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La Voz de AnĂ¡huac

El Presidente Fox en el descontento popular: La crisis de  la sociedad mexicana

Por Rafael Nava
August 2004
Cuando el actual presidente Fox ganó las elecciones en el 2000 su frase más popular había sido la de un “gobierno del cambio”. Cambio esperado por todos, ya que venía para cortar el dilatado periodo de más de 70 años de gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) –llamado “la dictadura perfecta”.
                Este fue un periodo en el que aunque se hablaba de “libertad de expresión” y “democracia”, estas sólo existían sumamente condicionadas desde todos los puntos de vista: político, social, económico y laboral. Los periódicos, la radio y la televisión estuvieron en general al servicio del estado. Medios cómplices de un sistema cuyo objetivo era controlar el capital y el poder sin que el pueblo pudiera participar en los procesos de alguna forma, pero sumiendo a la gente cada vez mas en la pobreza, la ignorancia, la miseria y la falta de oportunidades. Un sistema que favorecía el compadrazgo, el amiguismo, la impunidad, el influyentismo y la corrupción disimulada que todos sabían que existía pero que nadie podía combatir. Ya que todos los canales de protesta estaban cercados y hasta era peligroso sacar a la luz pública algún error o comportamiento de algún funcionario público de cualquier nivel.
                Regresando al tema que nos ocupa: el cambio tan multicitado por el presidente en su discurso político no se ha dado en las acciones de su gobierno que insiste en mantener el estado actual y privilegiar el capital sobre lo social. Desde luego que esta situación no ha sido creada por Fox, quien ha heredado un país con múltiples problemas. Sin embargo, el presidente ha sido hasta ahora incapaz d revertir estos indicadores y –a través de su incapacidad política’ ha creado más conflictos con su doble discurso de “unidad y diálogo”, “democracia y libertad”. Con sus acciones políticas destinadas a ofrecer el país en bandeja de plata al capital primero extranjero y después nacional, y tratando de eliminar políticamente y/o desacreditar a sus competidores por cualquier medio, legal o legaloide. El presidente Fox no ha sido capaz de controlar y manejar el país como las expectativas del “gobierno del cambio” lo hicieron suponer. Así, en sus propias declaraciones: “…hemos estado bajo una metralla impresionante de ataques, por una sarda de babosadas que no tienen la menor importancia para nuestro país” (3/11/01), “…¿Qué otra cosa fue dificultad en mi gobierno? Pues, ¡mi propia actuación!... Perdí la batalla en los medios de comunicación…” y “…la información en TV, en un 70% nos resulta positivo o neutral, pero cuando nos vamos a las plumas (de escritores, intelectuales, y analistas) ahí sí, nuestro bateo es bajísimo y tenemos que 70 u 80% son en contra mía, siempre criticando, siempre duro…”
                Las palabras del reconocido escritor Carlos Monsivais, uno de los intelectuales de más prestigio en México, sirven de ejemplo: “Se trata del primer golpe de estado a cargo de la incompetencia, el vacío conceptual, el capricho dinástico frustradito, el reaccionarismo que sólo sabe darle puertos remunerados a los fundamentalistas, y el estupor ante el fracaso. Esto es único y, ojalá, irrepetible.” ¿Falta algo por añadir? Uno de los más reconocidos diarios de México publicó: “Primero fue el héroe que sacó al PRI de los Pinos; en ello jugó un papel importante la opinión pública que lo respaldó. Después fue el presidente carismático e inexperto al que se le dio el beneficio de la duda tiempo para aprender a gobernar. Pero Fox lo desaprovechó todo: la gran credibilidad y legitimidad, la luna de miel con los medios, el apoyo de ciudadanos sin partidos, panistas, y partidarios del voto útil …Vicente Fox apostó todo a los medios y creyó posible una presidencia mediática. Como la estrategia le había funcionado en la campaña quiso repetirla en el poder. En lugar de acciones de gobierno, estos años han emprendido [costosas] campañas publicitarias y de imagen. Pensó que si tenía a su disposición los medios podría ignorar las críticas que señalaban sus errores y carencias. Cuando ya no pudo evadir los cuestionamientos, optó por minimizarlos con la idea de que provenían de una minoría y acuna el concepto del “círculo rojo”. De su encanto por los medios pasó a la desilusión y al desdén.”
                Veamos algunos resultados de una encuesta realizada por el periódico El Universal (20.09.04):
                *81 % de los entrevistados no se siente representado por ningún partido político.
                *80 % cree que los políticos no tienen en cuenta a la gente para tomar decisiones.
                *92 % afirma que los políticos y funcionarios gozan de impunidad cuando cometen actos ilegales.
                *70 % cree que un cambio total del sistema sería lo mejor.
                *52 % cree que no existe ninguna forma de controlar o vigilar lo que hacen los políticos.

Resultados elocuentes, que hablan por si solos. No es de extrañar la falta de popularidad del gobierno del presidente Fox que poco ha hecho por ganarse la confianza del pueblo de México y sí mucho por dejar el país a la deriva y en manos de intereses creados. Fox continua la antigua demagogia: todo está bien y mejorando, el país es maravilloso y marcha muy bien, hay paz y orden social Es sólo que la realidad lo desmiente completamente. Cada vez hay ricos más ricos y pobres más pobres, el desempleo ha crecido enormemente, así como la miseria y su consecuencia mas destructiva, la delincuencia, la piratería en diversos rubros, el ambulantaje, el subempleo, el abandono del campo y no se cubren las necesidades de los pueblos indígenas y campesinos. Al mismo tiempo, se pueden ver por doquier los símbolos de la riqueza mas ostentosa en los automóviles y la cantidad de restaurantes de lujo, el desarrollo de la tecnología digital de alto precio, los grandes centros comerciales. ¿Dónde está la democracia? Brilla por su ausencia.
 

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