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El Gran Misterio: ¿Quién mató al coche eléctrico?

Una visita al controvertido documental

Por Jonathan Raye
March 2008

Cuando tenía cinco años, recuerdo que mispadres me contaban que había coches eléctricos en las calles, coches que no usaban gasolina. Esta noticia hoy me sobresaltaría porque no hay ni un solo sedán eléctrico en todos los Estados Unidos. Alguien ha matado al coche eléctrico, y el documental ¿Quién mató alcoche eléctrico? (2006) trata de identificar al asesino. 

La historia de este carro empieza en 1990, cuando el Consejo de Recursos Aéreos de California promulgó una ley exigiendo que el 2 por ciento de los carros comercializados no debían producir ninguna contaminación (ZEV, zero emission vehicles). Uno de los mayores fabricantes del mundo, General Motors, respondió a la ley con un carro completamente nuevo, el EV1, o Electric Vehicle.

 

El documental explica las capacidades extraordinarias del EV1. Podía viajar entre 75 y 150 millas con una carga, y cargarlo requería solamente tres o cuatro horas cada noche. Alcanzaba las 80 millas por hora y tenía el poder de aceleración de un automóvil deportivo.

 

En 2003, sin embargo, GM dejó de producirlo. Como todos los EV1 del mercado habían sido alquilados, GM recogió uno por uno. El director, Chris Paine, pasa el resto del documental con las razones de su retirada. Entrevistas con representantes de GM y oficiales del gobierno presentan la posición que fue por ausencia de demanda. Dueños, vendedores y personas en espera del EV1, por otro lado, afirman que la demanda era fuerte.

 

Poco a poco, las entrevistas con expertos y aficionados del EV1 indican que había demanda de verdad por el EV1, y que GM retiró el coche a pesar de eso. ¿Qué causó este fenómeno extraño?  El documental propone varios sospechosos: consumidores, baterías, la industria petrolera, fabricantes de coches, el gobierno, el Consejo de Recursos Aéreos de California y el coche de hidrógeno. Al final, presenta los que concluye fueron los responsables: menos la batería, todos los antedichos.

 

El documental tiene éxito en mucho de lo que hace. Primero, expone bien el argumento de que había una demanda que GM ignoró intencionalmente. Por ejemplo, GM llamaba a las personas en la lista de espera del EV1 y les contaba las maneras en que el carro podría herirles; entonces les preguntaban si todavía estaban seguros de que querían comprarlo. Segundo,demuestra que GM tenía buenas razones para eliminar el EV1. Cambiar sus fábricas para acomodar la producción masiva costaría bastante dinero. Y tenía una alianza fuerte con la industria de petróleo.

 

Pero el documental fracasa en otros aspectos. Pierde un poco de credibilidad por usar trucos publicitarios, semejantes a los de las películas de Michael Moore. Organizó un funeral para el coche en un cementerio. Obtuvo un helicóptero para espiar a los trabajadores de GM. E hizo una vigilia frente a una fábrica de GM, enfrentándose luego violentamente la policía. 

 

Más, la trama es desordenada y demasiada ambiciosa. Hay entrevistas con famosos y personas sin ninguna conexión. Pasa mucho tiempo alabando la brillantez de los coches híbridos y atacando la idea de los hidrógenos. Y peor, se preocupa de dar golpes bajos a un montón de enemigos irrelevantes: neo-conservadores, el presidente Bush, la guerra de Irak y los representantes de la industria petrolera. 

 

Pero tal vez el aspecto más fascinante del documental es lo que nunca dice: la industria del petróleo ha controlado el discurso sobre los carros en los Estados Unidos. Por ejemplo, mediante maniobras taimadas, influyó profundamente en los casos judiciales que mataron al coche eléctrico. Descubrió una alternativa que sí podría darles ganancias, el hidrógeno, y se convirtió en la meta del país. Compró los derechos para la tecnología de baterías superiores, así los coches eléctricos no las pueden aprovechar. Y manipula los precios de petróleo así la dependencia de coches a gasolina se mantiene constante. Lo más impresionante de todo es que aparece sensible ecológicamente hacia todo. Si abre una revista científica verá anuncios donde se presenta tan preocupada por el ambiento que uno pensaría que está salvándolo.

 

Si lo que el documental afirme es cierto -que había demanda para el carro eléctrico- entonces debe haber demanda hoy, cuando laconciencia por productos ecológicos es más alta que nunca. Y en una economíaque se rige por la ley de la oferta y la demanda ¿por qué no hay nadie quequiera vender un coche eléctrico? 



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