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Cuento

Cerveza en mano

Por Robinson David Martínez
September 2009

Estaba orinando en el baño de un bar, cuando vio un tipo al lado suyo que se le hizo muy conocido. era igualito a la foto de su papá que siempre llevaba en la billetera. sacó la foto y se acerqué al señor. 

"¿usted se llama héctor eduardo espinoza?" 

"¿cómo lo sabe?"

"soy su hijo", le dijo y le mostró la foto.

el tipo pestañó rápidamente. los dos se abrazaron. estaban un poquito borrachos y lucían más como hermanos. el padre invitó a su recién-encontrado hijo a darse unos traguitos. sentados en la barra, con cerveza en mano, hablaron de lo que no se había hablado en varios años. 

"¿pero por qué se fue? ¿por qué dejó sola a mamá?" 

"ay m’ijo, me da mucha pena decirle esto, pero he cometido muchos errores en la vida. antes de su mamá, yo ya había formado mi hogar. tenía mi esposa, mis hijos. estaba muy feliz. un día me fui pa' un bar después de que me habían despedido del trabajo y tomé hasta que se me olvidó el nombre. me puse a pelear con un tipo y eso me sacaron y me dieron tremenda pela. me dejaron mal, sangrando, moribundo".

el papá se tomó un trago de cerveza.

"eso fue un domingo como a las 3 de la madrugada. a las 8 de la mañana tu mamá me encontró en el piso todo zarrapastroso, ensangrentado. ella iba pa' la misa y se tropezó conmigo. tu mamá se estremeció tanto. luego me movió la cabeza para ver si estaba vivo. y me reconoció porque yo, muy de vez en cuando, iba a la misa a acompañar a la abuelita. en fin, me llevó a su casa, y como su mamá estaba enferma y en cama, me puso en el dormitorio de los huéspedes sin ningún problema. 

 "por dos semanas me cuidó, me bañó, me sanó las heridas y fueron en esas dos semanas que al estar a punto de la muerte me enamoré de tu mamá. cuando me curé y regresé a mi familia ya no podía sacármela de la cabeza. pensaba en ella día y noche y no podía dormir porque la conciencia no me dejaba.   mi esposa sabía que había otra mujer pero como me vio tan mal, no me presionó con preguntas. yo sabía donde vivía tu mamá, entonces la visitaba casi todos los días después del trabajo. así es que comencé a tener dos mujeres a la vez".

 "pero si usted estaba tan enamorado de mi mamita, ¿por qué no habló con su señora? la hubiera dejado y hubiera vivido bien con mi mamá y conmigo. ¿usted sabe qué es lo que se siente vivir sin papá? ¿usted sabe toda la rabia que yo le he tenido a usted, por irse así como si nada? ¿usted sabe en qué estado dejó a mi mamá? dejó de comer, dejó de salir: iba del trabajo a la casa y de la casa al trabajo. gracias a usted ella nunca quiso volver a conocer a ningún otro hombre. 

 lo único que quiero es que mi madre sea feliz y usted la cagó. no nos jodió solamente a nosotros, sino que también jodió a la familia que ya tenía y ¿y para qué? porque al niño nunca se le enseñó a estar satisfecho con lo que tiene".

 “hijo...no sé qué decir...era tan joven y egoísta. en ese tiempo sólo pensaba en mí, en nadie más. jugaba demasiado y no le tenía consideración a nadie. perdóname hijo, por favor”.

 "aunque nunca se lo dije en persona, a usted ya lo perdoné. espero que a estas alturas esté haciendo algo bueno en su vida, para así equilibrar las malas decisiones que tomó en el pasado”.

 “he cambiado”.

 “espero que sí. a propósito, voy a ser papá.   va ser niña. le voy a poner violeta.  y sabe que de vez en cuando paso mis manos por el estómago de mi esposa y me pongo a pensar en el futuro, ¿cómo será su niñez, su adolescencia? ¿cómo será el destino de mi pequeña?”. 



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