlante. ¿A ellos les gustaría viajar a los EEUU para aprender inglés pero todo el mundo intentara practicar su castellano con ellos? Ciertamente, yo hice lo mismo hablando castellano con hispanohablantes en los EEUU y me prometí no volverlo a hacer porque entiendo mucho mejor lo que es vivir en los EEUU y no hablar inglés. Por otra parte, ¿debería ser más amable y darles a mis amigos españoles la oportunidad de practicar su inglés?
            Mis amigos en los EEUU piensan que vivir en Barcelona tiene que ser una aventura continúa y me siento poco agradecido cuando no lo veo así. Es difícil explicar la experiencia de vivir en un país donde no se habla tu legua materna a una persona que no lo vivió. Antes de venir a Barcelona tenía la ilusión de que aprendería bien castellano y catalán en pocos meses y que me integraría a la vida de aquí rápidamente. Todavía tengo esta ilusión pero sé que hace falta mucha paciencia.
            Estoy haciendo un máster en la Universidad Politécnica de Barcelona en Diseño de Aplicaciones Multimedia y Espacios Internet y las clases se dan en castellano. Es un placer estar en un ambiente donde todos hablan en castellano. La mayoría de los estudiantes son de Latinoamérica y me gusta mucho escuchar los diferentes acentos. Es una oportunidad muy buena y pienso aprovecharla al máximo. A veces tengo que pensar bien antes de hacer una pregunta en clase. A veces digo algo mal y por un momento pienso callarme para no molestar a los otros estudiantes, pero no suele durar. Decidí que intentaré lanzarme más, pasármelo bien y no preocuparme tanto por cosas de la lengua, con tal de que no tenga que explicárselo a un dependiente de una tienda.



 

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