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Lo que decimos y cómo lo decimos importa mucho más de lo que pensamos.

Por Mariel Fiori
March 2018
La única constante es el cambio. Sabiendo que todo está en constante evolución, incluido el lenguaje, les propongo hoy reflexionar en cómo nos expresamos en 2018. Y es que el idioma es cultura, el idioma moldea la manera en la que pensamos, nuestra manera de interpretar la vida, incluyendo el tiempo y el espacio. Dicho sea de paso, y ya comprobado por varios estudios científicos, ser bilingüe, además de los beneficios al cerebro, ayuda a ver el mundo desde diferentes puntos de vista, desde diferentes estados mentales.
Lo que decimos y cómo lo decimos importa mucho más de lo que pensamos. Por ejemplo, ya vimos como desde hace varios años se empezó a denigrar y a deshumanizar a los inmigrantes sin papeles con el adjetivo transformado en sustantivo de “ilegal”. Ningún ser humano es ilegal, claro. El acto de cruzar la frontera sin permiso es ilegal, pero es una ofensa civil, haberse quedado después de que se venció la visa, tampoco es un delito penal. Sin embargo, al etiquetar a cualquier persona de “ilegal” se logra criminalizar a priori (todos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario) de manera injusta.  

Se dice que es mejor decir inmigrantes indocumentados. Sin embargo, si nos ponemos a pensar en la situación en la que se encuentran millones de personas honestas y trabajadoras (¿sabía que este tipo de inmigrantes representan el 5% de la fuerza laboral de los Estados Unidos?), que han vivido décadas aquí, abierto negocios, formado una familia, y todavía no han podido regularizar su situación, aun cuando ya han pagado decenas de miles de dólares a abogados inescrupulosos por un papel que nunca van a poder conseguir, porque no hay ninguna manera posible con el sistema actual. Más que inmigrantes indocumentados, propongo que digamos inmigrantes desprotegidos, porque esa es casi siempre la realidad.

Lo que decimos y cómo lo decimos importa mucho más de lo que pensamos. Nuestro hermoso y riquísimo idioma español tiene una falla de origen: es sexista, pero hay maneras de corregirla. Cada día nos levantamos con la idea de que hoy va a ser mejor, de que nuestras niñas y mujeres tendrán y tienen más oportunidades. Cierto que hay mujeres en cada profesión que te puedas imaginar, desde médicas y policías hasta juezas y presidentas (con casos a montones por toda Latinoamérica), pero aún queda mucho por andar.

En nuestra lengua típicamente se usa el masculino para generalizar, desde los libros de psicología hasta nuestros labios, se habla del hombre y del niño para referirse a toda la humanidad. Si fuera simplemente por economía del lenguaje que se dice hombre y no hombre y mujer, debería decirse mujer directamente para referirse a todas las creaturas, ya que mujer tiene una letra menos que hombre. Mi recomendación es decir el ser humano, o las personas, en vez de borrar con la supuesta economía de una palabra a la otra mitad de la humanidad. Y estos son solo un par de ejemplos nada más de la gran falta de respeto que se nos tiene, a veces inconsciente, pero que al final afecta igual, y mucho.

La filóloga de la Universidad de Alcalá, en España, Mercedes Bengoechea, lo explica así: “De pequeñas, las niñas tienen que aprender que al decir "niños" unas veces estarán presentes y otras no. De esta forma entran en un proceso de autocensura, de ausentarse de la realidad en ciertas ocasiones porque la lengua no las tiene en cuenta”. Como decía al principio, todo cambia, todo evoluciona, hasta la lengua, que cambia por el uso de sus hablantes. En marzo de 2018 (mes de la mujer) creo que ya es hora de que las ausentes y olvidadas sean recordadas más y más, con hechos y con palabras.

La única constante es el cambio, todo está en evolución, incluido nuestro idioma. Lo que decimos y cómo lo decimos importa mucho más de lo que pensamos, porque afecta nuestro comportamiento, la manera en que nos vemos a nosotros mismos y en que los demás nos ven. Porque todo cambio empieza en la mente y de ahí se hace palabra y acción, así también pensamientos y palabras positivas atraen realidades positivas. Entonces, ¿qué cambios en tu manera de hablar vas a comenzar a implementar a partir de este mes?

Escríbenos a [email protected] y ¡haz oír su voz!

Mariel Fiori
Directora
 

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Comments

Comentario: el artículo compartió lecciones de vida muy importantes ho
Posted: 3/20/2018
Comentario: Creo que es terrible que tratemos los inmigrantes indocumentados mal. No sabía que los inmigrantes indocumentados constituían el 5% de la fuerza laboral.No sabía que el lenguaje era sexista. Crees que podemos arreglarlo?
Posted: 3/8/2018
Comentario: Mariel,Que bellos ensayos escribes, me encanta leerlos. Sabes que los comparto cada mes con mi grupo de señoras catolicas. Y todas ellas te mandan elogios. Recibe de mi parte un cordial saludo. Irma Trevino
Posted: 3/7/2018