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Opinión

Bruderhof, 100 años

Por Carlos Rafael González Ramírez
June 2020
Ante la disparidad del creciente desempleo, violencia, enfermedad y muerte, los avances científico-tecnológicos y socio-políticos provocan desconfianza e incertidumbre.
Paz y bienestar, algo que todos deseamos, implica el sacrificio de hacer un cambio radical. Esta fue la percepción del teólogo luterano Eberhard Arnold, quien junto con su familia dejaron la cuidad de Berlín y se fueron a Sannerz, un pueblo rural en Alemania. Así comenzó la primera comunidad Bruderhof en junio de 1920.

Injusticias sociales, depresión económica, entre otros retos, fueron resultados de la I Guerra Mundial. Los Arnold vieron la respuesta en el Evangelio de Jesús y decidieron formar una comunidad en su casa, siguiendo el ejemplo de la primera iglesia en Jerusalén. Durante los siguientes años se les unieron jóvenes alemanes y de otros países. Mientras la comunidad crecía, el fundador y los miembros del Bruderhof se interesaron en el movimiento anabaptista del siglo XVI, cuyos seguidores abogaban por la libertad de conciencia, el amor y la obediencia a Cristo y Su Palabra; rechazando a las fuerzas armadas, el bautismo de infantes y la iglesia como institución. Surgió gran admiración por la determinación y valentía de los Huteritas, quienes decidieron vivir en comunidad compartiendo dinero, posesiones, trabajo y vida diaria; fundada en el amor fraterno. Miles de Huteritas sufrieron martirio durante los siglos XVI y XVII.

En la década de 1920 el Bruderhof hizo contacto con descendientes Huteritas establecidos en Norteamérica. En 1930, Eberhard Arnold vivió con ellos por un año y fue ordenado ministro para Europa. Este acontecimiento selló diferentes aspectos de forma y espiritualidad (Bruderhof history).

En 1933, Hitler asumió el poder y el Bruderhof se convirtió en blanco de hostigamiento por su objeción de conciencia. Los miembros se negaron al saludo Heil Hitler, a servir en el ejército o a aceptar maestros nazis para sus escuelas. En 1937 la policía secreta desintegró la comunidad a punta de fusil, confiscando posesiones, encarcelando a varios miembros, mientras que el resto de la comunidad tenía cuarenta y ocho horas para abandonar el país.

Con la ayuda de amigos menonitas, cuáqueros y católicos, se reubicaron en Inglaterra. Para 1940 la comunidad refugiada había crecido con nuevos miembros ingleses. La II Guerra Mundial ya había estallado y el gobierno británico sentenció a la comunidad: arrestaba a todos los miembros alemanes o abandonaban el país. Paraguay fue el único lugar que les dio asilo político. En veinte años fundaron allí tres comunidades y un hospital público.

En 1954 se fundó Woodcrest, la primera comunidad estadounidense en Rifton, NY. Actualmente, hay comunidades Bruderhof en Estados Unidos, Paraguay, Inglaterra, Alemania, Austria y Australia.

Mi testimonio

En 1998 conocí una joven del Bruderhof que trabajaba como voluntaria en un orfanato en México, su dedicación y preocupación por la injusticia y otros desafíos en el mundo, me dejaron una impresión muy positiva. En 1999 inicié comunicación con las comunidades Bruderhof y en 2002 visité por primera vez. No creía tener vocación religiosa ni buscaba comunidad, sin embargo, tenía años buscando comenzar una nueva vida, fuera de la ciudad de México, lugar donde crecí y ciertamente vivía estresado por el tráfico, la contaminación, la criminalidad. Además, vivía desconcertado por la corrupción, inmoralidad, desigualdad, etc.

Gracias a la tradición católica, mi fe-admiración por Jesucristo y Su doctrina, era natural. Fue vivificante percibir en el Bruderhof un ambiente de paz y justicia. Aún con el choque cultural de un grupo de personas, en su mayoría anglo-alemán, al vivir y trabajar juntos en un ambiente fraterno en contacto con la naturaleza, experimenté libertad y serenidad.

En 2003 visité por tercera vez y en 2004 me hice miembro. Hoy, en pleno centenario, afirmo que la vida en las comunidades Bruderhof parecerá inconveniente y hasta inadecuada, sin embargo, el propósito de servir a Cristo y su Reino de paz y justicia; es auténtico y afín a lo que simplemente soñé.

Carlos y su familia viven en bruderhof.com/en/ where-we-are/united-states/platte-clove Comunidades Bruderhof bruderhof.com/en/ contact-us gameo.org/index.php?title=Bruderhof_Communities

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