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Buena Vista Social Club dice adiós en Kingston

Por Antonio Flores-Lobos
October 2015

Dicen que todo principio tiene su fin y aparentemente el final de la trayectoria de la legendaria orquesta cubana Buena Vista Social Club por los escenarios del mundo está por concluir con su Gira del Adiós que se viene a Kingston, y de pasadita, pone a bailar a jóvenes y viejos, latinos y no latinos, con sus pegajosos ritmos cubanos, en el escenario del Teatro UPAC, el 30 de octubre.

Para eso, la orquesta se viene con todo, incluyendo algunos de los originales miembros que participaron en el álbum Buena Vista Social Club, que en 1998 les otorgó el Grammy, y cuya historia, narrada en un documental, casi los galardona con el Oscar en 1999. Desde ese entonces surgió un interés por la Época Dorada de la música cubana, que de la década de 1930 a 1950 lanzó al mundo los géneros del cha-cha-cha, el bolero, el mambo, el bugalú, el danzón, el son y la rumba cubana, entre otros.

Los artistas de la orquesta cubana, que por décadas han viajado por el mundo como embajadores culturales de su isla caribeña, llegan a Kingston bajo la dirección musical del líder de la banda, y trombonista Jesús "Aguaje" Ramos. De los integrantes originales, vienen el cantante del sombrero vaquero, y guitarrista, Eliades Ochoa, el trompetista Guajiro Mirabal, el virtuoso Barbarito Torres y la incomparable diva, que a sus 84 años continúa deleitando a sus fanáticos, Omara Portuondo.

Ellos estarán acompañados en el escenario por aquellos que se les han ido uniendo a lo largo del camino, Papi Oviedo (tres), la joven estrella de La Habana, el pianista Rolando Luna, el contrabajista Pedro Pablo, los percusionistas Andrés Coayo (congas), Filiberto Sánchez (timbales), Alberto 'La Noche' (bongos). Y como en toda orquesta cubana de los años 50, no podían faltar las trompetas, que esta vez llegan lideradas por el especialista en notas altas, Luis Allemany, además de los soneros habaneros, Carlos Calunga e Idania Valdés.

Teniendo en cuenta las edades de los miembros originales de la orquesta, puede que esta gira sea en realidad la última de Buena Vista Social Club, aunque claro está, podrían hacer lo que típicamente han hecho las legendarias agrupaciones mexicanas, como El Mariachi Vargas de Tecalitlán o la Banda del Recodo: heredar el nombre a las siguientes generaciones, para que los hijos y nietos sigan lucrando con el nombre.

Como quiera que sea, la Gira del Adiós ofrece la última oportunidad para ver a leyendas vivientes de la Época Dorada de la música cubana. El concierto trae consigo un sinnúmero de estilos clásicos que bailaban tanto cubanos como estadounidenses en los clubes y casinos de La Habana, iniciados en parte por la ley anti-alcohol en Estados Unidos. Poco a poco la mafia estadounidense se fue infiltrando en La Habana, al punto de pasar a ser los grandes inversionistas del entretenimiento al sur del Estrecho de la Florida.

La fiesta, o la Época Dorada, termina cuando los revolucionarios toman el poder en 1959, cerrando los casinos y nacionalizando los clubes sociales. Una vez establecido el embargo económico estadounidense en 1961 sobre Cuba, la creatividad musical de la isla cambió de tono, y se hizo casi imposible para orquestas cubanas hacer giras a Estados Unidos.

Algunos de los músicos de aquellos tiempos pasaron casi al olvido, otros como Celia Cruz o Pérez Prado se fueron a otros países. La consigna gubernamental era apoyar a los artistas que utilizaban su arte para favorecer la revolución.  

Pero no fue hasta finales de los años 90 cuando los veteranos músicos que vivían con pensión gubernamental, fueron “redescubiertos” por un músico estadounidense, un productor inglés y un cineasta alemán. De hecho, los “abuelos musicales” estaban ya organizados bajo la tutela de Juan de Marcos González, líder de la banda de La Habana Sierra Maestra.

Tras 16 años de haber saltado a la fama, realizar solo tres históricos conciertos con los miembros originales (y cientos como solistas), recorrer el mundo y ver partir a colegas, la Buena Vista Social Club llega a Kingston, no solo con uno de sus últimos conciertos, pero con su último álbum: “Lost and Found … Perdido y Encontrado”.  El álbum, que incluye 14 temas, marca el final del repertorio de la Buena Vista Social Club, (aunque dicho sea de paso, siempre los productores encuentran por ahí música grabada, pero no comercializada).

El evento es promovido por la Bardavon 1869 Opera House y los boletos se consiguen en el 35 de la Market Street en Poughkeepsie (845) 473-2072, en el Teatro UPAC en el 601 de la Broadway en Kingston (845) 339-6088 o en Ticketmaster.  Los boletos van de $45 a $75.  Para más información, visite www.bardavon.org

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