La rosa y el cristal

Se abre el corazón

de amor encendido

ante un límpido cristal

dejando ver una rosa punzó

de aterciopelados pétalos

como jamás se vio.

Crece al abrigo del cristal

mostrando silenciosa su brillo

esparciendo su perfume mágicamente,

el efecto invernadero

va saturando el ambiente.

Es de tal hermosura

que, aunque pequeña

agiganta su figura

se la ve salpicada de gotitas,

conformando un halo

de orientales perlitas.

Marca con sello indeleble

lo efímero de su travesía,

hoy hermosa, brillante, cerrada,

al marchitar caerán sus pétalos

a través del cristal

al igual que una seca cascada.

El cristal aumenta su transparencia

demostrando la sin igual rosa

su devoción a la brevedad

perdiendo sigilosamente

su alegría, su vivacidad.

Nos transportó al paraíso

aceleró nuestros latidos

símbolo de pasión, entrega, amor,

se fue yendo al oscurecer

la fuimos viendo, tristemente caer

sólo queda agradecer

por la perfección de la que fue

tan bella y perfumada flor.

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