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La Voz de Anáhuac

Inmigración en Mexico

Segunda Parte

Por Rafael Nava
April 2006
México ha sido siempre escenario de importantes movilizaciones humanas. Desde los primeros españoles que arribaron en el siglo XVI, y que, dicho sea de paso, fueron en un inicio bien recibidos, hasta los últimos grupos provenientes sobre todo de los Estados Unidos que siguen llegando en número siempre creciente, y que deciden iniciar una nueva vida en este país. Pero llegue quien llegue, siempre hay una respuesta en muchos casos intuitiva y en ese caso actuamos espontáneamente, o muchas otras veces francamente social, es decir prejuiciosa, y que influye en nuestra conducta y trato hacia los inmigrantes.

Ahora no se puede estar seguro de qué tipo de humanos o qué tipo de razas amamos, odiamos o simplemente toleramos, ya que actualmente los grupos de personas de diferentes países están sumamente mezclados y ya no resultan tan característicos (ni tan divertidos, dirían los chicos de mi pueblo). Me chocaría odiar por ejemplo a los alemanes y descubrir posteriormente que mi mejor amigo —mi perro— era pastor alemán. O mi abuelo, o mi novia. En fin, conviene no albergar sentimientos negativos hacia otros pueblos simplemente por propia supervivencia.

Se calcula que la población de ascendencia blanca europea directa que vive por ahora en México llega al 9% de la población total. Sobre todo durante la segunda mitad del siglo XIX llegaron a México importantes grupos de franceses, italianos y alemanes como parte de una estrategia de los gobiernos de ese entonces tanto para poblar regiones desiertas como para “mejorar la raza” y modernizar el país con “lo mejor de las culturas europeas”, como se dijo en su momento. A veces creo que si lo lograron, sobre todo eso de “mejorar la raza”, aunque en otras ocasiones siento el “llamado de la sangre” y prefiero entonces pelear al lado de mis humildes paisanos, de desmejorada raza.

A lo largo de su historia México ha recibido a sus inmigrantes con los brazos abiertos. Y con la proverbial generosidad del pueblo mexicano y las oportunidades de desarrollo y trabajo que imperan inclusive ahora que se han cerrado las fuentes de trabajo en el país, estos grupos humanos han encontrado un nuevo estimulo para vivir una vida efectiva y satisfactoria. Muchos de ellos —y eso hay que reconocerlo— han desarrollado un intenso trabajo en nuestro país y han sobresalido en sus respectivos campos que incluyen básicamente los negocios, el arte, la filosofía, el cine y la televisión, el periodismo y en menor grado otras áreas como la ciencia e inclusive la política al máximo nivel como el caso del presidente Vicente Fox, de origen irlandés y francés (en este caso, el congreso decidió alterar la constitución para permitir que un “extranjero” pudiera ser presidente del país).

Presentaremos en diferentes entregas una relación de los principales grupos de inmigrantes que actualmente viven en México.

Libaneses en México

Se calcula que viven en México cerca de 500,000 libaneses, la mayoría de ellos establecidos en nuestro país en el siglo XX. Nacidos en México o en el Líbano, se han dedicado principalmente a la actividad empresarial o a la artística. Entre ellos, los empresarios Antonio Chedraoui, propietario de una cadena de tiendas de autoservicio; Carlos Slim Helú, el tercer hombre más rico de Latinoamérica según la revista Forbes, dueño de múltiples empresas como la de Teléfonos de México-Telmex y de telefonía celular –Telcel; Alfredo Harp Helú, otro multimillonario ex-dueño del banco más importante del país, Banamex y de la empresa de telecomunicaciones Avantel; la familia Bichir, que incluye cuatro miembros dedicados al campo de la actuación. También de origen libanés podemos contar a Mauricio Garcés, conocido actor de comedias cuyo verdadero nombre es Mauricio Férez Yázbek, a Gaspar Henaine alias “Capulina”, también famoso actor cómico y de obras infantiles, a la actriz Salma Hayek originaria de Veracruz, ya cotizada en Hollywood y que cuenta en su haber con un gran número de películas, y también a Astrid Hadad, actriz y cantante de renombre en el género popular.

Hay un tipo popular de “libanés”o “árabe” (como si fuera lo mismo). Es prácticamente un personaje cómico sobre el cual podemos depositar parte de nuestra gracia mexicana pueblerina, y que nos divierte con sus modales y su manera de hablar: “...harbano, yo no me gusta el comidas...”. Este personaje fue inmortalizado en las películas de la década del ‘50 de Sara García, la “abuelita de cine nacional”, y Joaquín Pardavé, el “harbano Jalil”. Ellos forman la pareja de “libaneses”: codos y agarrados como ellos mismos, pero pobres en realidad, aunque presumen de tener mucho dinero. Y es que cuidan bastante las apariencias para mantener su status social. Al final de las películas, casi siempre se advierte que, fuera de estos “detalles”, en realidad son personajes muy humanos que acaban aceptando su situación y siendo ampliamente generosos con los demás. Se puede decir que resultan personajes inolvidables y hasta la fecha siguen agradando a todos los públicos, tanto grandes como chicos.
 

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Comentario: Para los que estén interesados en saber cómo funciona la acción ejecutiva del presidente Obama en materia de inmigración que anunció el 20 de noviembre de 2014, favor de leer la información publicada por USCIS, la agencia de inmigración federal, aquí: www.uscis.gov/es/accionmigratoria
Posted: 11/25/2014