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Usos y Costumbres

Los Acantilados del Amor

July 2006
No sé nada del amor. Salir con alguien es una cosa terrorífica. Besar a alguien es como tirarme por un acantilado de dos mil metros sin saber si hay agua ahí abajo esperándome. Bueno, de hecho no tengo experiencia con esto de tirarme por un acantilado, nunca lo he hecho y nunca lo haré, pero así me lo imagino. O sea, cuando estoy a punto de besar a alguien por primera vez me imagino situaciones aterradoras para tranquilizarme, pero no parece dar resultado. ¿Es raro que no funcione, no?

Al contrario de lo que parece, no tengo quince años sino treinta y cinco pero me encuentro en un momento un poco difícil: mi profesora de español me ha pedido que saliera con ella. Es algo de película. El chico de los Estados Unidos que viene a vivir a España y una chica guapa quiere salir con él. A lo mejor piensas que no es nada extraordinario pero no me conoces. Esto es algo revolucionario en mi vida. ¿Es posible que todos sientan lo mismo al principio de una relación? ¿Es el amor, o la posibilidad del amor, algo tan engañoso que cuando aparece siempre parece nuevo?

Ya sé las respuestas a estas preguntas pero parecieran sin sentido. He pasado una vida escuchando música hortera, mirando la televisión y escuchando a mis amigos hablar de sus relaciones y, sólo por eso, sé algo del amor ajeno pero nada del amor personal. Parece que cada relación viene con sus propias reglas. Pero ahora soy yo el pesado que habla sin parar de las tonterías del amor. Pregunto a todos si la debería llamar ahora o esperar unos días, le envío mensajes de texto a ella y luego le enseño lo que ella me escribe a todo el mundo.

Muchos amigos tienen historias parecidas. Conozco a muchas parejas binacionales y muchos profesores de idiomas que han salido con alumnos. Las clases de idiomas suelen ser hervideros de ligar, de gente joven de muchos países que ha dejado a sus novios, novias y sus inhibiciones en sus países de origen y tiene ganas de salir. Además, se dice que salir con alguien es la mejor manera de aprender un idioma y he pensado que salir con una profesora de idioma sería dos veces mejor. Pero sobre este asunto aprendí una lección de una novia española que, estaba convencido, sólo quería salir conmigo para aprender inglés. Nunca me hablaba en español y empecé a tener mis dudas cuando rompí con ella (un poco tarde en la relación, ya lo sé, pero no soy muy listo en estas cosas) y me dijo sin llorar, y mis novias suelen llorar cuando rompo con ellas, que no dejaría que me escapara de ser su amigo. Quería decirle que ya me estaba escapando y que no había remedio. 

¿En tu país o en el mío?

En cualquier relación hay concesiones pero cuando las personas son de países distintos hay mucho más por negociar. El idioma que van a hablar, cuáles son los papeles de cada uno, cómo deberían compartir el tiempo entre las familias, los amigos y los gustos de cada uno. Pero esto también puede ser algo beneficioso. Es un tópico pero tengo a unas amigas españolas que dicen que salir con hombres del norte de Europa y de los EEUU está bien porque suelen ser menos machistas que los hombres españoles. Por otro lado, hay gente que no quiere tener relaciones con gente de fuera porque es poco probable que se queden a vivir en España. Y si te casas con un extranjero, la vida familiar se complica con los padres de uno en otro país y tal. Quizás sepa demasiado del amor. Ojala pudiera entrar en una relación sin saber nada, sin mis historias, sin pensar en los prejuicios de los demás, sin ser consciente de los peligros y los miedos que nos acechan y disfrutar de la caída de una relación. Ojala pudiera disfrutar de un momento bonito con alguien que me gusta sin preocuparme de acantilados, ni idiomas, ni los futuros posibles, ni los pasados imposibles de cambiar. A lo mejor esto es empezar a salir con alguien con treinta y cinco años. Es ser consciente. Es saber demasiado. Ojala no supiera nada. Por otro lado, podría dejar todo esto aquí en la página. Salir con esta chica encantadora y disfrutar.

Deséame suerte, me voy a tirar.
Las clases de idiomas suelen ser hervideros de ligar, de gente joven de muchos países que ha dejado a sus novios, novias y sus inhibiciones en sus países de origen y tiene ganas de salir.



 
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