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Vida Saludable

Hacer Comunidad...por la puerta de al lado

Por María Elena Ferrer
December 2011

Entendernos con un vecino no siempre es tarea fácil. Así como existen vecinos agradables y serviciales, podemos "sufrir" un vecino que escucha fuerte la televisión, que tiene un perro que ladra todo el día, que estaciona su automóvil donde no debe, que saca la basura a deshora, o que organiza ruidosas fiestas hasta altas horas de la madrugada... Vecinos así, pueden llegar a ser una verdadera molestia y más de una vez pensamos en reforzar nuestras paredes y vivir "en paz" en un búnker.

Alguien dijo que "los buenos muros producen buenos vecinos". ¿Será así? ¿Y si en lugar levantar una pared construimos un puente?

Es verdad que existen vecinos "difíciles", a quienes parece no importarles lo que sucede fuera de su casa. Pero, ¿acaso nos importa a nosotros? Reflexionemos un poco ¿Qué sabemos de nuestro vecino? Probablemente advertimos su presencia porque escuchamos su televisor encendido, que abre y cierra la puerta, que enciende su automóvil, sentimos pasos en el apartamento de arriba, o vemos luz en su ventana. Creemos que es carpintero, porque lo vemos salir con herramientas y sabemos que tiene dos hijos, pero desconocemos sus nombres. ¿No es paradójico lo lejos que estamos de quienes viven más cerca?

En la mayoría de las ciudades los vecindarios se han convertido en una suma de personas que viven "distantemente cerca": no se conocen, ni se interesan unas por otras. Este distanciamiento entre vecinos es muy grave, porque no sólo aísla a las personas sino que las hace más vulnerables. Tener una buena relación con los vecinos nos da una grata sensación de seguridad. En muchos casos, un vecino es la primera persona a la que se puede acudir ante una emergencia o una necesidad.

No me refiero a que debamos entablar una amistad íntima, ni tampoco "vigilar" cada uno de los movimientos de nuestros vecinos. Se trata solo de procurar conocerlos, acercarse a ellos y permitir que ellos se acerquen a nosotros. Las siguientes sugerencias, pueden ayudar a construir "puentes" con los vecinos.

Construyendo puentes

-       cuando tenga un problema con un vecino no corra a quejarse ante el administrador del edificio, no llame a la policía, ni pida reglamentos y ordenanzas a las autoridades locales. En cambio, hable con él, hágale entender su problema. Sea comprensivo y entienda que su vecino puede desconocer que algo le molesta si usted no se lo dice: por ejemplo, si su perro ladra cuando él no está.

-       pregunte regularmente a sus vecinos si algo les molesta de su parte. Muéstrese preocupado y dispuesto a colaborar. Sea consciente de aquellos ruidos y hábitos de su familia, que pueden también perturbar a los vecinos.

-       establezca límites sensatos con sus vecinos. Por ejemplo, si acuerdan que escuchar música con el volumen alto está "prohibido", sean tolerantes unos hacia otros ante una fiesta ocasional. Es razonable quejarse ante su vecino si todos los viernes su música le impide dormir, pero no es justo hacerlo si la música le molestó un viernes que decidió festejar una ocasión especial. Una forma de evitar quejas sobre ruidos molestos, es enviar con antelación un aviso a los vecinos, comunicándoles que determinado día realizará una reunión en la que habrá música, circularán muchas personas y se extenderá hasta la madrugada. De esta manera, usted previene a sus vecinos y les de la oportunidad de organizarse con anticipación.

-       si se muda a un nuevo vecindario (o a un nuevo edificio, o a una nueva población), preséntese ante los vecinos junto a su familia. A su vez, si tiene un nuevo vecino, procure conocerlo y conocer a su familia. Considere la siguiente idea: en algunos edificios y condominios, los vecinos entregan una carta de bienvenida a los nuevos ocupantes, junto al reglamento de convivencia, los horarios de los servicios, los teléfonos útiles, como modo de entablar una primera comunicación.

-       respete la privacidad de su vecino.

-       ocasionalmente, invite a sus vecinos a su casa (o a su apartamento) y visite la suya si le invitan.

-       en fechas especiales (por ejemplo, fin de año) hágales un presente. Estos detalles y gestos fomentan las buenas relaciones.

-       ofrezca su ayuda para recoger el correo, traer algo del mercado, pagar los impuestos, regar las plantas, o cuidar una mascota durante su ausencia. La suma de pequeños favores construye grandes relaciones.

-       siempre tenga a mano el teléfono de su vecino y ofrézcale el suyo, por si necesita contactarle.

-       comparta con sus vecinos algún proyecto. Por ejemplo, una mejora en el vecindario, la organización de un evento, o la presentación de un reclamo ante las autoridades.

Mejorar el mundo es una meta muy importante, que necesita empezar por alguna parte. ¿Por qué no hacerlo por la puerta de al lado? Si nos conocemos, respetamos, ayudamos y apoyamos con nuestros vecinos, sin importarnos la etiqueta social o cultural, descubriremos que ese mundo más solidario, más unido y más justo al que aspiramos, está mucho más cerca de lo que pensábamos.

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Comments

Comentario: Buen día! Me gusta este comentario, aparte de que busque distraerme de una inyección, el punto de este comentario es, que yo vivo en un edificio y yo recién que llegué era la ruidosa, hacia reuniones con amigos música bebidas, sin conocer reglas ni vecinos... Cosa que estuvo muy mal pues sin pensar, ni querer, molestaba a una vecina en específico, hasta que ella me hacia el famoso "shh" y yo me sentí mal, no hubo necesidad de que hablara conmigo, con eso tuve. Y con el paso del tiempo, poco a poco vamos progresando, comenzamos con un buenos días... Y eso me hace sentir mejor. Pues tomé conciencia... Ahm... En Fin... Ya no se que escribir... Buen día!
Posted: 12/6/2011